El final del partido entre el Cádiz y el Real Madrid dejó una imagen desagradable en la que Antonio Rüdiger se vio involucrado de manera involuntaria. Alcaraz, el futbolista del conjunto andaluz, se acercó en actitud desafiante al central alemán ante el estupor de este, que no comprendía qué estaba pasando.
Con el pitido final y una vez que los jugadores ya se hubieron saludado en el terreno de juego, Rüdiger acudió hasta una de las gradas del Nuevo Mirandilla para regalarle su camiseta a un aficionado al que ya le había prometido su indumentaria. Un gran gesto y sin ningún tipo de mala intención que, sin embargo, no cuajó de la misma manera en el resto de la grada.
Varios aficionados comenzaron a dedicarle insultos al futbolista del Real Madrid e incluso llegaron a lanzarle algún objeto mientras que el germano encaraba ya el túnel de vestuarios para marcharse a las duchas para celebrar la victoria con el resto de sus compañeros. Fue casi ya a la altura del centro del campo cuando la situación se enfangó todavía un poco más.
Alcaraz, el futbolista del Cádiz, acudió corriendo hacia la posición en la que se encontraba Rüdiger para recriminarle algo en actitud desafiante. De hecho, el jugador del conjunto andaluz tuvo que ser separado por varias personas de los respectivos cuerpos técnicos que se encontraban allí para que la disputa no llegara a mayores. Eso sí, Alcaraz insistió visiblemente enfadado y realizó varios aspavientos con sus brazos en señal de protesta.
Finalmente, la sangre no llegó al río y aunque otros jugadores del Cádiz acudieron a la zona para ver qué estaba sucediendo, Rüdiger pudo enfilar con tranquilidad el camino de los vestuarios. El central jugó a un gran nivel los 90 minutos y ayudó a mantener la portería blanca a cero en el Nuevo Mirandilla.