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Castilla la mancha SOROLLA TIERRA ADENTRO

El genio de Sorolla: La figura más influyente del impresionismo español

24 abril, 2018 00:00

El impresionismo español tuvo en Joaquín Sorolla  (Valencia, 27 de febrero de 1863-Cercedilla, 10 de agosto de 1923) a su figura más influyente. Pero el artista fue también el más importante (y exitoso) de la Belle Epoque española. Después de Goya no habría otro pintor tan talentoso hasta bien entrado el siglo XX.

Pintor desde niño, Joaquín Sorolla empezó a enviar obras a concursos, pasando (como suele suceder) inadvertido. Sus paisajes no eran del gusto de las instituciones. Pero a los 20 años consigue al fin su preciada medalla por una obra histórica… tal y como le dijo a un colega suyo: «Aquí, para darse a conocer y ganar medallas, hay que hacer muertos.»

Poco a poco fue abriéndose paso entre becas y premios y consigue viajar a Roma, donde queda deslumbrado por el arte clásico y renacentista. Después a París, donde conoce la pintura impresionista y ve la luz, y nunca mejor dicho.

COSTUMBRISTA Y MUCHO MÁS

Adapta este nuevo lenguaje de los jóvenes parisinos a su pintura, pero sin descuidar las temáticas que le gustaban a él: costumbrista, paisajes y marinas. Pronto, todo Madrid quiere una de sus pinturas y sin apenas darse cuenta es toda Europa e incluso Nueva York quien cae rendido a su talento.

Como los impresionistas, le gusta trabajar al aire libre. Caminaba a la playa cargado con lienzos y se construía un taller improvisado con sombrillas y toldos para evitar el efecto de la luz directa sobre el lienzo.

Sus obras, en su mayoría costumbristas y con protagonismo del Mediterráneo destacan por una enorme libertad de pincelada y la presencia imprescindible de la luz.

RETRATISTA

Cultiva también el retrato (Ramón y Cajal, Galdós, Machado, Blasco Ibañez, Alfonso XIII…). Todo el mundo a principios del siglo XX quería ser pintado por Sorolla (Arriba, retrato de Raquel Meller).

En 1914 había sido nombrado académico y, cuando terminó los trabajos para la Hispanic Society, trabajó como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. En 1920, mientras pintaba en el jardín de su casa el retrato de la mujer de Ramón Pérez de Ayala, sufrió una hemiplejia que mermó sus facultades físicas, impidiéndole seguir pintando. Murió tres años después en su residencia veraniega de Cercedilla, el 10 de agosto de 1923.

Artista prolífico, dejó más de 2.200 obras catalogadas. Su obra madura ha sido etiquetada como impresionista, postimpresionista y luminista.

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