No por decirlo una vez más va a dejar de convertirse en algo extraordinario. Hay muy pocos equipos que se muevan mejor en situaciones límite que el Real Madrid. El conjunto blanco le mojó la oreja al Atlético de Madrid en el derbi de la semifinal de la Supercopa de España y se plantó en la gran final, donde ya espera al Barça o a Osasuna. [Narración y estadísticas del Real Madrid 5-3 Atlético]
Los de Ancelotti volvieron a apelar a la épica y a los minutos finales para decantar la balanza a su favor en un partido precioso de ver, con un torrente de emociones y con un grandioso espectáculo de 120 minutos.
A la prórroga tuvo que recurrir el Real Madrid para doblegar a un Atleti que se adelantó en el marcador por medio de Hermoso nada más comenzar. Fue el partido donde las estrellas fueron los defensas, porque Rüdiger, Mendy y Carvajal fueron los autores de los tres primeros tantos.
La entrada de Joselu en los últimos instantes resultó definitiva. Su mera presencia provocó el fallo de Savic, que anotó el 4-3 en propia puerta, y Brahim, como recompensa a su juego atrevido, se dio el gustazo de matar el encuentro firmando la manita.
Un inicio vertiginoso
Sin contemplaciones, sin especulaciones y sin tiempo para la duda. Tanto el Real Madrid como el Atlético saltaron al césped del Al-Awwal dispuestos a hacerle daño a su rival sin ningún tipo de piedad. Fueron los blancos los que quisieron hacerse con el control del balón en los primeros compases, pero fueron los de Simeone los que picaron primero.
Samu Lino advirtió a los cinco minutos con un disparo precioso buscando la escuadra larga, un remate ante el que Kepa Arrizabalaga, que volvía a la titularidad en este juego alterno que mantiene con Lunin, sacó a relucir sus mejores prestaciones. Un paradón impresionante a mano cambiada del guardameta cedido por el Chelsea evitó el primero y mandó el balón a córner.
Sin embargo, en ese mismo saque de esquina iba a llegar el gol. Griezmann puso el esférico con música desde la parte derecha y encontró la cabeza de Mario Hermoso, que libre de marca y en el punto de penalti, empujó al fondo de las mallas. Incomprensible error en defensa del Real Madrid dejando rematar al central de una manera tan plácida.
Se encontró el Atlético con un escenario inmejorable, con ventaja nada más arrancar y con la posibilidad de jugar al contraataque, como se siente cómodo. El Real Madrid se hizo con el mando del encuentro en busca del empate, aunque los colchoneros rozaron el segundo robando y saliendo rápido. Morata, sin embargo, no pudo rematar en buenas condiciones el centro de Llorente.
Pero no iba a tardar demasiado en encontrar recompensa a su insistencia el equipo de Carlo Ancelotti. En un saque de esquina que a más de uno le recordó al de Sergio Ramos en Lisboa, Modric puso el centro desde la banda derecha y conectó con la cabeza de Rüdiger, que también demasiado libre remató en el corazón del área para batir a Oblak.
Veinte minutos y todo como al principio, pero con un partido de lo más entretenido de por medio. Un cabezazo de Morata a las manos de Kepa y un tiro de Rodrygo que tuvo que atajar Oblak pusieron más emoción antes de la remontada blanca.
Carvajal se animó a subir por la banda derecha, puso un centro raso y por allí apareció Mendy para, con un sutil toque con el exterior de su bota izquierda, dejar a Oblak de piedra y hacer el segundo. De lateral a lateral, una muestra de que el Real Madrid estaba buscando el gol con ahínco.
Se las prometía felices el conjunto blanco con la inercia que llevaba el partido, pero a las puertas de una final de la Supercopa de España nadie regala nada, y menos aún si se trata de un derbi madrileño. El Atlético no se dio por vencido y empató con una gran acción individual de Griezmann. El francés se quitó a Modric de encima con un quiebro fabuloso y batió a Kepa con un derechazo ante el que seguramente el portero pudo hacer algo más.
Todavía faltaba una ocasión más para Rodrygo, que hizo magia dentro del área para zafarse de Savic y Giménez, pero en su remate posterior se encontró con una parada de Oblak de una forma poco usual.
El Madrid fue más ambicioso
Cada vez que el marcador se equilibraba, el Real Madrid era el que mostraba más ambición para ir a por la victoria, y por eso los de Ancelotti salieron al césped con fuerza en la segunda mitad. No lo transformaron en ocasiones claras, así que el Atleti se animó a buscar la portería contraria también.
A punto estuvieron los rojiblancos de encontrar premio a través de Samu Lino, uno de los hombres que más peligro llevó. El ex del Valencia se aprovechó de un error garrafal de Carvajal para ejecutar un disparo cruzado que se fue por muy poco. Cuestión de centímetros.
El partido se metió entonces en una especie de letargo que nada tuvo que ver con lo que sucedió en la primera mitad. Parecía por momentos que había un pequeño pacto de tregua, y tan sólo Vinicius se atrevió a romper las normas. El brasileño fue el más listo de la clase y puso en juego una falta cuando todo el Atlético estaba despistado. Centró buscando a Carvajal y el lateral derecho se encontró con la salvada de Oblak.
De nuevo el esloveno tuvo que emplearse con un disparo de Rodrygo desde fuera del área que salió demasiado centrado. Lo mejor, sin embargo, estaba preparado para el final, como cualquier buen guion de película.
Kepa quedó retratado por segunda vez en el partido con un fallo garrafal que a punto estuvo de llevarse por delante al Real Madrid. El guardameta chocó con Morata en un lance aéreo, se le escurrió el balón de las manos y, tras tocar en Rüdiger, significó el 2-3 para el Atlético de Madrid a falta de poco más de 10 minutos para el final. Dijo Alberola que no hubo falta, así que el gol subió al marcador.
El Real Madrid se vio entonces en una situación de lo más tensa, a las puertas de volverse a casa antes de tiempo, pero esto no es algo nuevo ni por lo que se vaya a poner nervioso el conjunto blanco. Vinicius hizo una maniobra de las suyas, obligó a Oblak a intervenir en el mano a mano y a partir de ahí se desataron una serie de rechaces de locura.
Bellingham probó suerte una y dos veces sin éxito, pero el balón quedó muerto dentro del área para la llegada desde atrás de Carvajal, que puso el esférico en el sitio justo para hacer el empate a falta de seis minutos para el pitido final. El partido de los defensas, Carvajal, Rüdiger y Mendy goleando.
El Madrid creyó, como otras tantas veces en el tramo final, y se cenó al Atlético de Madrid en el tramo final. Brahim con una acción individual prodigiosa, estuvo a punto de evitar la prórroga en el tiempo añadido, pero aunque el Atleti vivió agobiado hasta el último segundo consiguió forzar el tiempo extra.
La agonía rojiblanca
En esta lucha cara a cara por un puesto en la final, todo requirió de 30 minutos más para conocer al primer finalista de la Supercopa. La prórroga se abrió paso y ahí comenzaron a verse las costuras en el plano físico en un partido de tanta intensidad.
Los dos equipos se tomaron durante unos minutos un pequeño respiro, conscientes de que aún había tiempo por delante, y un disparo lejano de Riquelme que se marchó por encima de la portería de Kepa fue de lo poco que llevarse a la boca. Tanto Simeone como Ancelotti, eso sí, metieron piernas frescas para estos minutos con gente como Correa, el propio Riquelme o Camavinga.
Los últimos minutos de la primera mitad de este tiempo añadido fueron un auténtico asedio blanco. Un acoso pero sin derribo, porque el Atlético se cerró muy bien e imposibilitó que el Real Madrid pudiera entrar con facilidad en el área en un partido que cada vez pedía más un perfil como el de Joselu.
Ancelotti leyó a la perfección la situación. El espigado delantero era la solución para derribar la muralla rojiblanca, y la resolución llegó a tan sólo 5 minutos para el final. Carvajal se marchó de Azpilicueta con un toque de pecho, vio el desmarque de Joselu y puso el balón al milímetro.
Joselu estaba en el sitio adecuado y trató de rematar, pero en su fallo encontró el beneficio. El ariete no acertó a cabecear, pero por detrás estaba Savic, que en su intento de despejar, batió a Oblak sin querer y con suspense. Todavía el Atlético tuvo un pequeño arreón con un disparo de Griezmann que se marchó por poco, pero todavía había más castigo.
El Atlético se volcó en la última acción y el Cholo dejó a Oblak subir para buscar el remate. Le salió mal la apuesta, porque el Real Madrid despejó, Brahim olió el rechace y tras superar en carrera al guardameta esloveno anotó la sentencia a puerta vacía. El Real Madrid espera rival para su tercera Supercopa en Arabia.
Real Madrid 5-3 Atlético de Madrid
Real Madrid: Kepa; Carvajal, Nacho, Rüdiger, Mendy (Camavinga, min.81); Tchouaméni (Brahim, min.81), Valverde (Güler, min.112), Modric (Kross, min.67), Bellingham; Rodrygo (Joselu, min.106) y Vinicius (Ceballos, min.106).
Atlético de Madrid: Oblak; Marcos Llorente (Azpilicueta, min.106), Savic, Giménez, Mario Hermoso, Lino (Riquelme, min.66); De Paul (Wistel, min.90), Koke (Javi Galán, min.104), Saúl (Nahuel Molina, min.66); Griezmann y Morata (Correa, min.91).
Goles: 0-1: Mario Hermoso (min.6). 1-1: Rüdiger (min.20). 2-1: Mendy (min.30). 2-2: Griezmann (min.37). 2-3: Rúdiger, en propia meta. (min.78). 3-3: Carvajal (min.85). 4-3: Savic, en propia meta (min.116). 5-3: Brahim (min.122).
Árbitro: Alberola Rojas (Comité de Castilla La Mancha). Mostró tarjeta amarilla a Brahim (min.122).
Incidencias: Primera semifinal de la Supercopa de España disputada en el Al-Awaal Park de Riad (Arabia Saudía) ante 23.932 espectadores. Antes del encuentro, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exfutbolista internacional alemán Franz Beckenbauer.