“Desde la fundación de la bodega por mi bisabuelo en 1890, hasta hoy, hemos recorrido un largo camino. En él, hemos superado obstáculos y dificultades y a su vez hemos afrontado los grandes retos del cambio que se ha ido produciendo en el mercado, siendo pioneros en la consecución de alguno de ellos”. Son palabras de José García-Carrión Jordán, presidente del grupo García Carrión y un empresario visionario que ha sabido transformar la herencia familiar recibida de años en uno de los grupos empresariales más potentes del sector agroalimentario europeo.
Un grupo que tiene en Castilla-La Mancha algunos de sus principales activos del mercado del vino, habiendo prestado una gran contribución, con su experiencia y ejemplo, al espectacular cambio y desarrollo que ha experimentado el sector del vino en la región castellano-manchega en los últimos años.
García Carrión ha cumplido su sueño de elaborar vinos en Castilla-La Mancha. Una experiencia centenaria de trabajo con las cooperativas le ha permitido seleccionar las mejores uvas para sus vinos.En Daimiel se encuentra su centro logístico, totalmente robotizado con la tecnología mas moderna de Europa y desde donde se envía producto a todo el mundo.
En la actualidad, García Carrión factura 400 millones de euros en Castilla-la Mancha. Su inversión supera los 315 millones de euros, con más de 600 empleos directos y más de 20.000 agricultores.
José García-Carrión Jordán, presidente del grupo
En sus 130 años de historia García Carrión se ha convertido en la primera bodega de Europa y la quinta del mundo. Don Simón, presente en más de 150 países, es la segunda marca de zumos en el mercado europeo.
Corría el año 1870 cuando la familia Carrión empezó a vender su vino en Murcia, Cartagena, Lorca y pueblos de la provincia de Almería. La fundación de la compañía se produce oficialmente en 1890, cuando José García-Carrión, el bisabuelo del actual presidente, construye en Jumilla (Murcia) una nueva bodega con unas dimensiones notables para la época.
José García-Carrión Jordán aprendió el oficio de su padre y su abuelo, y se incorpora a la empresa en 1968, con 19 años. En aquel tiempo, el grupo facturaba 15 millones de pesetas al año. En 2019 ha facturado 975 millones de euros. La historia del grupo García-Carrión girará a partir de aquel momento en torno a la comercialización; el fino olfato e intuición empresarial de su presidente se va a notar no solo en la introducción de productos y técnicas pioneros, sino también en áreas como el marketing y la publicidad, en el que han marcado hitos que forman parte de la historia de la comunicación en España.
El principal desafío lo afrontan en 1980 con la marca Don Simón, que constituye la primera diversificación importante del grupo fuera del sector del vino. La idea era transmitir que Don Simón era el mejor vino con el que acompañar la comida en el día a día, pero el envase brik se veía como un desafío a la tradición. Al segundo año de su lanzamiento, Don Simón se convirtió en el líder del mercado y acabó con la botella retornable.
Hitos históricos en marketing y publicidad
La compañía también anticipó el cambio en los hábitos alimentarios de los españoles, sobre todo la reducción del consumo del vino. Al tiempo, vieron que en España se bebía poco zumo. De esta forma, la diversificación comenzada en 1986 comenzó por el zumo, que entonces presentaba un consumo de 4 litros per cápita -y hoy, de 30 litros-, bajo la enseña Don Simón.
El éxito de la gama Don Simón animó al grupo a seguir creciendo. En 1999 adquirió una planta en Almería que había construido una cooperativa de agricultores para la producción de gazpacho y zumo. Este producto impulsó asimismo la construcción, en 2004, de la planta de Huelva, concebida para la fabricación exclusiva de zumo de naranja y referente hoy por su calidad, sostenibilidad e innovación.
Al mismo tiempo, García-Carrión cultivaba sus orígenes con la incorporación de marcas de prestigio. Así, en 1997 adquiere la Bodega Jaume Serra. El catálogo de vinos del grupo seguiría creciendo en los años posteriores. En 2000, se inicia la construcción de una bodega en Haza (Burgos), con D.O. Ribera del Duero. Un año más tarde arranca la Bodega Viña Arnaiz.
Bodega Global - La Mancha
García-Carrión elabora desde hace más de 100 años vinos en Castilla-La Mancha, el mayor viñedo del mundo. El gran sueño de su presidente era crear una bodega global dentro de este magnífico viñedo, y se escogió Daimiel (Ciudad Real) como centro estratégico logístico. Corría el año 2001 cuando se construyó JGC La Mancha en Daimiel, que produce vinos de la Denominación de Origen La Mancha.
El grupo tiene en La Mancha una experiencia centenaria de colaboración con las cooperativas de las diferentes zonas. Esto les permite seleccionar las mejores uvas y, junto al uso de las tecnologías más avanzadas, elaborar vinos de una calidad altísima. Además, cuentan con 21 hectáreas de viñedos experimentales que sirven para investigar futuras innovaciones vitivinícolas.
En la década de 2000, la compañía se embarca en un crecimiento intenso, empezando por la adquisición, en 2006, de la bodega de Labastida, en La Rioja, hoy conocida como Marqués de Carrión.
Bodegas Vinartis - Valdepeñas
En 2007, el grupo añade otra D.O. con la compra en Castilla-La Mancha de la bodega Los Llanos, que supuso la consolidación del grupo como líder del mercado nacional del vino. La incorporación de esta bodega -que tiene una de las cuevas más grandes de España, con capacidad para 30.000 barricas-, implicó la adquisición de las marcas Cumbre de Gredos, Señorío de los Llanos y Pata Negra. Esta última enseña es la elegida para dar un paso inédito en el sector del vino en España: englobar ocho D.O. -Rioja, Ribera del Duero, Valdepeñas, Rueda, Toro, Cava, Jumilla y Penedés- bajo la misma marca. La decisión tuvo en contra a los consejos reguladores, y no fue hasta 2013 cuando el Tribunal Supremo dio la razón a García-Carrión.
Esta bodega posee una de las cuevas subterráneas más grandes de España, y se la conoce como Cueva Del Arte. El nombre se remonta al año 1977, cuando Bodegas Los Llanos construye una de las cavas más grandes de España, siendo pioneros en la crianza de vinos de Valdepeñas. Tal era la magnitud de la obra, que multitud de entendidos y curiosos se acercaban a visitar sus entrañas.
La gente podía descubrir el empeño, dedicación y mimo con el que los maestros toneleros y bodegueros trataban estos caldos. De ahí que nadie saliera indiferente y la frase recurrente fuera: “¡Cuánto arte hay aquí!”. Por ello, es en 1997 cuando se decide llevar esto a su máxima expresión nombrando madrina de la Cueva del Arte a la icónica actriz y cantante manchega Sara Montiel. Vinculando el arte castellano-manchego, principalmente valdepeñero, al del “VINO”. Cada diciembre, y aprovechando los vinos nuevos elaborados en la campaña, se realizaba un acto Socio-Cultural donde se procedía a la lectura de poesía y la cata del vino nuevo. Posteriormente se dedicaban algunas de las calles de la “Cueva del Arte” a los personajes ilustres del momento.
La unificación de las marcas era un empeño largamente perseguido por José García-Carrión, pues, como reconocería el empresario, "salir a los mercados internacionales es muy difícil cuando tienes que invertir al mismo tiempo en una decena de marcas. Ahora podremos hacer con el vino bajo indicación geográfica protegida lo que hacemos ya en el resto con Don Simón". La internacionalización de la compañía, dirigida por su vicepresidente y director comercial, Luciano García-Carrión -la quinta generación familiar- ha sido un éxito rotundo, con presencia en más de 150 países.
Esta estrategia, basada en la calidad y la innovación, tuvo en 2019 su mejor corolario: 975 millones de euros en ventas, un récord histórico. Durante el camino, el grupo no ha olvidado su compromiso social. La Fundación García Carrión, creada en 1980, tiene por principal objetivo la formación y la promoción de puestos de trabajo dentro de la compañía para personas con discapacidades.
Cercanía frente a la crisis
Luciano García-Carrión representa la quinta generación de la familia. En una entrevista de Código 84, la revista de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores – AECOC), explicaba de forma pormenorizada el reto al que han tenido que enfrentarse en los últimos meses debido a la pandemia sanitaria que asola el mundo por la Covid-19. Unos meses de vértigo para JGC. La compañía empezó abruptamente el año, cuando la crisis del Covid-19 paralizó China, un mercado que representa el 7% de las ventas. A partir de ahí, la intensidad se ha ido trasladando a cada uno de los 150 países en los que está presente.
Luciano García-Carrión,vicepresidente y director comercial de la compañía
“Cerramos el 2019 con una facturación de 975 millones de euros, en torno a 1.000 millones de litros producidos (60% zumos y vegetales y 40% vinos) y un poco más de 1.000 empleados. La máxima prioridad desde la segunda quincena de marzo hasta junio ha sido garantizar el nivel de servicio a clientes y consumidores. Hemos trabajado muy proactivamente, con mucha agilidad, y prácticamente a tiempo real, para que ningún cliente de ningún país quedase desabastecido”, explica Luciano García-Carrión.
Está convencido de que JGC tiene que ser pionero y referente: “No podemos quedarnos quietos. Si después de hacer nuestro trabajo cada día sigue siendo de 10, perfecto, hoy sirve, pero no olvidemos que mañana otra vez te vas a mirar en el espejo profesional y lo vas a volver a analizar todo. Esto en García Carrión es sagrado”.
Fala Corujo, Luciano, Juan Ignacio y José García-Carrión