Cambio de última hora en la alineación del Real Madrid. Un contratiempo azotó a Carlo Ancelotti minutos antes de comenzar el partido de Champions League ante el Sporting de Braga y es que Kepa Arrizabalaga tuvo que retirarse del calentamiento con molestias y no pudo ser el portero titular pese a que aparecía en el once elegido por el técnico italiano.
Lunin fue el que ocupó su puesto en el terreno de juego, en lo que era la primera oportunidad para el guardameta ucraniano esta temporada en la Champions. Hace prácticamente tres meses que Lunin no era titular con el Real Madrid, desde que jugara en la segunda jornada de La Liga ante el Almería en la victoria por 1-3 del conjunto blanco.
El ucraniano comenzó la temporada siendo el guardameta titular ante la lesión de Thibaut Courtois. El belga dejó huérfana la portería blanca y el Real Madrid se tuvo que lanzar al mercado de fichajes de forma precipitada, algo que terminó con la contratación de Kepa. Tras unos días de margen y de adaptación, el ex del Chelsea se hizo con la titularidad en la tercera jornada de La Liga.
Este jueves está previsto que los servicios médicos del Real Madrid le harán las pertinentes pruebas médicas a Kepa Arrizabalaga para comprobar cuál es el alcance de su lesión. Diego Piñeiro, que estaba en la convocatoria, fu el segundo portero en este encuentro ante el Braga.
Un nuevo contratiempo para la portería del Real Madrid, un puesto que esta temporada está siendo muy azotado. La baja de larga duración de Courtois obligó a firmar a Kepa, y con la lesión del portero vasco de nuevo la puerta se vuelve a quedar un tanto coja.
La actuación de Lunin
No dejó pasar la oportunidad Lunin, que vuelve a pedir más minutos. El portero ucraniano no tuvo excesivo trabajo en una noche plácida contra el Braga, pero sí apareció cuando tuvo que hacerlo. Lo destacado fue el penalti que paró al español Álvaro Djaló en el minuto 5.
El Madrid iniciaba algo adormilado el partido y Lucas Vázquez tiró de un agarrón a un jugador del Braga la primera vez que los portugueses pisaban el área blanca. Djaló, que marcó en la ida, asumió la responsabilidad: su disparo, con poca potencia y colocación, fue detenido por un Lunin que adivinó la dirección del lanzamiento. A partir de ahí, el Bernabéu rugió y el equipo se encaramó hacia una victoria contundente.