Equalia ha difundido un vídeo con imágenes grabadas con cámara oculta durante los últimos meses en un matadero de Villarejo de Salvanés, en la Comunidad de Madrid. "Las imágenes hablan por sí solas: corderos lanzados, pateados y golpeados. Un trabajador se tira repetidamente encima de ellos. Varios corderos son degollados sin ser aturdidos, a pesar de que el aturdidor permanece al lado de uno de los operarios", denuncian la organización animalista.

"El matarife desatiende sus funciones, de modo que algunos corderos pasan sin ser desangrados, permaneciendo colgados junto al resto de animales muertos. Uno de ellos llegó a estar colgado plenamente consciente hasta media hora, momento en que la imagen pierde el rastro del animal", añade el comunicado de Equalia, que ha interpuesto una denuncia por vía penal al matadero.

Además, el vídeo difundido muestra ovejas "que no se sostienen en pie o están enfermas, y son llevadas a la cinta transportadora para entrar en la zona de desangrado". "Una de ellas fue filmada agonizando la noche anterior. Pasaron diez horas hasta que fue llevada a la zona de matanza. La ley contempla que un animal que no pueda andar, no será arrastrado ni transportado al lugar de la matanza, y se sacrificará in situ, allí donde yazca", aseguran.

Además, Equalia alerta sobre un posible incumplimiento de las normativas de seguridad alimentaria ya que "un trabajador inserta los pendientes identificadores (crotales) a varios corderos dentro del matadero, cuando por ley todo animal debe llevar el crotal identificativo al entrar, ya que de lo contrario se corre el riesgo de perder la trazabilidad y es imposible garantizar la procedencia del mismo". "También se desvelan condiciones higiénicas preocupantes, con corrales llenos de heces y orines. Este ambiente de suciedad favorece la proliferación de pulgas y puede generar la acumulación de gases que afectan al sistema respiratorio, poniendo en riesgo incluso la propia salud de los trabajadores", denuncian.

Tras este nuevo caso de presunto trato animal, la ONG defiende la instalación de cámaras en los mataderos para facilitar a los veterinarios "determinar y detectar problemas de bienestar animal", permitir "una mayor seguridad para los trabajadores" y ayudar "a garantizar el buen cumplimiento de las normativas de higiene y seguridad alimentaria".