El buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño', equipado con un sonar de barrido lateral y un robot submarino, ha llegado a la isla de Tenerife para sumarse al dispositivo de búsqueda de las niñas Anna y Olivia, desaparecidas el pasado 27 de abril junto a su padre, Tomás Gimeno.
El buque, operado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), partió el pasado domingo del puerto de Vigo y su incorporación a la búsqueda de las niñas fue anunciada por la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, quien esta misma semana subrayó que la investigación "no se para" y continúa con la incorporación de estos medios extraordinarios.
El 'Ángeles Alvariño' cuenta con un sonar de barrido lateral, un aparato que usa la propagación del sonido bajo el agua para obtener imágenes digitales de la superficie del fondo marino. Las señales acústicas emitidas rebotan en el fondo creando una imagen del mismo. Sus aplicaciones más comunes incluyen la cartografía detallada de comunidades de los fondos marinos, localización de tuberías, viaductos o cables, la búsqueda de objetos o yacimientos arqueológicos sumergidos, entre otros.
El buque también dispone de un robot submarino, el ROV Liropus 2000, propiedad del Instituto Español de Oceanografía, capaz de recuperar objetos en el mar hasta los 2.000 metros de profundidad. Equipado con siete cámaras, puede recorrer el fondo marino, enviar imágenes en directo e incluso recoger muestras.
El buque oceanográfico tiene previsto rastrear la zona donde la lancha de Tomás Gimeno fue encontrada a la deriva, a una milla náutica del Puertito de Güímar. Ahí hará una radiografía del fondo marino con el sonar para tratar de identificar algún objeto extraño y, si es posible, subirlo luego a la superficie con el robot submarino.