El Clásico entre el FC Barcelona y el Real Madrid contó con la presencia de Miquel Camps en el palco de Montjuic. El portavoz adjunto de la Junta Directiva del Barcelona se sentó justo detrás de dos directivos del Real Madrid: Enrique Sánchez y Eduardo Fernández de Blas.
Miquel Camps estuvo en el ojo de la polémica el pasado martes después de tuitear en contra de Vinicius Jr. "No es racismo, se merece una colleja por payaso y vacilón. Qué representan estas bicicletas innecesarias y sin sentido en el centro del campo", colgó el directivo del Barça en redes sociales. Poco después borró el tweet tras el revuelo generado.
Esta acción fue la detonante para que Florentino Pérez decidiera no acudir a El Clásico de este sábado. El presidente del Real Madrid no viajó también por la ausencia de disculpas por parte del FC Barcelona. Un gesto que molestó mucho al club blanco.
Ese desafortunado tuit dejó reacciones tanto desde el lado madridista como el azulgrana. El primero en pronunciarse fue Rodrygo: "No sé qué hablar, no sé si puedo hablar porque nos recomiendan no hablar. Es lamentable. No hay mucho que decir".
Semanas convulsas
En las últimas semanas, la tensión parecía haber crecido en exceso entre los dos clubes tras las palabras de Joan Laporta. El presidente del FC Barcelona insinuó que el 'caso Negreira' era una campaña de desprestigio dirigida desde el Madrid con el fin de "ensuciar" la historia del Barcelona.
"Se palpa este madridismo sociológico en todos los que dirigen los organismos de poder estatal. No lo pasaron bien cuando el Barça vivía un momento esplendoroso de nuestra historia", explicó Joan Laporta para defender poco después de ser imputado por cohecho en el 'caso Negreira'.