Castilla-La Mancha contaba este jueves con 700 camas libres para dar cobertura a la asistencia sanitaria de toda la región, tanto a los pacientes afectados por el coronavirus COVID-19 como al resto de usuarios de la sanidad pública. Así lo ha señalado el consejero de Sanidad del Gobierno autonómico, Jesús Fernández Sanz, durante su comparecencia por videoconferencia en la comisión de Sanidad de las Cortes regionales, que se ha producido a petición propia para hacer un repaso de la gestión del Ejecutivo autonómico ante la crisis sanitaria, que ya ha provocado 316 fallecidos en la comunidad autónoma y miles de afectados.

Fernández Sanz, que ha comenzando trasladando sus condolencias a las familias de las personas fallecidas desde el inicio de la pandemia, ha destacado que la capacidad asistencial de la comunidad ha crecido en número de camas en general y en particular para pacientes con respiradores.

De hecho, ha subrayado que desde este miércoles está en marcha el plan de contingencia aprobado por el Gobierno regional para cada centro sanitario de la comunidad, de manera que se enviaron 70 camas para el Policlínico de Cuenca, la misma cantidad para la Facultad de Medicina de Albacete y otras 70 a Ciudad Real.

"Tenemos capacidad asistencial"

"Tenemos capacidad asistencial en este momento", ha precisado, pese a ser ésta una semana “difícil” en la evolución del virus y, en concreto, se ha referido al Hospital de Albacete en el que ha detallado que en la mañana del jueves había 8 pacientes pendientes de ingreso y 70 camas libres, mientras que en Toledo hay 80 pacientes pendientes de ingresar y 120 camas disponibles.

No obstante, ha ofrecido otras serie de datos que se han visto incrementados desde la crisis sanitaria, de modo que la estancia media en los hospitales era de entre 6,5 y 6,8 días antes de la crisis y ha subido hasta los 23 días y a 28 en el caso de las personas que necesitan respirador. También se ha incrementado el nivel de ingreso que tenía una media del 13 por ciento y ahora está en torno al 45 %, pese a cada vez acuden menos personas a urgencias, por una "decisión cívica".

El consejero de Sanidad ha asegurado que el Gobierno regional está adoptando medidas "continuamente" para responder con todos los efectivos disponibles, si bien ha reconocido las dificultades para disponer de un mayor número de profesionales y que ya que hay "muchos aislados y otros afectados".

Material de protección, respiradores y test

En relación a los Equipos de Protección Individual (EPI), ha resaltado que están "en tensión continua" y ha achacado el retraso al mercado y a la demanda de los mismos productos por parte de todas las regiones.

En cuanto a los respiradores, ha incidido en que se han comprado 150 por parte de la comunidad a los que se sumarán los que aporta el Gobierno de España y que confía en que puedan llegar entre el viernes y el sábado, así como se han comprado 60.000 pruebas PCR y tests rápidos, más los del Ministerio de Sanidad, y los primeros 20.000 llegarán como muy tarde este viernes.

De igual forma, el Gobierno regional ha comprado ya más de dos millones de mascarillas, batas y guantes y Fernández Sanz ha hecho un llamamiento a "la responsabilidad de extremar los cuidados de su utilización", al tiempo que ha dicho que se seguirán comprando al mercado asiático, que hasta el momento no era el proveedor habitual para Castilla-La Mancha.

Más de 1.600 profesionales contratados

El Gobierno de Castilla-La Mancha ha contratado hasta la fecha a 1.625 profesionales sanitarios "de todos los ámbitos" para hacer frente a la crisis del coronavirus, que deja ya 3.383 casos positivos en la región. Estos datos los ha aportado el director general de Salud Pública, Juan José Camacho, durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad de las Cortes regionales, que se ha celebrado este jueves por videoconferencia.

Camacho ha detallado las actuaciones que el Ejecutivo autonómico ha ido poniendo en marcha desde que comenzó la pandemia y ha afirmado que "en pocas ocasiones se ha visto una evolución tan rápida del sistema", aunque ha reconocido que "la rapidez de respuesta puede llevar a la toma de decisiones erróneas".

Ha explicado que las medidas que se han ido aplicando han sido "progresivas" hasta llegar al actual escenario III, de transmisión comunitaria mantenida, y que "estamos en fase ascendente de la epidemia en el país", por lo que ha confiado en que "quede poco" para alcanzar el pico. Si bien, ha incidido en que, una vez alcanzado, el trabajo que quedará por delante será "descomunal" porque la estancia media de los pacientes en los hospitales es "alta", al tiempo que ha advertido de que el hecho de que pase el pico "no significa que pase peligro de contagio".

El director general de Salud Pública ha recordado que se han agilizado los mecanismos de contratación y que esto ha permitido la incorporación, hasta este jueves, de 1.625 profesionales más "de todos los ámbitos" al Sistema de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).

Asimismo, ha destacado que se ha aumentado el número de camas disponibles, de manera que "en breve" habrá mil más, que se sumarán a las 4.723 con las que cuenta toda la red sanitaria del Sescam, lo que supone un 20 por ciento más. Igualmente, ha precisado que había alrededor de 110 puestos de UCI disponibles al inicio de la crisis y que se va a pasar a cerca de 300 puestos con capacidad de soporte ventilatorio invasivo, por lo que "prácticamente se van a triplicar".

Sin embargo, ha resaltado que al Gobierno regional le sigue pareciendo "insuficiente" porque "nuestra principal dificultad va a venir, no tanto por la hospitalización, sino sobre todo por las atenciones críticas y el soporte ventilatorio invasivo. Ese va a ser nuestro gran caballo de batalla", ha concluido.