Un ataúd lleno de frutas y verduras de las explotaciones del sur de la Comunitat Valenciana ha alertado este jueves al Gobierno del riesgo para 140.000 hectáreas agrícolas del sureste español si se reducen aún más los caudales del trasvase Tajo-Segura.
Convocados por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura a las puertas de la Subdelegación del Gobierno de Alicante para rechazar los posibles recortes, decenas de agricultores se han concentrado y silbado para hacerse oír ante el Ministerio para la Transición Ecológica.
Además de agricultores han acudido políticos de la provincia alicantina, entre ellos el presidente de la Diputación Provincial y del PP de Alicante, Carlos Mazón, el alcalde de Elche, el socialista Carlos González, y de otros municipios del sur de la Comunitat, así como otros políticos, como la diputada autonómica popular Elisa Díaz.
"Sin trasvase el sector agrario del Levante DEP" rezaba la tapa del ataúd que ha centrado la atención de los convocantes junto a un coche fúnebre y pancartas con lemas como "Ximo Puig, da la cara por el trasvase", "Sin agua se acaba la agricultura" y "Sin agua en el Levante, desierto y paro".
Los convocantes han entregado a la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador, las conclusiones de la comisión técnica provincial del agua, que defiende la continuidad del trasvase.
El presidente de la interprofesional Intercitrus y secretario técnico de ASAJA en Alicante, Ramón Espinosa, ha relatado a EFE que el endurecimiento de las condiciones para que llegue agua del Tajo al Segura "es un problema político y territorial" que, a partir de mayo, se convertirá "en un golpe muy duro" para el sector agroalimentario.
"El trasvase Tajo-Segura pondrá fin a la huerta de Europa" entre Alicante, Murcia y Almería ya que abastece a 140.000 hectáreas que dan empleo directo a 110.000 personas e indirecto a un cuarto de millón más.
El sector agrario protesta contra la inminente disminución de aportes de 38 a 27 hectómetros cúbicos y ante el riesgo cierto de que en la revisión del plan hidrológico del Tajo, el próximo año, se aumenten los caudales ecológicos en los dos pantanos de cabecera, Entrepeñas y Buendía, y en el de Aranjuez.
Esta circunstancia dificultará la transferencia de agua al sureste y, de hecho, "significará el cierre del Tajo-Segura", según Espinosa.
El presidente de ASAJA en Alicante, Eladio Aniorte, ha manifestado que las explotaciones que son abastecidas por el trasvase "aprovechan el 90 por ciento del agua" mediante instalaciones de riego por goteo que, prácticamente, hacen "que no se pierda una gota".