Vuelve la Champions League. Los octavos de final arrancan este martes 12 de febrero y se abren con las respectivas eliminatorias de los dos últimos campeones de Europa: Real Madrid (2022) y Manchester City (2023). Los blancos se miden al RB Leipzig, un conocido de la pasada edición del torneo continental. Pero que nadie se piense que los alemanes no tienen peligro.
En el Madrid no se fían desde que el sorteo les emparejó con el Leipzig. Dentro del bombo 2, el conjunto germano no parecía el más difícil (lo son más PSG o Inter) ni tampoco el más deseado (comparado con el Copenhague, rival del City, o el Oporto). Jugar en Alemania nunca es sencillo y pilla, además, en un momento sensible de la temporada.
Los de Carlo Ancelotti viajaron este lunes a Leipzig con bajas sensibles. La más dolorosa es la de Jude Bellingham, que sufrió un esguince en el tobillo izquierdo ante el Girona y volvería para la vuelta contra el Leipzig. Se espera que Brahim le sustituya. El otro problema en orden de gravedad está en el centro de la defensa, donde Nacho será el único central disponible. Aurélien Tchouaméni es el favorito para hacer de 'pareja' del capitán.
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En el banquillo del Leipzig está Marco Rose. Fue 'maestro' de Bellingham durante un año en el Borussia Dortmund y respira de alivio por no tener que sufrirle, aunque no se creerá su baja hasta que vea que no está en el estadio: "Conozco a Jude, hace todo lo posible por jugar el partido de la Champions League", dijo el técnico alemán en la rueda de prensa previa al choque.
En las filas del Leipzig están el español Dani Olmo y un neerlandés, Xavi Simons, también criado en la cantera del Barcelona. Según su técnico, son "dos jugadores que marcan la diferencia". "Sabemos de las cualidades que tiene Xavi Simons, que es muy joven y ha dado un paso adelante. Dani está muy motivado para jugar ante un equipo de su país, está listo para ayudarnos, y haber crecido en La Masia le motivará aún más", apuntó Rose.
Openda y Sesko, los toros del Leipzig
Pero los goles del Leipzig los ponen otros: Loïs Openda y Benjamin Sesko. El belga de 23 años y el esloveno de 20 son las referencias ofensivas del equipo. El club pagó 38,5 y 24 millones de euros, respectivamente, tras despegar en el Lens y en el RB Salzburgo. Tal ha sido el impacto de la dupla que fueron desplazando a un icono del equipo, Timo Werner, que en enero se marchó cedido al Tottenham Hotspur.
En los últimos tres partidos del Leipzig, los goles se han repartido entre Openda y Sesko. Siempre marcando uno y otro ante Stuttgart, Union Berlin y Augsburgo. Suman en lo que va de temporada un total de 29 goles: 19 del belga y 10 del esloveno. Eso es, añadiendo las cuatro asistencias de Openda (4), más del 50% de fabricación de los goles totales de su equipo (55).
Sus cualidades son opuestas y por eso se complementan tan bien en la punta de ataque del Leipzig. Recientemente, Marco Rose lo valoraba así: "El punto fuerte de Sesko es el juego aéreo [mide 1,94 metros]. Y Openda siempre es una fuente de problemas, es incómodo de defender. Hace tantas carreras, es tan fuerte con su centro bajo de gravedad... Los rivales no le cogen". El Madrid puede tomar nota para el contexto desfavorable que le espera en Alemania, con sólo Nacho disponible entre sus centrales.
Será un examen para Tchouaméni. Le toca volver a tener que emplearse de central, donde ha jugado ya esta temporada en cuatro ocasiones. Todas ellas fueron en Liga, ante Osasuna, Alavés, Mallorca y Girona, y todas acabaron en victoria del Madrid manteniendo la portería a cero. Para Ancelotti es una solución para el problema de altura que se vio en el último derbi, ya sin Rüdiger y con Carvajal ocupando su sitio junto a Nacho. Sesko, en el aspecto aéreo, es el jugador a vigilar.
Tchouaméni ha jugado cuatro partidos de central: el Real Madrid ganó todos sin encajar gol
El Madrid no se fía
El Madrid también debe tener en cuenta cómo se saldó su última visita al Red Bull Arena, de la que no hace tanto. Fue en octubre de 2022, en la fase de grupos de la última Champions League. Los de Ancelotti ya tenían el billete para octavos y les faltó intensidad, pagándolo caro. Es el aviso que puede dar Carletto a sus jugadores para unirse en el esfuerzo, como realizaron ante el Girona, en la dificultad.
El RB Leipzig es distinto al del año pasado, eso sí, partiendo de la pérdida de su gran estrella: Christopher Nkunku. Es un equipo marcado por la irregularidad. Llega al partido en una fase en que los resultados no se le están dando y en la que ha terminado quedándose de momento fuera de los puestos de Champions en la Bundesliga.
En los últimos cuatro partidos el Leipzig ha logrado una sola victoria, un empate y dos derrotas, ante el Stuttgart (5-2) y Bayer Leverkusen (2-3). Algunos de los partidos, sobre todo el duelo ante el Leverkusen en el que estuvo dos veces en ventaja y encajó en el descuento el gol de la derrota, el juego ha sido mejor que los resultados pero estos empiezan a acumularse y poco a poco empiezan a convertirse en un conato de crisis.
En el último partido, ante el Augsburgo (2-2), el Leipzig estuvo cerca de la victoria pero Openda falló un penalti. Una situación que contrasta con su participación en la Champions, solamente superado el equipo de Rose por el Manchester City en los dos partidos del grupo, venciendo el resto para acceder a octavos de final por cuarta ocasión en los cinco últimos años en un crecimiento progresivo. Ahora el buque insignia en el fútbol de la fábrica Red Bull plantea una eliminatoria 'trampa' al rey de Europa.