Hace no mucho que eran intocables para cualquiera que hablara del Real Madrid. Mencionar a Toni Kroos y a Luka Modric era como tocar una parte del escudo, una pieza fundamental e imprescindible del juego del conjunto blanco y de sus innumerables éxitos deportivos. Junto a Casemiro, seguramente formaron el mejor centro del campo que se ha visto en los últimos años y el fútbol no tenía otra que rendirse a la evidencia.
Sin embargo, los años no pasan en balde para nadie y ellos dos no iban a ser una excepción. El alemán suma ya 33 años y hace tiempo que decidió cuidarse al máximo dejando la selección germana, mientras que el croata alcanza ya los 37 y no es ni mecho menos un juvenil. Por eso, es cierto que el plano físico les ha pasado factura en algunos partidos y que no han estado tan brillantes como en años anteriores, pero no deja de ser un hecho lógico provocado por el desgaste.
En varios partidos se le ha llegado a recriminar a Carlo Ancelotti que apostara por un centro del campo en el que estaban a la vez Toni Kroos y Luka Modric, especialmente en aquellos en los que la exigencia física era elevada. Sin embargo, el técnico italiano ya los ha calificado de "intocables" en varias ocasiones y tiene muy claras sus ideas. Para él son imprescindibles y al menos esta temporada va a seguir confiando en ellos cada vez que lo considere oportuno.
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Así lo hizo en el Camp Nou. Las dudas aparecieron en el madridismo cuando vieron al alemán y al croata formando en el once inicial cuando el Real Madrid tenía que plantear una dura batalla al Barça para intentar voltear la eliminatoria. Cuando rodó el balón todas esas dudas se esfumaron por completo viendo lo que fueron ambos capaces de hacer ayudados por el resto de sus compañeros.
Desde el centro del campo, apoyados por un Fede Valverde que ocupó una posición más retrasada que en partidos anteriores, los dos veteranos comandaron una victoria histórica del conjunto blanco en el Camp Nou para plantarse en la final de la Copa del Rey.
Modric, mediapunta
El Real Madrid sorprendió con su cambio de esquema en el Camp Nou. Ya dijo Carlo Ancelotti que algo diferente tendrían que hacer para el partido de vuelta si querían pasar a la final de la Copa del Rey, y para ello movió las posiciones en el terreno de juego. En lugar del 4-3-3 más habitual, saltó al césped con un 4-2-3-1 en el que lo más novedoso fue la ubicación de Luka Modric.
Fede Valverde retrasó y centró su posición, acostumbrado a jugar por la banda derecha y en ocasiones hasta formando parte del tridente de ataque junto a Vinicius y Benzema. Formó un doble pivote junto a Toni Kroos que permitió liberar a Luka Modric en tareas más ofensivas, jugando más cerca de Karim Benzema, el '9' de referencia.
En la primera parte los blancos tuvieron que emplearse más a fondo en tareas defensivas. Les costó mantener el balón, llegar con claridad a la portería de Ter Stegen, y eso lo notó Luka Modric porque pudo entrar menos en contacto con el esférico y apenas desplegó su mejor juego.
Sin embargo, en la segunda fue fundamental. Ahí es cuando el Real Madrid se sintió realmente a gusto, campó a sus anchas por todos y cada uno de los centímetros del Camp Nou y el croata pudo conectar mucho más con sus compañeros. De hecho, su actuación fue fundamental para matar la eliminatoria nada más comenzar este segundo acto.
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Modric robó un balón pegado a la banda fruto de una buena presión de los de Ancelotti, sorteó a todos los futbolistas del Barça que le fueron saliendo al paso y le dejó el balón franco a Benzema en la frontal del área. El francés hizo el resto, colar el esférico en el marco de Ter Stegen y marcar el segundo, pero Luka fue fundamental en el origen de la jugada y demostró que aún está más que capacitado para trabajar en tareas defensivas y ser definitivo en ataque.
Kroos, seguro
El germano jugó algo más desprotegido que en otros encuentros, aunque ni mucho menos lo acusó. En esta ocasión no tuvo a dos hombres al lado, sino que tan sólo contó con el apoyo de Fede Valverde, potente físicamente como siempre, y ellos dos fueron suficientes para que el Real Madrid no hiciera aguas como sí que ha sucedido en otros encuentros anteriores.
Se había especulado mucho con una hipotética suplencia de Toni Kroos en el Camp Nou. Fue titular en el partido anterior contra el Real Valladolid y además disputó los 90 minutos, algo que se tomó con un síntoma de que no iba a partir en el once inicial dado que hay que medir al milímetro los esfuerzos del germano en la temporada.
Sin embargo, Carlo Ancelotti apostó por su hombre de confianza en el centro del campo y la jugada le salió perfecta. El germano fue infranqueable aunque tuvo trabajo. Eso sí, obligó mucho al Barça a buscar el juego por fuera y por donde más peligro generaron los culés fue por las bandas con Raphinha y con Balde.
No solo eso, sino que Toni Kroos jugó de nuevo el partido completo. No acusó para nada el desgaste previo del partido de Liga y supo aguantar perfectamente los 90 minutos de un encuentro mucho más exigente como el que planteó el Barcelona. Volvió a quedar claro que Modric y Kroos tienen cuerda para rato.