La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, ha dado orden a los funcionarios de sus prisiones para que, en próximas fechas, realicen cacheos a todos los internos y registren las celdas y zonas comunes de las cárceles.
La orden, a la que ha tenido acceso Efe, ha sido remitida este miércoles a los directores de todos los centros penitenciarios dependientes de la administración central, es decir todas las prisiones excepto las catalanas.
En el documento, firmado por el director general de Ejecución Penal y Reinserción Social, Miguel Ángel Vicente, se detallan los controles de seguridad que en las próximas fechas deberán hacer los funcionarios en sus prisiones: cacheo general de reclusos, registro de celdas y dependencias comunes e intensificación de inspecciones en ese periodo.
Los cacheos personales, según especifica la orden, deberán practicarse "por un número suficiente de funcionarios", de manera que se garantice la seguridad y la eficacia, al tiempo que se dotará a los trabajadores de material necesario para esta inspección, supervisada por el jefe de servicios de cada centro.
También se registrarán las celdas y dependencias comunes de todas las prisiones con reclusos en régimen cerrado, así como las instalaciones del régimen ordinario que alberguen internos especialmente peligros y conflictivos.
La orden incluye además un refuerzo en esas fechas de registros y requisas en todas las celdas.
Los resultados de todas las inspecciones se comunicarán a la Dirección General de Ejecución Penal y Reinserción.
Fuentes penitenciarias han explicado a Efe que esta actuación general de registros se realiza varias ocasiones durante el año, normalmente coincidiendo con fechas determinadas como Navidad o en verano.
Días después de la fuga
Se da la circunstancia de que el pasado día 5 dos hermanos, presos en la cárcel madrileña de Valdemoro, se fugaron de la prisión al lograr fabricar una llave (se investiga cómo lo hicieron) del denominado "cuarto de maletas", una especie de almacén donde se guardan pertenencias de los presos que no pueden tener en sus celdas.
Los fugados fueron serrando poco a poco los barrotes de la ventana de ese cuarto para, finalmente, superar la valla perimetral que circunda la prisión.
Prisiones ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias de esta fuga, la segunda que se produce en las cárceles de competencia de la administración central en los últimos tres años.