El fútbol volvió a dejar una nueva imagen lamentable para el recuerdo, esta vez en Mallorca. Un encuentro aparentemente tranquilo entre dos equipos de categorías inferiores, desembocó en una batalla campal entre los padres de los niños donde muchos de ellos terminaron invadiendo el campo para continuar la pelea.
La violencia en el fútbol está siendo uno de los mayores problemas a tratar de los últimos años, y el ejemplo que han dado estos pésimos padres dejan dudas de si la educación en el fútbol la deben recibir realmente los niños o, por el contrario, sus padres.