La edad nunca ha sido una barrera para Luka Modric, más bien lo contrario. El croata se ha vuelto más vital año tras año y en la temporada que acaba de empezar va camino de lo mismo. El debut en Liga contra el Almería (1-2) demostró que sigue siendo imprescindible: el partido cambió al ritmo que él marcó.
A Modric hay que cuidarle. En septiembre cumple 37 años. Por eso Carlo Ancelotti pensó en dejarle en el banquillo en la jornada 1, dando paso a los jóvenes (Tchouaméni y Camavinga). Los dos franceses no tuvieron un partido cómodo y el técnico tuvo que tirar de su '10' para dar la vuelta al marcador. Y se logró.
El estreno del Real Madrid en Liga refrenda la realidad con Modric: otro año siendo el director de orquesta del equipo. Es lo que tiene contar con una leyenda en activo, que además no parece que vaya a dejar de pisar el acelerador tras jugar 45 partidos y solo perderse 11 la temporada pasada.
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Impacto total. Es lo que supuso la entrada de Modric al descanso sustituyendo a Camavinga. El francés, lejos de la imagen que se quiere pintar con críticas injustas, no estuvo mal. Su problema es que el Almería, tras adelantarse en el minuto 7, supo formar un sólido bloque atrás que no dio espacio a una de sus mejores virtudes, la conducción vertical. Dio 20 pases (acierto del 95%) y se llevó una amarilla.
Modric reordenó las piezas en la segunda mitad y aceleró las posesiones del Real Madrid. En 45 partido tocó 64 veces el balón y completó 50 pases, con un acierto del 91%. 38 de sus pases fueron en campo contrario (acierto del 93%). Además, hay que destacar su sociedad con Kroos: dio 11 pases al alemán y 15 fueron a la inversa.
No cambia nada para Modric y él deja a Ancelotti el papel de repartir sus minutos: "Habló con el míster todos los días, pero no lo hemos hecho de lo que voy a jugar", decía en la previa de la Supercopa. Suma una temporada más, la décima como jugador del Madrid, pero no le da importancia: "No lo veo distinto. Yo siempre lo he dicho: la edad no importa, importa lo que demuestras en el campo. Eso es lo más importante [...] ¿Cuánto voy a aguantar? Vamos a verlo", decía con una sonrisa en el rostro.
Modric se autoevalúa cada 12 meses. En junio renovó con el Real Madrid hasta 2023, un año más, y este curso se volverá a poner en la misma tesitura cuando llegue el momento. Si él se siente bien en lo físico, ampliará otra temporada más. Sin mirar la edad que marque en su carnet. Como él mismo dice, a quién le importa.
No hay que olvidar que esta temporada hay Mundial a la mitad y eso exige a Modric, como al resto de internacionales, doblar los esfuerzos. A Ancelotti le preocupa más eso que la edad del croata. El escenario es otro por esta circunstancia lo que obliga, como anunció Ancelotti en la previa del Almería, a mirar los cambios partido a partido.
Modric descansará más. El curso pasado, por ejemplo, no lo hizo por primera vez hasta pasadas las cinco primeras jornadas de Liga. Ahora fue titular en Helsinki y Ancelotti le sentó en Almería, aunque al descanso se viera interrumpido para sacarle a arreglar el encuentro. Si llegan las curvas, ahí está Luka. Igual que en los días grandes.