El Real Madrid conquistó su quinta Supercopa de Europa de fútbol para pasar a ser el equipo más laureado de la competición, iniciando el curso con una imagen repleta de autoridad, superior a un Eintracht Frankfurt que cambió su identidad, con excesivo respeto al campeón de Europa, que se topó con Thibaut Courtois y cedió a los tantos de David Alaba y Karim Benzema.
Un equipo que gana cada final que juega exhibiendo una seguridad en sí mismo encomiable. Sin caras nuevas ni pruebas que encajar. Con los mismos referentes. El salvador Thibaut Courtois, la conexión letal Vinícius - Benzema. Con el dominio de un centro del campo de leyenda que añade un logro más a su extenso historial. El Real Madrid de Carlo Ancelotti, apuesta segura en las grandes citas.
Tuvo paciencia para amasar el duelo el Real Madrid, sin brillo pero con dominio, hasta que golpeó. En un minuto tumbó al rival. Había volado Trapp para evitar un gran gol de Vinícius, en acción individual desde la banda, rompiendo con velocidad y soltando un gran disparo. Nada pudo hacer cuando tras un saque de esquina, Benzema se suspendió en el aire en un gran salto, cabeceó a una zona donde no se esperaba la aparición de Casemiro, que cedió en bandeja de oro el tanto a Alaba.
La sentencia parecía cuestión de tiempo. Vinícius, incansable en la búsqueda del gol, se volvió a topar con Trapp, el travesaño repelió un zurdazo desde la frontal de Casemiro cuando los cambios ofensivos del Eintracht provocaban la aparición de espacios. El riesgo es enemigo de un Real Madrid que te mata en velocidad, con Vinícius como referente. Su buena lectura de espacios por la izquierda precedió el regreso de la conexión con Benzema que no faltó a su cita con el gol.
Un tanto especial para Karim, criticado años atrás por su falta de pegada y ahora máximo referente goleador. Superó a Raúl como segundo artillero de la historia madridista. Ya solo por detrás del jugador al que tanto asistió, Cristiano Ronaldo, cuyo adiós provocó una de las mayores mutaciones de un futbolista.
Cualquier intento del Eintracht fue en vano. Acabó con tres delanteros pero sin inquietar más a Courtois. Ancelotti tuvo tiempo de hacer debutar a Rüdiger y Tchouameni, de realizar un guiño a Ceballos en momentos en los que decide su futuro. El Real Madrid inició el curso exhibiendo firmeza el camino al mayor desafío.