El doctor Lee Ju-hyung, de Corea del Sur, ha desarrollado durante los últimos meses una costumbre cada vez que sale a cenar a un restaurante: comprobar el flujo del aire con un pequeño anemómetro.
En junio, él y sus compañeros comenzaron un experimento en el que recrearon las condiciones en un restaurante de Jeonju en el que los comensales se infectaron por Covid-19. El caso más curioso, el de un estudiante que lo contrajo después de cinco minutos de exposición y a una distancia de más de seis metros de quien portaba el virus en ese momento.
Los resultados del estudio se han publicado en elJournal of Korean Medical Sciencey plantean la posibilidad de que los dos metros de distancia social puedan resultar insuficientes para mantenerse a salvo.
“En este brote, las distancias entre el contagiador y las personas infectadas fueron más largas que el rango de transmisión de gotas de 2 metros generalmente aceptado”, han señalado los autores del estudio.“Las directrices sobre cuarentena e investigación epidemiológica deben actualizarse para reflejar estos factores para el control y prevención de COVID-19”, han alertado.
El estudio de Corea del Sur comenzó con un misterio.Cuando el estudiante dio positivo el 17 de junio, los epidemiólogos estaban absortos porque la ciudad no había tenido un caso positivo en dos meses. Además, el chico no había viajado fuera de la región en las últimas semanas.
No obstante, los rastreadores de contactos accedieron a la información de su teléfono móvil, que reveló que el joven había mantenido contacto con otro paciente de una provincia distinta.Su única conexión fue en un restaurante durante cinco minutos.
Linsey Marr, profesora de ingeniería civil y ambiental en Virginia Tech que estudia la transmisión del virus en el aire, ha explicado que "la ventana de cinco minutos en la que el estudiante fue infectado, fue notable porque la gota fue lo suficientemente grande como para llevar una carga viral, pero lo suficientemente pequeña como para viajar 6 metros por el aire".
“El joven tuvo que recibir una gran dosis en solo cinco minutos, proporcionada por aerosoles más grandes, probablemente de alrededor de 50 micrones”, ha afirmado. "Los aerosoles grandes o las gotas pequeñas que se superponen en esa área gris pueden transmitir enfermedades a más de uno o dos metros si tiene un flujo de aire fuerte", ha concluido.