En las vitrinas [figuradas] de Pep Guardiola hay expuestos 32 títulos que ha ganado como entrenador. Pocos técnicos hay tan laureados como él a lo largo de la historia del fútbol, pero en su trayectoria dorada en los banquillos sigue teniendo un gran 'pero': han pasado más de once años de la última Champions League que ganó.
La sequía europea de Pep se está haciendo larga, desde la temporada 2010/2011. En el mismo tramo que él no ha levantado ninguna Orejona, además, el Real Madrid lo ha hecho hasta en cinco ocasiones (2014, 2016, 2017, 2018 y 2022). El de Sampedor es el primero que es consciente de estos números.
El fichaje de Erling Haaland por el Manchester City se ha convertido en la gran excusa para pensar que este sí puede ser el año de Guardiola. Eso sí, la Champions siempre entraña peligros y este martes se pudo volver a comprobar. Sin el noruego, el club inglés empató en su visita al Copenhague.
Ganar la Champions requiere de muchas cosas, y Guardiola lo sabe. Es pronto para poner el cartel de favorito a un equipo o a otro, aunque tratándose de la Champions hay muchos que automáticamente otorgan esa distinción al Madrid por su historia. Pep puede considerarse uno de esos.
A Guardiola le preguntaron tras empatar en Dinamarca qué hace muy difícil ganar la Champions y dio una respuesta que es oro: "Porque el Real Madrid siempre está ahí". Con ese mensaje ha conseguido lo impensable, que el madridismo reconozca su gesto tan sincero como deportivo.
En el recuerdo -cómo no- está lo ocurrido hace unos meses, cuando el Real Madrid doblegó al City en una noche mágica en el Santiago Bernabéu y obtuvo el pase a la final de Champions. Guardiola fue el único del lado citizen al que no sorprendió que los blancos le dieran la vuelta a la eliminatoria con dos goles en el descuento -ambos de Rodrygo- y otro en la prórroga -Benzema, de penalti-.
El City piensa ya en los octavos de final de la Champions. Está "casi" matemáticamente clasificado -apostilló Pep-, a falta de dos partidos, y su objetivo es pasar como primero de grupo. Se mantiene líder con ventaja sobre el Borussia Dortmund, con el que todavía le falta un duelo crucial para resolver el grupo.
Empate en Dinamarca
El Copenhague sacó un sufrido empate en la visita del todopoderoso City, que jugó una hora en inferioridad, en un partido de mucho brío, polémica y un resultado que premia la esforzada actuación del equipo local.
Pese a jugar con diez muchos minutos, el City tuvo las mejores ocasiones y desperdició un penalti, pero se estrelló contra Grabara, el portero local, y acabó dejándose ir. "Empatar después de jugar una hora con diez es como ganar. Es un buen punto", declaró Guardiola en la rueda de prensa posterior al partido.
El Copenhague llegaba malherido. A la goleada encajada hace una semana en Mánchester (5-0) y el doloroso empate en el tiempo añadido contra el Nordsjælland (1-1) en la liga danesa, sumaba un reguero de bajas: sin su mejor central, su capitán y mediocentro, el creador del equipo y su delantero titular.
Pero el partido se pareció poco al del Etihad Stadium, un paseo del equipo inglés. El City -que reservó a varios titulares como Haaland, Bernardo Silva y Foden- dominó igualmente la pelota, pero llegó mucho menos y su rival, que jugó con línea de cinco atrás, se sintió más seguro, presionó muy arriba cuando pudo e incluso metió el miedo en dos o tres jugadas. Guardiola dijo haber acabado "muy satisfecho" con el rendimiento de su equipo.