"Es demasiado pronto", repiten a Efe con cautela una y otra vez los organizadores de grandes festivales españoles como freno a los pronósticos más agoreros, los que señalan como principio de un patrón la cancelación de Glastonbury y opinan que el de 2021 será otro verano sin sus principales citas musicales.
Cuando quedan unos cinco meses para el inicio de la temporada estival en España, todos coinciden también en intentar sofocar el alarmismo mediático desatado por el eco que podría encontrar la decisión del gigante inglés.
"A diferencia de los festivales españoles, Glastonbury tiene un montaje enorme que requiere comenzar la producción en febrero y han visto que es imposible sin las garantías de su gobierno de cara al verano; y tampoco es fácil mover de fechas una cita de estas características", ha puntualizado Javier Arnaiz, codirector de Mad Cool.
El responsable de la mayor cita madrileña, que ya ha anunciado casi todo el cartel de su próxima edición en julio replicando casi todo el contenido que no se pudo disfrutar el pasado año, cree que habrá que esperar "un par de meses para ver una foto más global", precaución que se repite en el seno de Primavera Sound.
"No vamos a poder responder nada por ahora, aún es pronto", se limitan a indicar desde Barcelona, cuyo festival de referencia debería dar el 2 de junio el pistoletazo de salida a la temporada con mayúsculas.
Para muchos es un plazo suficiente para aferrarse a la esperanza. "Hay cambios ya no por semanas, sino por días. Hemos podido ver eventos de casi 5.000 personas en diciembre que representaron una gran esperanza para el sector, pero un mes después esto parece algo impensable", han señalado desde la dirección del festival madrileño de electrónica A Summer Story.
Aprendidas las lecciones de 2020, en el que el estallido de la pandemia les pilló a bocajarro, subrayan que los festivales afrontan el nuevo año mejor preparados.
"La mayoría de festivales ya tenemos entradas vendidas, artistas contratados y una producción avanzada desde marzo del año pasado, en la cual no hemos parado de trabajar explorando diversas alternativas en previsión de las posibles medidas que imponga el Gobierno", han insistido desde A Summer Story, que aseguran tener "un plan A, B y C para realizar el evento en las condiciones sanitarias oportunas".
En este sentido, son varios los que manifiestan que, a diferencia de lo que sucedió el pasado año y en cuanto sea posible, sería "muy positivo" para el sector que las autoridades se manifestaran "de una manera más recurrente, ofreciendo una perspectiva real del verano".
Algunos confían en el avance de los meses como su mejor aval, véase Dcode (ya en septiembre) o el Viña Rock de Villarrobledo (Albacete), el cual decidió confiar su suerte al otoño y convocar directamente su edición de 2021 para el mes de octubre.
Entre los protocolos que están sobre la mesa para garantizar la seguridad de los asistentes, se citan precauciones desde la misma entrada, como la realización de tests de antígenos, sistemas de vigilancia con control térmico, túneles de desinfección y el parcelado dentro del recinto.
Más esperanzas hace albergar experimentos como los realizados en los últimos meses de manera muy satisfactoria en dos conciertos en espacios cerrados, el primero de ellos en la sala Apolo de Barcelona con 500 voluntarios, con test de antígenos previo y mascarillas en el interior, pero sin que los asistentes tuvieran que guardar distancia entre ellos.
"A nivel social tenemos mas conocimientos de la pandemia y además ya disponemos de vacunas, así como de mayores avances en cuanto a la detección de nuevos contagios, que junto a la aplicación de protocolos anticovid en el recinto, nos facilitarán celebrar este verano los conciertos con las mayores garantías de seguridad", ha asegurado Ramón Martín, director de Noches del Botánico.
No todas las citas son además igual de complicadas de coordinar. En ese aspecto, este ciclo de la capital que se celebra durante varias semanas entre junio y julio, es de los más "optimistas" sobre su celebración.
"Nos consideramos unos privilegiados al poder realizarlo en un recinto al aire libre, con una gran superficie verde de más de 8.000 metros cuadrados para uso del público, y con un aforo reducido en los conciertos, que nos hacen ser muy positivos", ha ratificado Martín desde este lado del planeta, que mira con envidia cómo Nueva Zelanda o la ciudad china de Wuhan, origen de la pandemia, celebran en estos días festivales como los de los viejos tiempos.