Si Bellingham juega, el Real Madrid sonríe. Es complicado sacarle un mayor rendimiento a un fichaje en tan poco tiempo como el que le está sacando el conjunto blanco al futbolista inglés en este arranque de La Liga.
Los de Carlo Ancelotti vencieron en Balaídos para conseguir su tercer triunfo consecutivo en este arranque de la competición y lo hicieron de nuevo con Jude Belligham como gran estrella. El centrocampista demostró que ha caído de pie en el Real Madrid porque apareció en el momento oportuno para decantar el choque y hacer que su equipo se llevara un partido que parecía destinado al empate.
Ni siquiera Rodrygo desde el punto de penalti pudo desequilibrar la balanza. El brasileño se encontró con una gran mano de Javi Villar en su lanzamiento desde los once metros, aunque sin duda la peor noticia la puso el compatriota del delantero madridista. Vinicius se tuvo que retirar en la primera parte con problemas musculares que le tendrán apartado unos días de los terrenos de juego.
Con mucha fuerza
La Liga sigue en sus primeros compases, por lo que sigue sorprendiendo que salgan a estas alturas de la temporada y en pleno agosto partidos con tan alta intensidad desde el inicio. La primera parte del choque fue de lo más entretenida, quizás no tanto por ser un torrente de ocasiones pero sí por lo abierto del envite y por la sensación de que podían pasar cosas en cualquier momento.
Tan eléctrico comenzó el partido, que cuando tan sólo se habían disputado tres minutos de juego el Celta se adelantó en el marcador. Lo hizo en una jugada un tanto embarullada, después de un saque de esquina, por medio de Larsen. Sin embargo, el tanto fue anulado después de ser revisado en el VAR porque el jugador del Celta tal y como se apreció en la repetición agarró de la camiseta a Kepa, que se estrenaba como titular.
Aquello le hizo reaccionar al Real Madrid, que había viajado a Balaídos a por la victoria para mantener su inicio de Liga intacto. Valverde primero y Vinicius después mostraron las intenciones del conjunto blanco, aunque en un partido tan loco y con tantos acercamientos al área iba a costar hacer gol.
Una mala noticia se cruzó en el camino del Real Madrid en la primera mitad. Las alarmas saltaron cuando Vinicius pidió la atención médica y tuvo que marcharse lesionado. Problemas musculares para el delantero, que seguro que tendrá que parar varios días. Su puesto lo ocupó Joselu, que gozó de más minutos oficiales que nunca hasta el momento en la delantera.
Valverde fue el más insistente en los remates a la portería contraria, pero el Celta también enseñaba el colmillo como con una llegada de Mingueza en el segundo palo que a punto estuvo de terminar en gol. También la tuvo Bamba antes del descanso tras una contra perfectamente lanzada, pero el choque se fue al intermedio sin goles.
Más intensidad
La gente en Balaídos se estaba divirtiendo con el espectáculo que estaba viendo, y aunque podía pensarse que en la segunda mitad el físico de los jugadores acusaría los primeros 45 minutos, ni mucho menos pasó eso. El segundo acto fue también muy entretenido, con constantes llegadas a las áreas aunque dos equipos a los que les costó una barbaridad ver puerta.
Las más claras las tuvo el Real Madrid. Primero con un disparo de Fede Valverde desde dentro del área tras una jugada un tanto embarullada que se marchó fuera de manera inexplicable. Quiso ajustar el uruguayo tanto que echó el esférico directamente fuera.
Pero es que los de Ancelotti además gozaron de un penalti a su favor. Belligham, en una nueva genialidad de las suyas, ofreció un pase en profundidad perfecto para la carrera de Rodrygo. El brasileño se plantó mano a mano ante Javi Villar, recortó y fue objeto de falta dentro del área. No hubo ningún tipo de dudas. El propio Rodrygo asumió la responsabilidad del lanzamiento pero se encontró con una mano prodigiosa del guardameta del Celta para evitar el gol.
Parecía que el partido se iba a quedar sin la salsa de gol, pero había que tener en cuenta que estaba Bellingham sobre el terreno de juego. El inglés ha llegado al Real Madrid con una estrella que parece no apagarse por mucho que pasen las jornadas. En un córner, Joselu peinó el balón al segundo palo y allí apareció como por arte de magia Bellingham para lanzarse en plancha y marcar el gol definitivo.
El Celta no tuvo ya casi capacidad de reacción. Le quedaban 10 minutos por delante, pero los de Ancelotti supieron cerrar el partido y sumar ya su tercera victoria consecutiva en este arranque de La Liga. El Real Madrid, como la temporada pasada, ha comenzado como un tiro.