En un momento de cuarentena nacional por culpa de la crisis del coronavirus, las redes sociales se han convertido, aún más, en el entretenimiento de millones de personas. A través de Twitter, Facebook, Instagram, TikTok... se comparten millones de vídeos de todo tipo. Los clásicos retos que tan populares se han hecho estos días comparten protagonismo con los aplausos desde los balcones y otros muchos alardes de ingenio de los usuarios.
Lo que no hace tanta gracia, sobre todo a las personas que lo sufren, son los conocidos como vídeos Deepfake. Estos vídeos creados con programas de inteligencia artificial logran insertar el rostro de una persona en la cara de otro protagonista en cualquier tipo de escena audiovisual. El avance de la tecnología ha hecho que cada vez sea más fácil crear este tipo de escenas falsas y que los montajes circulen cada vez más frecuentemente por las redes sociales.
Una de las últimas víctimas de estos montajes ha sido Leo Messi. El futbolista del FC Barcelona ha visto como se ha hecho viral un vídeo en el que se ve un cuerpo de mujer con su cara bailando al ritmo de 'Oki Doki Boomer', un tema creado por la youtuber Senzawa y cuyo baile se ha hecho muy popular sobre todo entre los usuarios de TikTok que comparten sus intentos por emular cada paso.
Se desconoce el origen del vídeo deepfake aunque sí que se sabe quién es la persona que baila en verdad. Se trata del usuario de TikTok Neekolul, quien con más de 120.000 seguidores publica muchos vídeos de este tipo. La publicación original cuenta con más de 873.000 reproducciones y se ha hecho viral también por el apoyo de la bailarina a Bernie Sanders, uno de los candidatos de las primarias demócratas a la presidencia de los Estados Unidos.
No se sabe si el vídeo habrá llegado a Leo Messi o alguien de su entorno ni qué le parecerá la broma. Lo que es seguro es que la popularidad de estos vídeos y la facilidad con la que últimamente se crean abre una nueva vía para las fake news y la desinformación a través de las redes sociales ya que se mueven sobre una fina línea que separa lo divertido del mal gusto y puede llegar a convertirse en un problema para las personas que lo sufren.
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