Vuelve a sonar la música de la Champions League para el Real Madrid, así que el conjunto blanco sonríe. Cada vez que aparece en el calendario esta competición, los merengues sienten un estado de ánimo diferente, como si salieran de la monotonía de La Liga, y se reencuentran con ese cobijo que tantas alegrías les ha dado y les sigue dando pese al paso del tiempo.
La segunda jornada de la fase de grupos se abre camino y los de Carlo Ancelotti se enfrentan al Nápoles (21:00 horas, Diego Armando Maradona) en el que se presupone que es el partido más complicado de este tramo de la competición. Los italianos son, sin duda, el rival a batir en la pelea por el liderato en este grupo C, y además el choque se disputa a domicilio, por lo que parece la prueba más difícil antes de que lleguen los octavos de final.
Se trata del segundo asalto al liderato consecutivo para el Real Madrid en apenas cuatro días. Si el pasado sábado se plantó en Montilivi dispuesto a recuperar su lugar en lo más alto de la clasificación de La Liga y además lo consiguió, ahora el conjunto blanco quiere destronar al Nápoles y empezar a poner las cartas sobre la mesa.
Enfrente estará un rival en llamas que no está viviendo un arranque de temporada precisamente sencillo. Pese a que en lo deportivo parece que está encauzando de nuevo su trayectoria, los líos fuera del terreno de juego se le multiplican y más aún en torno a una figura tan polémica como la de su presidente De Laurentiis.
Apartar fantasmas
Es de sobra conocido que el Real Madrid vive en un continuo examen. Cada partido es un juicio público para el conjunto blanco, y desde luego que este encuentro ante el Nápoles no va a ser menos. En las últimas semanas, especialmente tras la derrota ante el Atlético de Madrid, surgieron ciertas dudas sobre el equipo, pero parece que en los últimos choques los de Ancelotti se han encargado de despejar las especulaciones.
El último triunfo tan brillante en Girona para recuperar el liderato de La Liga le ha hecho mucho bien al Real Madrid, que ahora afronta este enfrentamiento contra el Nápoles mucho más sosegado y confiado. Las sensaciones han mejorado y si se confirman en Champions League será un gran síntoma que ayudará a callar las críticas durante un tiempo.
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Carlo Ancelotti no se llevó a Italia a David Alaba, que todavía se recupera de su lesión, así que de nuevo el técnico transalpino contará con un hándicap en la defensa. La ausencia del zaguero se une a las bajas de larga duración de Militao y de Courtois, mientras que Arda Güler todavía sigue sin poder pisar un terreno de juego en competición.
Va a ser un día muy especial para Carlo Ancelotti. El entrenador regresa a la que fue su casa entre los años 2018 y 2019, así que espera un buen recibimiento por parte de una afición tan caliente como es la napolitana. El italiano fue segundo en la Serie A en su primera temporada al frente del equipo, si bien es cierto que no pudo finalizar la segunda campaña.
Kepa estará en la portería, y en la defensa la principal duda aparece en el lateral izquierdo. Parece que Carvajal, Rüdiger y Nacho repetirán en el once, pero queda por ver si Camavinga también estará en la banda como el día del Girona o por el contrario Mendy o Fran García aparecen en esa posición.
Eso también condicionará el centro del campo. Tchouaméni parece asentarse, pero Modric lleva un par de semanas sin ser titular, así que parece el momento indicado para regresar al once y acompañar quizás a Valverde y Bellingham. Arriba Vinicius y Rodrygo son los designados para las grandes citas.
Un rival en crisis
La temporada del Nápoles no está siendo precisamente un cuento de hadas. Si la temporada pasada arrasó en la Serie A de una forma impresionante, este año la historia está yendo por unos derroteros totalmente distintos tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo.
Dentro del terreno de juego ha quedado claro que el conjunto que dirige Rudi García no es ni mucho menos el mismo que el de hace unos meses. De hecho, ya ha protagonizado tres pinchazos en la Serie A en lo que va de curso, algo que le deja a cuatro puntos del Inter y del Milan, los dos líderes de la competición.
Ganaron en su debut en esta Champions League al Sporting de Braga, es cierto, pero lo hicieron sufriendo mucho más de lo esperado. El triunfo napolitano llegó rozando el minuto 90 de partido y además con un gol en propia puerta del conjunto luso, algo que habla a las claras de las dificultades que está atravesando en su juego el Nápoles.
Más allá de todos esto, las cosas no pintan mejor. El vestuario está en pie de guerra contra su técnico y la gran estrella del equipo no está a gusto. Osimhen, referencia en el ataque y gran responsable de todo lo bueno que le pase al Nápoles en el césped, se enfrentó recientemente a su club por un vídeo emitido a través de las redes sociales donde se ridiculizaba al delantero. El jugador incluso se guardó la opción de tomar acciones legales.
Por otra parte, Aurelio de Laurentiis, el presidente del club, está siendo investigado por unas presuntas plusvalías ficticias en el fichaje de Osimhen precisamente. El mandatario y su familia están bajo investigación acusado de haber inflado el precio del fichaje del delantero procedente del Lille añadiendo a otros futbolistas en la operación.