Tarde de absoluta locura en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid ganó al Almería, el colista de La Liga, en un partido que mostró lo peor y lo mejor del equipo blanco. Primero unos 45 minutos desastrosos, sin un tiro a puerta, y luego una segunda parte en la que salió el alma guerrera de la comuna blanca, formada por la afición y sus jugadores, para protagonizar una remontada épica y sumar tres puntos vitales. [Narración y estadísticas: Real Madrid 3-2 Almería]

En una primera mitad horrible, el Madrid encajó dos goles: uno a los 38 segundos y otro al borde del descanso. Entremedias, los minutos más grises del equipo blanco en lo que va de temporada que dejaron varios señalados. Nacho, que erró en los dos tantos del Almería -de Largie Ramazani y Edgar-, el principal. 

Despertó el Madrid en la segunda parte, con los cambios que hizo Ancelotti y el rugir de un Bernabéu que antes pitó al equipo para provocar su reacción. Metió Bellingham de penalti, luego Vinicius y en el descuento, en el minuto 99, llegó el tanto de Carvajal que enloqueció a los miles de madridistas presentes en el estadio. Hernández Maeso, el árbitro que se estrenó en el Bernabéu este domingo, fue protagonista porque hasta tres veces tuvo que ser corregido por el VAR.

[De la mano de Kaiky a la falta de Lopy y el gol de Vinicius: así intervino el VAR en el Madrid - Almería]

Después de un solemne minuto de silencio en memoria de Franz Beckenbauer, el Real Madrid encajó su gol más rápido en lo que va de temporada. Nacho, que antes había ofrecido el trofeo de la Supercopa al público, perdía el balón y el Almería lo aprovechaba para lanzar el contraataque y hacer el gol.

38 segundos pasaron desde el saque de centro hasta que Ramazani ponía el 0-1 en el marcador. 38 segundos tardó Kepa en recibir un tanto en su vuelta a la portería. El Madrid, una vez más, era castigado por no arrancar concentrado un partido: seis de los ocho goles encajados esta Liga en las primeras partes han sido antes de cumplirse el minuto 10.

Nacho Fernández, durante el Real Madrid - Almería EFE

El Madrid, lejos de reaccionar, siguió muy atascado durante toda la primera mitad. Eran los minutos más grises del equipo en lo que va de temporada y también, por primera vez en mucho tiempo, se escucharon pitos al Santiago Bernabéu. El enfado del público se hizo evidente cuando Sergio Arribas, ex de La Fábrica, tuvo una ocasión para marcar y no se fue hasta que llegó el descanso.

Sólo se vio a Bellingham con voluntad. El inglés se ofrecía, peleaba cada balón y hasta dejaba muestras de su calidad técnica, pero sus compañeros no le acompañaban. Rodrygo estuvo totalmente desaparecido y Vinicius, con el que hubo cierto runrún, se mostró fallón.

El Bernabéu, de los pitos al éxtasis

Dada la apatía de los jugadores del Madrid, aun con el marcador en contra, el Almería se empezó a crecer. Además, un desacertado Nacho se lo ponía más sencillo al equipo dirigido por Gaizka Garitano. El capitán blanco, que ya falló en el 0-1, lo hizo por segunda vez al borde del descanso. Un mal despeje del '6' del Madrid originó lo imprevisible: el 0-2 para los visitantes.

La errática patada de Nacho dejó el balón botando a Edgar para que, con un espectacular zapatazo, atravesara la portería del Madrid. La bronca crecía en las gradas, y llegó el final del primer tiempo. Los de Ancelotti no habían hecho ni un solo tiro a puerta y el Almería, que sólo había sumado seis puntos hasta ahora en esta Liga, se encontraba en un escenario que difícilmente podía haber imaginado para el descanso en el Bernabéu.

El resultado, pero sobre todo la pobre imagen dada por el Madrid, dejó otra estampa insólita: ocho jugadores merengues calentaron sobre el césped en el descanso, de los cuales entrarían tres (Joselu, Fran García y Brahim) en la reanudación del partido. Los señalados, los que se marcharon del campo tras los peores minutos blancos de la temporada, fueron: Nacho, Mendy y Rodrygo. Tal era el hastío madridista por lo visto hasta ese momento que se celebraron los cambios de Ancelotti con una ovación.

El intento de reacción desde el banquillo alentó al público, que cambió los pitos por ese ambiente más propio de las grandes noches de Champions que en Liga rara vez se acostumbra a ver. El Madrid, ahora sí, sacó la garra y se lanzó a buscar la heroicidad de remontar el 0-2 con solo un parte por jugarse.

Tres revisiones del VAR decisivas

Los segundos 45 minutos fueron de infarto, con un protagonismo absoluto del VAR dado el caótico arbitraje de Hernández Maeso. Tres veces acudió al monitor el colegiado en menos de un cuarto de hora (entre el 55' y el 70') para corregir sus decisiones que habrían determinado otro final completamente distinto.

Primero fue una mano en el área de Kaiky, central del Almería. Los franjirrojos pedían falta de Rüdiger en la acción, pero el árbitro señaló la pena máxima tras revisarlo en el VAR. El penalti lo lanzó Bellingham, que acapara merecidamente cada vez más galones, y engañó al portero disparando al centro. Gol número 18 del inglés.

Con 1-2, llegó el éxtasis y el descontrol total. El Madrid, volcado al ataque, asumió demasiados riesgos y en una contra del Almería llegó el susto. Otro tiro a portería del conjunto andaluz, otro gol. Este de Arribas. Sin embargo, desde el VAR volvían a llamar a Hernández Maeso porque había una falta previa en la jugada a Bellingham. El resultado de la revisión: gol anulado y amarilla por el manotazo que se llevó Jude en la cara.

Y quedaba la tercera jugada en la que el VAR tuvo que actuar. Tchouaméni colgó un centro, que remató Vinicius como pudo y fue a gol. Pero el árbitro apenas dio tiempo para celebrarlo porque lo anuló por una supuesta mano del brasileño en el remate. Otra vez llegó el aviso y, como reclamaba el '7' del Madrid, se demostró que el golpe al balón fue con el hombro y, por tanto, el gol del 2-2 era legal.

Vinicius celebra un gol contra el Almería Reuters

Con el empate, el Madrid se fue a por todas a rematar la hazaña. En el 77', a Bellingham le anularon un gol por fuera de juego de Fran García y, a partir de aquí, hubo varias acciones claras para el 3-2. Ceballos y Camavinga fueron los últimos cambios que hizo Ancelotti. Con tanto tiempo que estuvo parado el juego, Hernández Maeso añadió once minutos de descuento que fueron celebrados por el público. Había tiempo de sobra.

Y la épica del Bernabéu, la que en tantos días y noches ha acompañado al Madrid a lo largo de su historia, apareció una vez más. Dani Carvajal hizo el tanto de la victoria en el minuto 99. Fue una jugada que empezó con un centro de Brahim desde el costado derecho, Bellingham la cruzó a su palo contrario y el lateral madridista se lanzó para rematar a gol. Garitano, técnico del Almería, fue expulsado por protestar. Éxtasis en un Bernabéu que volvió a creer en los suyos en una tarde de fe descontrolada.

Real Madrid 3-2 Almería

Real Madrid: Kepa Arrizabalaga; Dani Carvajal, Nacho Fernández (Joselu Mato, m.46), Antonio Rüdiger, Ferland Mendy (Fran García, m.46); Aurelien Tchouaméni, Toni Kroos (Eduardo Camavinga. m.83), Fede Valverde (Dani Ceballos, m.71), Jude Bellingham; Vinícius Junior y Rodrygo Goes (Brahim Díaz, m.46).

Almería: Luís Maximiano; Marc Pubill (Alejandro Pozo, m.72), Kaiky, Edgar González, Chumi, Sergio Akieme; Lucas Robertone (Gonzalo Melero, m.85), Dion Lopy; Sergio Arribas (Lazaro, m.80), Largie Ramazani (Adrián Embarba, m.70) y Marko Milovanovic (Luis Suárez, m.75).

Goles: 0-1, m.1: Largie Ramazani. 0-2, m.43: Edgar González. 1-2, m.57: Jude Bellingham, de penalti. 2-2, m.67: Vinícius Junior. 3-2, m.99: Dani Carvajal.

Árbitro: Francisco Hernández Maeso (Comité extremeño). Amonestó a Eduardo Camavinga (m.98), Dani Carvajal (m.100) y Jude Bellingham (m. 111), del Real Madrid; y a Largie Ramazani (m.53), Dion Lopy (m.64), Alejandro Pozo (m.75), Edgar González (m.85) y Luis Suárez (m.101), del Almería.

Incidencias: Partido correspondiente a la 21ª Jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Santiago Bernabéu ante 72.044 espectadores. Antes del inicio del encuentro, el capitán del Real Madrid, Nacho Fernández, ofreció a su afición el título de la Supercopa de España logrado hace una semana tras golear 4-1 en la final al Barcelona y se guardó un minuto de silencio en memoria de Franz Beckenbauer.