Emiliano García-Page ha sido entrevistado este viernes por Carlos Herrera en la Cadena Cope, donde elpresidente de Castilla-La Mancha ha repasado los temas de actualidad, entre los que sin duda se encuentra la gestión que se ha hecho sobre la crisis sanitaria del coronavirus, que al propio líder de los socialistas castellano-manchegos, igual que al resto de responsables políticos, le ha generado críticas.
"Como todo el mundo sabe de todo en España... Si me llego a centrar en las redes (sociales) no hubiese llegado. He tenido un teléfono para hablar únicamente con el consejero de Sanidad y no despistarme", ha contado García-Page, aunque ha reconocido que "se podían haber hecho las cosas mejor, evidentemente". El que habla, también", ha añadido después de recordar que todos los políticos de España han tenido que rectificar decisiones durante la pandemia por lo "imprevisto y desconocido que era todo".
"Durante la pandemia no ha sido fácil hablar claro, pero lo seguiré haciendo", ha dicho a Herrera, sin embargo, García-Page, que ha insistido en que la crisis sanitaria no depende de que los niños "vayan o no al colegio". "No lo era en marzo y no lo va a ser en septiembre", ha asegurado el presidente castellano-manchego, muy criticado cuando al comienzo de la situación generada por el COVID-19, cuando Madrid ya había cerrado los centros escolares, dijo en rueda de prensa que Castilla-La Mancha no lo haría. Esa misma tarde, tras un cambio de criterio por parte del Gobierno de España, dio marcha atrás y anunció la cancelación de la actividad lectiva presencial para evitar contagios.
"Cuando en Madrid cerraron unilateralmente los colegios nos llegó un aluvión de personas a Castilla-La Mancha. Ahora es como si tuviéramos 6 provincias", ha asegurado García-Page, que ha recordado que "el centro (de España) ha sufrido toda la radiación epidemiológica de Madrid" y de ahí la alta afectación de Castilla-La Mancha y Castilla y León.
Sobre el reparto de fondos del Gobierno de España a las comunidades para hacer frente a los gastos ocasionados por la pandemia (Castilla-La Mancha recibirá finalmente 600 millones), el presidente de la Junta ha señalado que "el primer reparto era coherente" porque el dinero se distribuía "en función del impacto" del COVID-19 en cada territorio. Sin embargo, Pedro Sánchez anunció después que el peso poblacional se tendría en cuenta en el reparto, lo que hizo perder 82 millones de euros a Castilla-La Mancha. "Lo que no sabemos, y es lo que me ha disgustado, es en qué, con qué criterios y con qué intereses ha cedido el Gobierno de España ante algunas comunidades del norte y también otras del sur".
"No me hago el víctima pero, sinceramente, cada uno tiene que defender lo suyo", ha añadido García-Page después de que la alcaldesa de Toledo, la también socialista Milagros Tolón, haya afirmado que los alcaldes están "muy cansados" del victimismo de las comunidades autónomas en relación a los repartos del Estado.
La labor de las residencias de ancianos
Por último, García-Page ha defendido la importancia social y económica de las residencias de ancianos en España, pese a que el modelo se encuentra actualmente en cuestión debido a la gran afectación que ha tenido el COVID-19 entre los usuarios de estos centros. "Hay que hablar de las residencias pero no en caliente. Nunca han sido un conflicto en España hasta que ha llegado este virus, que en 24 horas nos hundió la moral a todo el mundo. No nos carguemos algo de lo que dependen miles de personas y que da trabajo a miles de personas", ha pedido el presidente castellano-manchego.
El presidente de la Junta también ha recordado que "la esperanza de vida de Castilla-La Mancha, una de las más altas del mundo, es de 82 años", mientras que "la media de edad de los usuarios de las residencias de Castilla-La Mancha es de 87 años". "Las residencias contribuyen mucho muchísimo a que la gente viva más", ha finalizado.