El joven marroquí de 27 años detenido el pasado martes en Málaga por su presunta integración en el Estado Islámico (también llamado DAESH o ISIS) se quería inmolar en la feria de Manilva, tal y como expresó él mismo en un vídeo que grabó en agosto del año pasado, según ha informado este viernes la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
En conversaciones también afirmaba "estar ya preparado, saber ya quién es su califa y que la muerte no le asusta porque quiere morir mártir", añade el Ministerio Público en un comunicado. El sospechoso también se había interesado por compras de "armas de fuego y de filo" y durante los dos últimos meses de investigación "consumió una gran cantidad de material audiovisual oficial" del Estado Islámico, algunos vídeos sobre asesinatos y degollamientos.
El detenido pasó ayer a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, Santiago Pedraz, quien tras tomarle declaración ordenó su ingreso en prisión provisional para por delito de integración en organización terrorista.
Según la Fiscalía, la Policía Nacional había venido constatando desde diciembre de 2017 que el sospechoso mostraba una ideología con un marcado carácter radical yihadista y entre sus "amigos" se encontraban "numerosos perfiles de personas afines o, incluso, sospechosas de ser integrantes del Estado Islámico".
Los investigadores han analizado las publicaciones del ahora detenido y los 'likes' realizados por el perfil 'Anwar Andalosi', que es el que utilizaba en sus redes sociales. En todas se observaba un "claro posicionamiento en defensa de las acciones y postulados del grupo terrorista DAESH, así como su afinidad e incluso integración" en las filas del mismo, ensalzando la actividad de esta organización y también la de Al Qaeda.
También manifestó su firme intención de desplazarse hasta zona de conflicto para unirse a la filas del Estado Islámico y llevar a cabo la yihad violenta, como así se lo comunicaba a través de internet a varios integrantes de dicha organización que ya se encontraban en Siria.
Este mismo mes, el sospechoso llegó a jurar expresamente lealtad a Omar Bakr el Baghdadi, el líder del Estado Islámico. Según los investigadores, este tipo de compromiso entre los miembros del grupo terrorista en suelo europeo supone en muchos casos el paso previo a la comisión de atentados.
Por este motivo, fue en ese momento cuando la Policía tomó la decisión de reventar la operación, practicándose entrada y registro en su domicilio en Manilva, el mismo lugar donde afirmó que "se iba a explotar".