Lágrimas, sollozos, patadas y resistencia a las fuerzas del orden han presentado un total de 120 animalistas que han asaltado el matadero de Friselva en Riudellots de la Selva en Gerona.
El objetivo era frenar la muerte de los cerdos y "salvarlos". La acción ha sido reivindicada por la organización 269 Libération animale y dirigida por sus responsables. En este sentido, los animalistas se han encadenado a las verjas de la línea de producción para evitar lo que ellos denominan como un asesinato y matanza cruel de los animales.
Al parecer, los activistas contra el consumo de carne llegaron al matadero a las tres de la madrugada. Allí han estado velando por los animales hasta que los responsables del recinto han avisado a la policía de la masiva invasión de los intrusos veganos, según fuentes policiales.
Tras diez horas, los agentes y bomberos han conseguido romper las cadenas y echar a los animalistas del matadero. Muchos han mostrado resistencia, y finalmente, dos de ellos detenidos y llevados al calabozo en ese momento.
Durante el operativo, el SEM ha hecho 11 atenciones (de las cuales, dos a Mossos d'Esquadra). Todos los atendidos tenían heridas o contusiones leves y ya han sido dados de alta.
Los animalistas no se han salido con la suya, pero sí que han logrado robar siete cerdos y como ellos mismos anuncian en sus redes sociales, "ser salvados".
De momento, se desconoce el paradero de los cochinos aunque todo apunta que, tal y como suele funcionar la asociación por la liberación de los animales, los porcinos irían camino de un santuario vegano. Un recinto destinado, tal y como publicó Libre Mercado, a rescatar animales para no ser comidos por los humanos.
Àngels Serrat, directora adjunta de la gerencia de Friselva, ha querido dejar claro que tienen el certificado Aenor de bienestar animales desde 2017. "Tenemos unos estándares de calidad que tenemos que seguir y quizás han sido ellos quienes no lo han hecho a la hora de llevarse a los animales", ha declarado, según el diario 20 minutos.
Asimismo, la directiva ha lamentado profundamente el golpe económico que ha supuesto para la empresa ya que durante prácticamente todo el día no han podido trabajar y han tenido que enviar a 150 trabajadores a casa.
El sindicato de Unión de Campesinos (UP), además, ha alertado sobre la peligrosidad que implica este tipo de acciones en las instalaciones ganaderas para la seguridad alimentaria y el bienestar de los animales.