El Gobierno ha alertado este domingo de que el riesgo provocado por la borrasca Filomena no ha pasado porque, tras el temporal de nieve, ahora se avecina una caída aún más intensa de las temperaturas que creará grandes placas de hielo, aún más peligroso para vehículos y viandantes.
Así lo ha advertido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una rueda de prensa junto al titular de Transportes, José Luis Ábalos, tras la reunión del Comité Estatal de Coordinación y Dirección del sistema nacional de Protección Civil que ha evaluado los efectos del temporal y que ha presidido el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
Marlaska ha hecho un llamamiento a suspender cualquier desplazamiento en coche que no sea "inevitable" y, si no queda más remedio, emplear neumáticos de invierno o cadenas homologadas e informarse previamente del estado de la vía.
En esta misma línea, Ábalos ha reconocido que ahora viene la fase más complicada, porque tras despejar las vías de nieve, ahora toca el hielo, por lo que 1.300 máquinas quitanieves están trabajando sin descanso para repartir fundentes que eviten que se congele el pavimento.
A su juicio, la borrasca ha afectado en una u otra medida a tres cuartas partes del territorio, lo que da idea de la magnitud de un temporal sin precedentes.
No obstante, se ha felicitado de que las medidas que se adoptaron el viernes para apartar de las principales vías a los vehículos pesados haya impedido su colapso.
Ahora se intentarán preparar convoyes para que las mercancías retenidas, especialmente medicinas, vacunas y productos de primera necesidad puedan llegar a su destino.
Además, se está trasladando con vehículos especiales a los trabajadores de determinadas infraestructuras críticas, como electricidad o gas para garantizar el servicio, así como a empleados de otros servicios esenciales.
Fomento ha ofrecido además al Ayuntamiento de Madrid sus máquinas quitanieves para despejar las calles de la ciudad.