Buenos días, buenas tardes o buenas noches, en primer lugar, mis saludos para cuando leas esta carta, que estoy convencido de que lo harás, y si no alguien lo hará por ti, y digo que te saludo, porque en alguna de esas franjas horarias te llegará, y creo que es lo mínimo que tiene que hacer uno cuando se dirige a una persona en concreto, y en este caso, tienes todos mis respetos, aunque voy compartiendo cada vez menos tus pensamientos, pero no soy de los que por no compartirlos se van, soy de los que luchan para poder cambiar, y que otras personas lleven a cabo una política más acorde con lo que pienso.
En nombre de la libertad de expresión estás en tu perfecto derecho de expresar tus creencias en voz alta, y para eso tienes un buen altavoz en los medios de comunicación por ser Presidente de Castilla La Mancha, no así los demás, que por pura lógica sus opiniones apenas interesan a cuatro o ni siquiera interesan, pero en nombre de esa libertad de expresión también tenemos, aunque sea mínima, la oportunidad de poder expresarnos y apuntar en la dirección que se crea conveniente.
Te has expresado sobre los indultos, nada que objetar a tú pensamiento, y entiendo que al día siguiente de concederlos te doliera más esto que la mano que llevabas vendada (espero que no haya sido nada, solo un pequeño percance). No obstante, hay que reconocer que hiciste un buen juego de palabras, y siempre que tienes la ocasión haces hincapié en tú rechazo a los indultos, pero no veo que propongas alternativa alguna, y si la tienes haces mal en no compartirla con el resto de los españoles, seguro que si era la solución te lo agradeceríamos.
Algunas veces pienso que se te está poniendo cara de Ayuso (con mis respetos a ambos) y es que vas estando en contra de Pedro Sánchez en muchas ocasiones, algunas te las recuerdo; acaba el estado de alarma y responsabilizas a Pedro Sánchez de una quinta ola, si esta se produce, pues bien, si no es así sería bueno pedirle disculpas; estás ya no en contra, si no “muy virulento” en el tema de los indultos (afortunadamente te estás quedando bastante solo entre los dirigentes que han sido y son actualmente del PSOE).
Llevas toda la vida en política, desde los dieciocho años no has dejado de tener cargo, y desde luego, sabes muy bien de lo que va, como se dice en los mentideros políticos “Emiliano es muy listo” no se si será así, pero la listeza hay que compaginarla con la inteligencia, y a veces, ambas son incompatibles, y conviene aplicar aquella más acorde con el momento, por supuesto, sin renunciar a las ideas, pues si se renuncia a ellas estamos en otra cosa, y en este caso, en el de los indultos, la derecha te jalea ahora, pero cuando la interese te abucheará como hacía con Felipe, aunque ahora le alaben tanto.
Las primarias, en las que se presentaron Susana y Pedro, ya pasaron, aunque parece que estás anclado en esos tiempos, ahora son tiempos nuevos, y hay que mirar al futuro, aunque no debes olvidar, que aquí en Castilla-La Mancha, las ganó Pedro Sánchez y tú no te fuiste, aunque decías que si ganaba Pedro te ibas, ¡hombre no creo que fuera para tanto, y te quedaste! No es necesario irse cuando uno no gana, se aguanta y se lucha para sacar adelante en lo que se cree.
Antes hablaba de listeza e inteligencia, pues fuiste inteligente cuando en la segunda legislatura sacaste mayoría absoluta, y de lo primero que hiciste fue derogar la norma que prohibía en Castilla-La Mancha presentarse a una tercera legislatura, lo hiciste bien, y contaste con el apoyo del PP, así te asegurabas, o creías asegurarte, continuar cuatro años más, en el poder o en la oposición; ya digo, muy inteligente.
De todas maneras, nadie en política tiene un plus, y por mucha mayoría absoluta que se tenga, los acontecimientos, en un determinado momento, se pueden volver en contra, y te pueden mostrar la puerta de salida en la política; al igual que la entrada es voluntaria, la salida puede ser traumática en ciertos ocasiones, porque la puerta de salida quienes suelen mostrarla más claramente son los votantes, que son los que aciertan, porque para eso, la soberanía, en una democracia, reside en el pueblo a través de los votos.
No quisiera terminar esta carta sin recordarte lo poco acertado que estuviste al inicio de la pandemia con los profesores/as, aunque ya te lo he recordado en algún artículo, pero fueron tan desafortunadas tus declaraciones cuando se suspendieron las clases y dijiste que querían vacaciones, que ahora, finalizado el curso, viene a cuento, porque los profesores/as han demostrado estar a la máxima altura, y han tenido un curso muy duro para ellos y los alumnos.
Alberto González González