No están siendo semanas fáciles para Marco Asensio. En los dos primeros partidos oficiales del Real Madrid este curso ha formado parte de la convocatoria, pero no ha disputado ni un solo minuto.
El balear ve cómo otros futbolistas parten por delante de él en la rotación de Carlo Ancelotti, como Vinicius, Rodrygo e incluso Hazard. Así, el '11' solo está por delante de Mariano, en lo que se refiere a la lista de atacantes del Real Madrid.
Su situación contractual tampoco es sencilla. Acaba contrato en junio de 2023 y no ha llegado a un acuerdo de renovación por el club, por lo que la sombra de un traspaso durante esta ventana de fichajes todavía planea sobre Asensio.
El jugador sabe que en tres meses comienza el Mundial, necesita minutos y, hasta ahora, en el Madrid no está teniéndolos, por lo que una salida a otro club podría ser una solución con la vista puesta en Qatar.
Por su parte, el Real Madrid tampoco va a regalar al jugador aunque le quede un año de contrato, eso sí, podría dejarle ir si llegara alguna oferta cercana a los 30 millones de euros.
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Tras el partido de ayer en Almería, que acabó por victoria blanca por 1-2, Ancelotti se refirió a la situación del futbolista: "Como he dicho, Asensio es un jugador del Madrid y hasta que lo sea, le considero jugador del Madrid y va a jugar. Hay que tener en cuenta lo que hizo el año pasado, ha hecho muchos goles. Es un jugador importante, mientras sea jugador del Madrid. Hay que esperar al día 31 y ver qué pasa".
La cuestión de los goles es importante porque, aunque en las últimas temporadas Asensio no ha rendido como se esperaba, ha dejado buenas cifras de goles. Sin ir más lejos, el curso pasado anotó 12 goles, lo que le dejó como tercer máximo goleador del equipo, solo por detrás de Benzema y Vinicius.
Sin incorporaciones
Esa es la gran baza del mallorquín, que además sabe que el Real Madrid ha dejado ir a otros futbolistas de ataque, como Borja Mayoral, Luka Jovic o Take Kubo, y no se ha reforzado con nuevos delanteros.
A sus 26 años quiere jugar y su papel en este nuevo Real Madrid no está claro. En el encuentro en Almería podría haberse dado la situación propicia para que Asensio jugara, dado que Rodrygo estaba lesionado y Hazard todavía no se ha ganado la confianza plena de Ancelotti, pero el técnico optó por un cambio de sistema.
El 4-4-2 por el que apostó Ancelotti en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo dejó a solo dos delanteros, Vini Jr. y Benzema, con cuatro centrocampistas que sostuvieran al equipo (Toni Kroos, Aurelien Tchouameni, Eduardo Camavinga y Fede Valverde).
Así las cosas, Asensio tiene todavía dos partidos más de Liga (ante Celta y Espanyol, ambos a domicilio) en este mes de agosto para convencer a Ancelotti antes del 1 de septiembre o para buscar un nuevo destino que le garantice los minutos que desea.
De hecho, pocos podían imaginar en el verano de 2016, cuando Asensio llegó al Real Madrid como una de las grandes promesas del fútbol mundial, que ahora iba a ser un futbolista de un rol residual en el equipo.
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A sus 20 años y tras brillar en el Mallorca y en el Espanyol, el Real Madrid le incorporó a su equipo como segunda espada de una BBC a la que le quedaba poco tiempo junta.
Su debut no pudo ser más colosal. Un golazo extraordinario en la Supercopa de Europa de ese mismo verano frente al Sevilla y otro gran tanto en su debut liguero contra la Real Sociedad hicieron que el madridismo se ilusionara con Asensio.
Un comienzo fulgurante
En su primer año aportó 10 goles y 4 asistencias en 38 partidos. Cifras que hablan del buen acoplamiento que tuvo en el equipo de Zidane en ese momento. Su segunda temporada fue aún mejor, elevando sus prestaciones hasta los 53 partidos, 11 goles y 6 asistencias y amenazando seriamente con la titularidad en un Madrid en el que Bale, por ejemplo, ya no era indiscutible.
Precisamente en el verano de 2018 se le abrían las puertas del 'once' de par en par con la salida de Cristiano Ronaldo y con el bajón de rendimiento de Gareth Bale. Asensio comenzó bien, pero duró poco, al igual que todo el equipo, en una temporada nefasta en lo colectivo.
No hubo títulos y sí muchas críticas para casi todos. En ese momento Asensio se salvaba porque era el heredero al trono del Real Madrid y todavía era un futbolista joven, pero la paciencia no iba a durar eternamente.
Tampoco le ayudó la irrupción meteórica de Vinicius, que casi desde su primer día mostró un descaro y una personalidad que enardeció al Santiago Bernabéu. Un estadio que cada vez más habitualmente miraba a Asensio de reojo esperando que explotara definitivamente en el gran jugador que se esperaba.
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Su peor temporada llegó el curso siguiente. Una grave lesión de rodilla en la pretemporada le dejó fuera durante casi todo el año y regresó en verano para volver a amoldarse a un equipo que acabaría ganando la liga del covid en el estío.
Su siguiente temporada, la 20/21, comenzó con el beneficio de la duda porque hacía pocos meses que había salido de la lesión, pero más allá de su recuperación definitiva, Asensio ya no contaba ni con la confianza del técnico ni con el apoyo total de la afición.
Una situación que se confirmó la pasada campaña, en la que aportó una buena cifra de goles pero su fútbol no convenció y llegó incluso a escuchar los pitos de sus aficionados, que ven en Asensio al futbolista que no ha llegado a ser que lo que prometía y que ahora mismo está buscando su hueco, ya sea dentro o fuera del Real Madrid.