Son muchas las consultas sobre pérdidas de erección. Algo que ocurre, además, a cualquier edad. Está asociada esta circunstancia con hombres ya entrados en añitos y no tiene por qué ser así ni es la realidad.

La biología ha decidido que a partir de los 45 años, más o menos, la testosterona empiece a tener oscilaciones en sus niveles. Es esta hormona la que dicta el deseo y, por tanto, también la erección, aunqueen parte. También hay otros factores orgánicos y farmacológicos que influyen en la intensidad de la erección.

Que conste que muchos hombres “mayores” mantienen su capacidad erectiva casi intacta y sus necesidades de expresión sexual. A mayor edad, más probabilidad de disfunción eréctil, pero tengamos en cuenta que la función psicológica desempeña un papel primordial, protagonista, a cualquier edad, en la capacidad e intensidad de la erección.

Basta que un hombre se preocupe por su erección como para que sea bastante probable que sufra eso que tanto teme, “que no se le ponga” o tenga “un gatillazo”, ya sea con 20, 30, 50 o 60 años. Da igual la edad. Lo peor es preocuparse de “quedar bien”, de ponerse las medallas. Aquí no hay deseos ni planteamientos que valgan. ¿El pene tiene vida propia? El pene obedece a la excitación y se expresa con una erección, pero también obedece a un “miedo a no...” y se expresa esta vez con una pérdida de erección. Y es así, te guste o no. La frase mental "que no se baje, que no se baje, por favor…" sólo sirve para intimidar más a esa parte tuya que va a poner en jaque hasta tu autoestima.

Y sí, el pene te va a obedecer y te dice: “Tío, así de acojonado no...”. Te va a dar la primera lección que va a marcarte, por desgracia, para las próximas veces en las que necesites “quedar bien”. Una pérdida de erección queda tan grabada que, para quitársela de la cabeza, a veces tendremos que visitar al psicólogo-sexólogo.

Todo eso, de forma muy, muy resumida, pasa en la cabeza de un hombre cuando se siente inseguro en su desempeño sexual, cuando no tienen confianza con quien va a tener sexo y también cuando le importa (tienen sentimientos) la persona con la que está.

Y ante una pérdida de erección, ¿qué comportamientos suelen tener las mujeres?. Esencialmente tres:

1. Las que se enfadan, las que critican la pérdida de erección, las que exigen la penetración (muy mal y, por cierto, bastante equivocadas por ellas mismas y por ellos). Hacen responsables al hombre de su propio placer (el de ellas) a través de un pene en erección para poder “disfrutar” de ser penetradas, como si fuese ese pene erecto el centro de esa relación sexual. Gran error. Es una actitud machista esa, aprendida, a la que se han adaptado sexual y psicológicamente muchísimas mujeres, las responsables con esas críticas de que luego yo vea a tantos hombres hundidos por tal nimiedad... un pene flácido y asustado. Ésta es una de las principales razones por las que los hombres tienen pérdidas erectivas, por miedo a los comentarios de su pareja sexual. Se sienten totalmente empequeñecidos, anulados en su valía como hombres y hasta como personas.

Mi consejo en estos casos: ella necesita información sexual sobre qué y cómo disfrutamos en el sexo las mujeres (sin la necesidad de un pene, claro) aunque tampoco le haremos ascos si está. Pero NECESIDAD de él, NO. Nosotras disfrutamos de otras mil maneras, por suerte. Y si ellas siguen exigiendo la erección, en fin, cuanto más lejos mejor...

2. Las que se sienten que no gustan, que no son atractivas. Ay, pobres. Éstas son buenas personas pero tienen la autoestima bajita. Realmente, en parte llevan razón: "Si no se pone conmigo, al verme, es que no le gusto”. Tienen tanta facilidad los hombres de expresar una atracción sexual hacia alguien en forma de erección que si conmigo no se pone es que no le atraigo. Esa es la deducción, pero no, es que él está asustadillo, con miedo a fallar, con miedo precisamente a que pienses que no le atraes… Uf, qué lio, ¿ves? No te enfades con él, que entonces sí que sí va a ser imposible todo.

Ellos en el sexo se desviven, se examinan y, según vean, si interpretan que disfrutamos, así se sienten y se vienen arriba... o todo lo contrario ¡Todos! Los hay que van a su propio disfrute y desfogue (dos minutos y ya). Esos no nos convienen...también fuera. Qué egoísmo, no les importas NADA.

3. Las comprensivas y tranquilizadoras. Ésta es la reacción que deberíamos tener todas, sobre todo si el otro te importa. Si te comportas buscando solo un orgasmo, cero esfuerzo e implicación, entonces mejor que te masturbes, y así te dejas de tener frustraciones y de crear traumas a tu pareja. Pero si lo que más nos gusta son los juegos, las caricias, las palabras, los roces “inocentes”, los besitos, las miradas, los susurros al oído, las sonrisas cómplices sexualmente, el tacto...

La comprensión y quitar importancia a una pérdida de erección es lo más adaptado y lo que más ayuda. Por él, para que no se sienta presionado y responsable del centro de nuestro placer (porque no lo es, ninguno) y por nosotras mismas. Hacer incluso una gracia y una broma sobre la situación (unas risas relajan) es casi garantía de que se recupere “todo” lo que ambos echabais de menos sin ser necesario, repito, que eso esté en erección. Nosotras no necesitamos ningún pene para sentirnos satisfechas y realizadas sexualmente ni como mujeres. ¡Pero si somos un arsenal de zonas de placer!

Eso sí, hay que encontrar a quien sepa descubrirlas o dejarse asesorar en el tema. Pero es que ni siquiera las propias mujeres se plantean que tengamos esa riqueza sentivo- sexual y van “a hecho”, perdiéndose a ellas mismas. Sólo hay que tener ganas, sentimientos y actitud para disfrutar sin esquemas del sexo compartido con quien quieras y con libertad. Es tan, tan bonito sentirte y sentir al otro en ese momento de intercambio de emociones... Es tan bonito elevarse al plano de las sensaciones. ¡Nada que pueda describirse con palabras!

Ana M. Ángel Esteban espsicóloga clínica y sexóloga.

Consulta en Toledo y online. Teléfono615224680.

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