La sonrisa mueve emociones en una medida casi similar al sexo. Curiosamente, mediante imágenes ecográficas se ha visto que ya se sonríe en el útero, y que bebés ciegos sonríen al oír la voz humana. Por tanto, la sonrisa es innata y parece que se va perdiendo por aprendizaje y condicionamiento social.
La sonrisa moviliza alrededor de 25 músculos faciales, eso en la sonrisa espontánea y verdadera (sonrisa de Duchenne) porque en la forzada se movilizan menos. En la verdadera suele haber exposición dentaria y en la fingida no, a no ser que se aprenda como ocurre en los políticos tan entrenados en “sonreír” habiendo, aún así, diferencias entre los dos tipos de sonrisas.
Se nota cuando una sonrisa no es natural. De hecho, hasta en el cerebro tienen un área distinta que las genera. La sonrisa involuntaria está regida por el sistema límbico encargado de las emociones, y la sonrisa forzada por la corteza motora encargada de la planificación y racionalización.
Pero, ¿cuáles son los efectos y beneficios psicológicos de sonreír?
Pues empezando por uno mismo, sonreírse a uno mismo y de forma voluntaria, forzada, mejora el ánimo. Esta es otra gran curiosidad, porque si te sientes mal o estás un poco depre, sonreírte sin mirarte en el espejo hace que automáticamente te sientas algo mejor. Prueba a hacerlo ahora mismo, ¿ves? El cerebro "piensa” que estamos contentos y reacciona químicamente. Parece que intentar simular una emoción puede llegar a producirla. Pues ya tienes un pequeño truco para influir en tu ánimo, que por supuesto está influido por otras cosas como tus circunstancias y tus interpretaciones.
Sigamos con la sonrisa. Es bastante gratificante encontrarnos con alguien que sonríe y si además la sonrisa es bonita, nos produce un bienestar mayor. Inconscientemente se produce el efecto espejo: sonreímos cuando nos sonríen, a no ser que seamos “raritos”, o como una vez escuché en la consulta intentando trabajar el lenguaje no verbal: “No, no hagas que sonría, que me salen arrugas” (estaría obsesionada con su aspecto, parece).
Junto con la mirada, que también habla, la sonrisa verdadera da muchas pistas sobre nosotros y crea en los demás una imagen, en general, de que somos personas en las que se puede confiar, más generosas, más extrovertidas…, personas sociables; nos hace parecer más cercanas, con lo que somos más accesibles para los demás y en general se nos asocia con actitudes positivas que cualquiera busca al estar en compañía de alguien. Se nos asocia con buenas sensaciones, con lo que podría llegar a producirse un efecto inconsciente de búsqueda de las personas que sabemos que sonríen.
Hay quienes huyen de sonreír y prefieren tener un gesto serio porque la “no sonrisa” también tiene sus asociaciones con tipos de personalidad y lo hacen porque así creen que fabrican una imagen de más seguros, más fuertes, de estatus superior, de más distantes. En fin, poniendo barreras o interferencias en la interacción espontánea con los demás. Esto debiera limitarse a ciertos contextos que podrían justificarlo, como reuniones, cargo de responsabilidad laboral..., porque de lo contrario una cara seria nos inhibe, nos intimida incluso.
Más efectos o intenciones con la sonrisa pueden verse en la seducción, donde es obligada y acompañada siempre de una mirada. Volvemos a contextualizar la sonrisa y donde hay interacciones con intención más allá de ser simpáticos, vemos que sonreír aumenta el atractivo de la persona y se nos activan áreas del cerebro que reducen el miedo a ser rechazados y facilita al acercamiento.
La atracción mediante la sonrisa expresa una variabilidad entre nosotras y ellos. A nosotras nos seduce más una sonrisa ligera que una sonrisa totalmente abierta. Y a ellos al contrario.
Y más sonrisas. Sonreír en algunos trabajos de cara al público aumenta el número de clientes y en concreto, en los trabajos donde se dan propinas, éstas aumentan con quienes te sonríen, como por ejemplo los camareros.
Sonrisas forzadas en el trabajo durante horas pueden crear una contradicción entre las sensaciones de cansancio y algo que se quiere fingir. Con lo que crea bastante malestar en uno mismo y caras extrañas en quienes nos perciben. Resultados negativos.
También está la sonrisa como mecanismo para suavizar enfados. ¡Cuidado!, que si en esta situación cuando alguien nos echa la bronca sonreímos abiertamente, podemos aumentar la ira en el otro al sentirse menospreciado. Si por el contrario sonreímos suavemente, se ha demostrado que se relativiza el enfado, la hostilidad disminuye y nos perdonan antes. En esta situación hay que ser muy hábiles, vamos, casi llevarlo de serie o te la juegas.
Otras curiosidades sobre la sonrisa son:
Las mujeres sonreímos más y somos más hábiles para detectar sonrisas falsas.
Los hombres son bastante torpes en diferenciar sonrisas de cortesía y sonrisas reales
Donde menos se sonríe es en Rusia y donde más en Estados Unidos, pero con un índice más alto de sonrisas falsas.
Como decía antes, los ojos hablan pero los signos de tristeza y alegría donde más se perciben es en la boca, en las comisuras. En Japón, país donde se reprimen emocionalmente en extremo, no es en la boca sino en los ojos donde se muestran.
Y es bueno a nivel de salud: uno de los mayores placeres y gratuitos es el que proviene de ver y sentir una sonrisa. En ese sentido las que más placer producen son las risas de nuestro bebé y las de la persona que amamos. El placer lo produce una sonrisa sincera porque en la forzada se producen mensajes que no son de todo coherentes ni con el lenguaje verbal ni con la actitud.
Ver a alguien sonreír desencadena la liberaciòn de opiáceos y de serotonina. Son efectos similares a hacer ejercicio o comer chocolate negro. Es una de las mejores medicinas, y repito, tanto sonreírse a uno mismo de forma forzada (sin vernos) como que nos sonrían espontáneamente.
Y lo más importante , y hay consenso entre todos los psicólogos, es que la SONRISA ES EL REFLEJO EXTERNO DE UNA ACTITUD ANTE LA VIDA.
NO REFLEJA SÓLO EMOCIONES SINO TAMBIÉN UNA FORMA DE VIDA.
Y yo por supuesto ¡estoy sonriendo mientras escribo!
Ana M. Ángel Esteban. Psicóloga Clínica, Sexóloga. Toledo. 615224680
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