El Real Madrid ha encontrado en Fede Valverde a un futbolista total. Un mediocentro de gran capacidad física que ofrece trabajo y energía al equipo de Carlo Ancelotti. Que puede aparecer por el medio, pero también en banda. Y que este curso se está destapando como un gran llegador y no solo como un apoyo defensivo y un buen generador de juego.
Ahora mismo, el uruguayo es una pieza indispensable dentro el equipo de Carlo Ancelotti ya sea apareciendo como extremo derecho o como interior en cualquiera de los dos costados. Tanto es así que podría considerársele como uno de los jugadores más en forma de la plantilla, pero también de La Liga o incluso del mundo.
El charrúa ha conseguido no tener sustituto en los esquemas de 'Carletto' y eso le ha llevado a ser el jugador más desequilibrante de la plantilla junto con Vinicius o Rodrygo. Se ha consolidado en la tripleta atacante y eso le ha llevado a aportar cada vez más en la parcela ofensiva, llegando hasta el área rival con asiduidad y contribuyendo a paliar la baja de Benzema.
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Equipos como el Mallorca, el RB Leipzig o el Atlético de Madrid han probado de su medicina como ya lo hizo el Celta en el inicio de la temporada. Además, también se ha prodigado en su faceta de asistente. Su buen rendimiento le ha llevado a ser nombrado como el mejor jugador de La Liga del mes de septiembre, un premio sin lugar a dudas muy merecido y que convierte en éxito la apuesta que realizó el Real Madrid en el verano del 2016.
El triunfo del trabajo
Fede Valverde ha sabido esperar su momento con calma hasta triunfar en el Real Madrid. De hecho, empezó sin tener un puesto fijo en el once y ahora ha sabido coger la vacante que han ido dejando Rodrygo y Asensio, uno por las lesiones y otro por su pobre rendimiento. Con el brasileño recuperado, Ancelotti tiene un problema y es saber donde posicionarle ya que Fede se ha hecho indiscutible.
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Esa paciencia y ese derroche de esfuerzo que ha demostrado para hacerse un hueco importante en el equipo fueron las cualidades que también le permitieron conseguir una oportunidad en el vestuario más exigente del planeta. A pesar de que su carrera en el Real Madrid parecía muy complicada y de que en un principio tuvo aventuras que no fueron muy exitosas.
Valverde fichó por el Real Madrid llegando a la capital de España procedente de Peñarol cuando todavía era un niño. No estaba preparado para la máxima exigencia y por eso militó en las filas del Castilla. Sin embargo, pronto demostró que estaba listo para empresas mayores. Completó una temporada de mérito en el filial blanco y varios equipos se interesaron en su figura. Uno de ellos fue el Deportivo de La Coruña.
Se marchó cedido al conjunto gallego y comenzó bien, con participación, minutos y titularidades. Sin embargo, poco a poco fue perdiendo terreno, importancia y sitio en el equipo. Además, varias lesiones terminaron interrumpiendo su progresión y lo relegaron al banquillo, el cual fue su hábitat natural en la recta final de su salida a La Coruña.
No había sido un viaje muy productivo y el Real Madrid se preguntaba qué hacer con él. Había costado cinco millones de euros su traspaso y se tenían muchas esperanzas puestas en su progresión. Por ello, finalmente recibió un hueco en el primer equipo y a base de esfuerzo se fue haciendo cada vez más y más importante. Había estado a punto de decir adiós a su sueño, pero se agarró a su última oportunidad y la aprovechó. Comenzó siendo un jugador de derroche físico, de pierna fuerte y robo y ahora es un centrocampista total y de claro carácter llegador.
'Pajarito' de oro
Fede aprovechó su primera oportunidad en el Real Madrid y desde el 2018 no se ha movido del club. Ya son cuatro años al máximo nivel en los que ha podido saborear títulos como La Liga o la Champions. Además, se ha empapado de los valores del club y es uno de los mayores defensores del madridismo que tiene la plantilla.
Sus actuaciones en el campo son inmensas, pero su conexión con la grada y su pasión son de otra época. Es un futbolista que por momentos recuerda a ese sentimiento que se veía en leyendas como Raúl González, Juanito o Fernando Hierro. Ha heredado ese carácter ganador y de líder nato que concede el escudo más pesado del mundo.
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Aquella apuesta arriesgada del Real Madrid que pasó auténticas penurias para triunfar se ha convertido hoy en oro. Recoge premios como en este del mes de septiembre y afronta el mejor año de su carrera con cuatro goles decisivos y otras dos asistencias. Además, ha conseguido disparar su valor por completo.
En estos momentos, es el tercer jugador más valorado de La Liga junto a su compañero Tchouameni. Ambos figuran con 80 millones de euros según el portal especializado Transfermakt, solo por detrás de Pedri con 90 y de Vinicius con 120. Otra clasificación que le incluye ya entre los mejores del curso. Su progresión no tiene techo y el Real Madrid ya le prepara una mejora salarial acorde a su importancia. Su contrato finaliza en 2027. Además, por delante tiene un Mundial como líder de Uruguay en el que está llamado a marcar la diferencia.