Un grupo de científicos de diversas universidades internacionales expertos en evolución, virología, enfermedades infecciosas y genómica ha hecho un llamamiento a los Gobiernos para que consideren el uso continuo de estrictas medidas de control como la única forma de reducir la evolución y propagación de nuevas variantes de Covid-19.
"Una acción más fuerte ahora es la mejor manera de mitigar los resultados más graves de cepas tan virulentas en el futuro", señalan expertos de la Universidad de East Anglia (UEA) y el Instituto Earlham en Norwich (Reino Unido), y de la Universidad de Minnesota en Minneapolis (Estados Unidos), quienes lamentan que "los Gobiernos están negociando un "equilibrio precario" entre salvar la economía y prevenir las muertes por Covid-19".
Si bien creen que el despliegue de la vacuna COVID-19 ya en marcha es una gran noticia, piensan que la aparición de nuevas cepas es "una amenaza para su efectividad", y se refieren tanto a las variantes existentes, del Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, como las que están por venir.
En un editorial de la revista 'Virulence', los profesores Cock van Oosterhout, Neil Hall, Hinh Ly y su editor en jefe, el profesor Kevin Tyler, señalan que "los esfuerzos continuos de salud pública para fomentar la vacunación, así como el uso continuo de equipo de protección personal adecuado (EPP), como el enmascaramiento adecuado y el mantenimiento de interacciones sociales seguras, es de suma importancia".
"La humanidad se enfrenta a una nueva realidad. Cuanto más rápido nos adaptemos, mejores serán nuestras perspectivas a largo plazo. Debemos detener la evolución y propagación de cepas de virus más virulentas ahora. Por lo tanto, apoyamos las políticas de salud pública con estrictas medidas de control para proteger nuestro sistema de salud pública, nuestro bienestar individual y nuestro futuro", afirman.
Los investigadores analizan lo que ha sucedido y cuál es la mejor manera de responder ahora, y destacan que el despliegue de paquetes de estímulo económico y actividades relacionadas en muchos países parece haber impulsado la tasa de transmisión de persona a persona.
Como resultado, dicen que al comienzo del invierno el número de población del virus continuó desde una base mucho más alta de lo que hubiera sido deseado. "Al no minimizar del todo el número de reproducción de la infección cuando tuvimos la oportunidad, extendimos el cadenas de transmisión de patógenos, lo que brinda más oportunidades para que mute y evolucione hacia variantes más virulentas", lamentan.
Piden mayor vacunación
Además, destacan que una mayor virulencia, o un valor de reproducción más alto, también puede resultar de que el virus desarrolle la capacidad de infectar a las personas por más tiempo. Los autores advierten que la evolución continua del virus en huéspedes animales, como gatos y visones, seguida de la transmisión a huéspedes humanos susceptibles, plantea un riesgo significativo a largo plazo para la salud pública, lo que sugiere que la vacunación de ciertos animales domésticos podría ser importante para detener aún más evolución del virus y eventos de "rebote".
"La vacunación contra un patógeno viral con una prevalencia tan alta a nivel mundial no tiene precedentes y, por lo tanto, nos hemos encontrado en aguas desconocidas. Sin embargo, de lo que podemos estar seguros es que, mientras la vacuna siga siendo efectiva, una mayor absorción de la vacunas: reducirán el número de muertes relacionadas con Covid-19, detendrán la propagación de la cepa transmisible del virus y reducirán el riesgo de evolución de otras cepas aún más virulentas en el futuro.
"Además, no es impensable que la vacunación de algunas especies animales domesticadas también sea necesaria para frenar la propagación de la infección", concluyen.