La vida es diferente para Eden Hazard desde hace algunos meses. A sus 33 años -cumplidos el pasado 7 de enero-, el belga es ya un futbolista retirado. Sigue viviendo en Madrid, donde sus hijos juegan el fútbol. El mayor lo hace en la cantera del Real, donde Eden cumplió un sueño, el de vestir de blanco, pero acabó fracasando estrepitosamente.
Críticas por su peso, dudas en cuanto a su actitud y, sobre todo, lesiones fueron lastrando sus años en el Real Madrid. Hazard ni siquiera cumplió los años que firmó en 2019 y se acabó marchando el pasado verano, renunciando a la temporada que le quedaba, para luego colgar las botas.
Hazard se ha sincerado sobre todo esto en una entrevista para el diario L'Équipe. En ella quiere transmitir cómo sintió todos los problemas que se le fueron sumando en el Real Madrid. Recalca que no sufrió. Además, cree que su mentalidad no encajaba con la idea del club pese a que siempre soñó con jugar allí.
No encajó en el Madrid
"Ahora es fácil decirlo. Desde pequeño fui seguidor de Zidane. El Bernabéu, la camiseta blanca... tiene un encanto que los demás no tienen. El Madrid es especial. Más allá de eso, creo que no encajo. No es como yo. Es un club un poco fanfarrón, y yo no soy así. Incluso la forma en la que jugábamos no me gustaba si la comparas con la de otros clubes. Pero era mi sueño. No podía terminar mi carrera sin venir aquí".
Por qué fracasó
"Me habría gustado hacer las cosas a mi manera y triunfar. Esto demuestra que el Madrid es más grande que cualquier otra cosa. Es complicado jugar allí. Quizá necesitaba entrenar más. También tuve las peores lesiones en los peores momentos. La operación, la placa... Vuelvo, me duele, fuerzo. En la segunda temporada llega Ancelotti. Tuve buena preparación, juego bien, pero mi cuerpo, el dolor, las lesiones...".
Calvario con las lesiones
"Una mañana, cuando me desperté, tenía un bulto como esto (señala una pequeña taza) en el tobillo. Infección. Me iban a operar otra vez, que es lo que quería y pedí. Me quedaban dos años más de contrato y me dije: 'Adelante, intenta moverte'. Pero perdí mi lugar, mi confianza y luego mis ganas. Pasé de ser duro frente a tipos que me estaban arrancando la rodilla, a levantarme con dolor de la cama... Me hubiera gustado entender por qué y no pude".
La desmotivación
"Tengo suerte de haber estado en esta industria y haber ganado mucho dinero. La gente lucha todos los días, no tengo derecho a quejarme, ni siquiera cuando no estoy jugando, ni siquiera estando lesionado diciendo que la vida apesta. Imposible. Me dolía, pero por otro lado... Al final lo utilicé como excusa: 'Me duele, realmente no puedo hacerlo'. No estaba deprimido, pero ya no tenía ganas. Simplemente no tenía ni la energía ni la fuerza (…) No tenía ningún sentido, se había acabado".
"Si hubiera sido como Cristiano Ronaldo, me habría quemado"
Críticas por su peso
"Con el Chelsea acababa de terminar una de las mejores temporadas de mi carrera. Me dije: 'Ahora que estoy en el Real, estas son quizás las últimas vacaciones en las que podré...'. Y me dejé llevar como me dejo cada verano. Siete años en Inglaterra, sin descanso en Navidad, dándolo todo, para que cuando tenga tres o cuatro semanas de vacaciones 'no me molestes': barbacoas, vino rosado... todo eso. Y es lo que me permitió reiniciar y empezar de nuevo. Después en el Madrid la cosa salió mal y ya está".
Una mentalidad como la de Cristiano
"No habría sido yo. Después de un entreno sumergirse durante una hora en el baño frío, no. Déjame en paz, con mis amigos, vamos a casa, jugamos a las cartas, tomamos una cerveza. Juego durante dos horas con mis hijos en el jardín. Fue mi recuperación. Si hubiera sido como Cristiano, me habría quemado".
Acusaciones sobre su actitud
"Dicen que era una persona vaga. Pero no pasé dieciséis años sin entrenar. Los jueguitos, las carrerillas, yo estuve ahí. Es verdad que algunas mañanas llegué sin dormir bien, sin ganas y, cuando es así, lo demuestro. 'No me des la pelota. ¡No me moveré en un metro cuadrado!'".
Un final amargo
"Me pone triste que haya terminado así. La historia perfecta habría sido hat-trick y ciao. En Lille terminó bien, en Chelsea aún mejor. Sabía que todo había terminado y ni siquiera quería entrar. Quizás la gente ya me iba a silbar. "Ouh, ouh". ¿Sabes qué? Déjame en el banquillo, lo disfrutaré".