La mayor de las gestas en la historia del fútbol se contó en 2022. La Champions League nos dejó la mejor actuación durante todo el torneo de un equipo, el Real Madrid. El rey de Europa hizo justicia a su apodo y levantó en París La Decimocuarta tras un inolvidable ejercicio de lucha y resiliencia.
El Stade de France vio coronarse campeón al Real Madrid, pero el Santiago Bernabéu asistió a la conversión de lo imposible en realidad. Tres noches. Tres remontadas. PSG, Chelsea y Manchester City, los tres clubes con mayor poder financiero, sucumbieron ante lo intangible, lo que el dinero nunca podrá comprar: la Historia.
Historia y corazón. Es en lo que se apoyó el Real Madrid de Carlo Ancelotti para encadenar tres remontadas, a cada cual más agónica, en casa y ante su afición. Nunca se había vivido algo igual. La final contra el Liverpool tuvo un argumento totalmente diferente porque el Real Madrid no juega finales, las gana.
A las eliminatorias les precedió una fase de grupos en la que el Real Madrid solo se dejó dos puntos. Ocurrió en la noche en la que el himno de la Champions League volvió a sonar en el Bernabéu tras una larga espera de 580 días. De la celebración a la sorpresa del siglo, cuando el debutante -que no tímido- Sheriff Tiraspol ganó (1-2) al gigante blanco.
Para los madridistas quedó solo como anécdota, igual que otra que despidió el 2021: el sorteo de los octavos. Uno de los mayores esperpentos de la UEFA, el sorteo que hubo que repetir, escribió el principio de esta historia. De tocarle el Benfica a hacerlo el PSG cuando se volvieron a mover los bombos.
Un camino mágico
La primera parada fue París, aunque entonces nadie sabía que albergaría meses más tarde la final. La sede iba a ser San Petersburgo, pero se desplazó a la 'Ciudad de la Luz' cuando Rusia tomó la decisión de invadir Ucrania. El Real Madrid no ganó en el Parque de los Príncipes, como sí lo haría en el Stade de France, pero salió de allí vivo.
Con la obligación de remontar el 1-0 en contra, en la previa de la vuelta se asentaron las bases del manual de las noches mágica del Bernabéu. Todo arrancó con la 'busiana', término del diccionario madridista, acuñado para las recepciones multitudinarias al autobús del equipo en la Plaza de los Sagrados Corazones. Dentro del estadio se descolgaba una pancarta en el Fondo Sur con la palabra 'rey' como denominador común.
"Somos los Reyes de Europa" fue el lema que recibió al PSG. Se lo dejó claro a un Kylian Mbappé que, aún así, meses después eligió el dinero qatarí. El delantero galo fue el mejor de los parisinos aquel día, pero marcar un gol -también metió el de la ida- y otros dos que le anularon no fue suficiente para frenar la tormenta blanca que se desató en la segunda mitad.
Un relámpago sacudió a Donnarumma, un carrerón de Modric sonó como un trueno y, a los dos minutos, cayó el chaparrón para los franceses. En el 61', en el 76' y en el 78'. Tres goles bajo el rugir del Bernabéu obra de otro francés, Karim Benzema, el gran héroe de esta Champions y a la postre Balón de Oro.
En abril se jugaron los cuartos. El Chelsea llegó al Bernabéu con un 1-3 en contra y un mensaje de 'bienvenida' que decía: "No juegues con el Rey". El ambiente era más relajado por el colchón de la ida, convirtiéndose en el peor de los males. Tuchel -que como Pochettino en el PSG no acaba el año en el banquillo- supo reducir a cenizas la ventaja en 75 minutos.
Era la primera vez del Chelsea, anterior campeón de Europa, en el coliseo blanco y no debía conocer la leyenda de 90 minuti en el Bernabéu son molto longo. Rodrygo, que entró en el campo en el 78' con el espíritu de Juanito, marcó en el 80' en la primera pelota que tocó. Éxtasis con el pitido que mandaba el partido a la prórroga. En ella se elevó de nuevo la figura de Karim, que tras hacer otro hat-trick en la ida, marcó el gol que dio el pase a semis al Real Madrid.
Llegados a este punto, a Guardiola le entrarían los sudores fríos por medirse a los de Ancelotti viendo que la vuelta era en el Bernabéu. El técnico catalán tuvo dos semanas para preparar su plan, pero con el Madrid nunca hay nada escrito. El City apabulló en su casa a los blancos, pero estos se las ingeniaron para salir con solo un gol de desventaja cuando pudieron ser varios más. La eliminatoria entró en la 'zona Bernabéu'.
Precedido días antes de la celebración de La Liga en Cibeles, el ciclo comenzó de nuevo: busiana, tifo e himno a capella. Todo elevado a su máximo exponente. Imposible descifrar el número de personas que recibieron el autobús antes del partido. Dentro fueron 65.000 almas dibujando el tifo y entonando el cántico del club. Tambores y gritos de guerra para llevar de nuevo en volandas al equipo.
El partido contra el City en el Bernabéu volvió a tener suspense. Pareciera como si Benzema y Vinicius, las estrellas omnipresentes este año, no fueran a acertar una. Tras llegar 0-0 al descanso, los que se adelantaba eran los de Pep. Pero la peli se volvió de terror para el equipo inglés en un minuto y medio de absoluta psicosis.
Los tiempos fueron de locura. 105 segundos pasaron entre el segundo y el tercer gol de Benzema contra el PSG. No llegaron a 120 los que tardó Rodrygo en marcar al Chelsea desde que saltó al campo. El brasileño, otra vez héroe, batió toda marca con su doblete al City en 89 segundos. Mendy había salvado 190" antes el segundo del equipo inglés. Cuestión de someter al rival en un pestañeo. En la prórroga, con los de Pep hipnotizados, Karim marcó un penalti cometido por Ruben Días. Se volvió a cumplir la profecía anunciada por el tifo dos horas antes: "Otra noche mágica de los Reyes de Europa".
La historia se terminó de escribir en París, en el Stade de France, el 28 de mayo. Vinicius marcó a pase de Valverde -los líderes del Madrid para la próxima década-, pero la verdadera estrella fue Thibaut Courtois. El portero belga, a un nivel excelso todo el año que le ha llevado a acumular premios, fue una pesadilla para Salah, Mané y compañía. Tres milagros bajo palos que cuentan casi como goles.
El Liverpool de Klopp, cuya táctica era adulada por la crítica, quedó reducido ante los hombres de Ancelotti y el gen ganador que acompaña al escudo del equipo campeón. Marcelo levantó la copa al cielo, la decimocuarta vez que un futbolista del Madrid lo hace. En la competición que porque el club blanco le dé lustre no deja de estar obsoleta. Mientras tanto, mientras llega la Superliga, el Real le recordó a la UEFA quién es.
2022 fue el año de una Champions inolvidable. También el año en el que se despidió a Casemiro, Bale, Isco y un Marcelo que se fue superando a Paco Gento en títulos (25). También a comienzos de año se despidió a él, a la Galerna del Cantábrico. Se dio la bienvenida a Tchouaméni y Rüdiger.
Ancelotti entró en la Historia al convertirse, con cuatro, en el entrenador con más Champions de todos los tiempos. Florentino Pérez, con seis Copas de Europa como presidente, se dio la mano con Bernabéu tras igualar su palmarés y superó los 50 títulos ganados en el club. Como si todo lo que tuviera por hacer lo hubiera dejado hecho, el Madrid pasó página hacia un 2023 que ha de traer consigo la inauguración del nuevo estadio y el nacimiento de la Superliga.