"Es el Bernabéu, my friend". Con esta sencilla expresión, Pep Guardiola trató de explicar a un periodista inglés en rueda de prensa el caos frenético que se vivió durante el partido entre Real Madrid y Manchester City (3-3). Para el técnico catalán, que ha visitado el coliseo blanco seis veces en la Champions League, ya no es una sorpresa.
El Manchester City no pierde un partido desde diciembre y tuvo en el Bernabéu su prueba más exigente. Un espectacular empate permite a los de Pep alargar su racha invicta a 26 partidos y le da una ligera ventaja en la eliminatoria al jugarse la vuelta en el Etihad Stadium.
"Nos tomamos bien el empate. Es un buen resultado. Tengo demasiada buena opinión del Real Madrid como para pensar en que vamos a venir aquí a hacer juegos florales", decía Guardiola tras el partido. El mejor fútbol de la temporada se vio en el Bernabéu y lo protagonzaron los dos mejores equipos que existen en la actualidad.
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Es indudable que Guardiola tendrá para siempre la etiqueta de persona non grata en el Bernabéu para la afición madridista. Se lo hicieron saber los hinchas blancos durante la llegada de los autobuses, pero especialmente en el momento en el que su nombre fue anunciado por megafonía. Cuando se escuchó el del técnico de Santpedor, el Bernabéu tronó con una monumental pitada contra su figura.
Bernardo Silva, Phil Foden y Josko Gvardiol, con tres goles desde fuera del área, permitieron a Guardiola salir 'vivo' del Bernabéu. Retomando su conversación en la sala de prensa con el periodista británico, le dijo: "Eres inglés, no sabes lo que significa jugar en el Bernabéu. Al principio hemos perdido más balones de lo normal y ellos tienen piernas y calidad para hacer grandes transiciones. En la segunda parte hemos jugado con mucha personalidad y marcar tres goles en el Santiago Bernabéu está muy bien".
Guardiola, eso sí, se desesperó cuando su equipo fue remontado por el Madrid en cuestión de dos minutos, con los goles de Camavinga y Rodrygo. El preparador catalán no entendía las pérdidas de su equipo y discutía con su 'guru' en el banquillo, Juanma Lillo, en búsqueda de soluciones para evitar un naufragio.
La noche pudo ser fatal para Pep, que recibió un duro golpe a última hora. No pudo contar con Kevin de Bruyne, que sufrió una indisposición al llegar al Bernabéu: "Hemos tenido una reunión y no se encontraba bien. Creo que ha vomitado en el vestuario", revelaba en la previa. Kyle Walker y Nathan Aké fueron las otras bajas en el equipo inglés.
Las quejas 'citizens' sobre el césped
También se estrenó Guardiola bajo la cubierta del nuevo Bernabéu. Le pareció llamativo jugar así, aunque señaló que a él le gusta "ver el cielo". Lo que no le convenció, como tampoco al madrileño Rodri, fue el césped.
"No lo he pisado [el césped], pero me lo han dicho mis jugadores. No os lo toméis mal. El campo es espectacular. El vestuario, todo… es una obra impresionante. El Real Madrid siempre ha tenido un césped increíble, era una moqueta, una alfombra. Y hoy no estaba así, pero seguro que lo arreglarán", dijo Guardiola sobre el tendido de juego.
La pizarra de Ancelotti fue más solvente que la de Guardiola, aunque el resultado no lo reflejó. El italiano colocó a Rodrygo en la banda izquierda y a Vinicius por dentro, lo cual generó problemos en la zaga del Manchester. Los visitantes tuvieron la posesión, pero sin profundidad. Menos mal, para los intereses de Pep, que los 'cañonazos' desde la frontal encontraron puerta.
"Prefiero jugar la vuelta en casa que en el Bernabéu, por experiencias obvias en el pasado. Pero ser favoritos contra el Real Madrid… no lo sé. El favorito será el que juegue mejor. Eso sí, nuestra afición nos va a echar una mano seguro y será un buen partido", concluyó Guardiola. Pep se lleva la eliminatoria de los cuartos de final al Etihad.