El coronavirus hace estragos en una residencia de mayores de Madrid. Al menos 17 ancianos internados en la madrileña residencia MonteHermoso han perdido la vida como consecuencia del brote del nuevo coronavirus.

“Van a morir probablemente más personas”, dijo una fuente sanitaria conocedora de la gravedad de la situación en el centro al diarioEl País. Un portavoz de la empresa se limitó a confirmar la cifra de fallecidos y añadió quelos trabajadores están dando todo lo posible para salvar vidas. “No vamos a perder un segundo en dar motivos de alarma”. Según esta fuente, la empresa ha recibido en las últimas horas máquinas de oxígeno y mascarillas de la Consejería de Sanidad. Los enfermos están siendo derivados a hospitales y la plantilla de la residencia ha recibido el refuerzo de trabajadores delHospital Clínico San Carlos.

La noticia confirma los temores sobre el peligro que elbrote del nuevo coronavirussupone para las residencias, donde vive la población más vulnerable a la enfermedad.

Desde el domingo 8 de marzo, ningún familiar ha podido visitar la residencia, que se encuentra en la calle del Doctor Blanco Nájera, 6, junto a laCasa de Campo, en el este de la capital. Es una residencia privada y centro de día de más de 130 plazas que tiene un número de camas concertadas con laComunidad de Madrid.

Las muertes están siendo comunicadas a los familiares en llamadas de teléfono de los trabajadores. Los familiares han ido conociendo la evolución del brote gracias a estas llamadas. Yolanda Cumia conoció la muerte de su padre, Juan Cumia, de 87 años, la madrugada de este martes. La llamaron a las dos y media de la madrugada:.“Yolanda, tu padre ha fallecido por una insuficiencia respiratoria”, cuenta que le informó una trabajadora. Le dijo que la situación era dramática y que estaban muriendo muchos mayores.

“Están cayendo como moscas”, dice Cumia. En el certificado de defunción pone “posible infectado por Covid-19”. Según otras fuentes conocedoras de la situación del centro, muchas personas están muriendo sin siquiera haber sido sometidos a un test de la enfermedad. Algunos familiares consideran que los ancianos han sido abandonados a su suerte.

De la misma manera, otros dos familiares de residentes, a los que los trabajadores describen que hay un “caos” en la residencia. Ana Ruíz, cuya madre, Ana María Artola, se encuentra entre los muertos, dice que la residencia ha estado falta de máquinas de oxígeno para atender a los enfermos. Su madre fue diagnosticada el sábado. Murió este lunes al mediodía.

“Los empleados también se han contagiado y han tenido que contratar refuerzos", dice Ruíz. “Entre 30 y 40 se han dado de baja”. Su padre, también interno en la residencia, sigue allí porque está en cuarentena. No sabe ni siquiera dónde está el cadáver de su madre. “Ni nos permiten hacer un velatorio”.