Son muchas las personas que sueñan con conseguir esa calidad de vida que ofrece la vida en el medio rural. Muchos son los que desean volver a sus pueblos, a sus lugares de origen. Es cierto que las oportunidades laborales, los condicionantes sociales o las circunstancias personales lo dificultan.
La terrible pandemia sanitaria nos ha provocado un cambio claro de rumbo, una reflexión profunda acerca de cómo y dónde vivir o disfrutar de nuestro tiempo. Sin duda, todo el mundo ha mirado a los entornos rurales, ha pensado en la posibilidad de tener un patio en casa, un lugar espacioso donde habitar, entornos naturales de los que disfrutar y en los que necesariamente puedan desarrollar su actividad profesional, bien a través del emprendimiento en el medio rural, bien teletrabajando desde el mismo y pudiendo desplazarse puntualmente a la ciudad.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha trabajado desde hace meses en la elaboración de una Ley que ayude a frenar la Despoblación en nuestro territorio. La idea es clara, se trata de plantear medidas con acciones realistas, con herramientas concretas y acciones consensuadas. Se ha elaborado un texto en cuyo proceso se ha tenido en cuenta a las personas que realmente habitan el territorio rural y a aquellos que lo han tenido que abandonar.
La Ley de Medidas Económicas, Sociales y Tributarias para frenar la Despoblación y para el Desarrollo Rural, en vigor desde el pasado 1 de junio, es una ley consensuada, que ha pasado por varios procesos de participación ciudadana, que ha tenido en cuenta a los Grupos de Acción Local y el Manifiesto de Sigüenza, un decálogo con decenas de medidas que aprobaronlos veintiséis grupos que trabajan a diario sobre el terreno y que son quienes mejor conocen la realidad de nuestra región. Acoge las conclusiones, aprobadas por unanimidad, de los grupos políticos presentes en la Comisión de Despoblación que, durante casi un año, se ha desarrollado en las Cortes de Castilla la Mancha, contando con cerca de sesenta ponentes.
Es una ley pionera, única en nuestro país, a la altura de las necesidades del medio rural y de sus habitantes. Es la primera ley que se ocupa del fenómeno de la Despoblación en España, llega a tiempo, llega pronto pero sobre todo llega fuerte, preparada para responder a las necesidades reales, con medidas claras, directas y concretas. Medidas que venían reclamando las zonas más despobladas, a las que se ha escuchado y se ha dado pronta respuesta.
El Gobierno del Presidente Emiliano García-Page siempre ha mirado por el mundo rural, siempre ha tenido presentes sus necesidades y desde que comenzó la legislatura, se puso a trabajar en este documento. Plantea centenares de medidas pioneras que se han reclamado desde los sectores más afectados, los que viven la despoblación más directamente.
Fruto del consenso social, Castilla-La Mancha cuenta hoy con una ley que establece reformas en el ámbito fiscal: desgravación de hasta el 25% de la cuota autonómica para las personas con residencia efectiva en zonas rurales, el 15% para la adquisición y rehabilitación de vivienda habitual ó incentivos de hasta el 40% para las empresas que se instalen en zonas despobladas. En paralelo, se garantiza la sanidad, la educación o el transporte en cuanto que servicios públicos básicos; y, cómo no, el acceso universal a las telecomunicaciones en toda la región.
Vivimos un momento crucial para el medio rural, un cambio de tendencia en el que las personas dan un valor añadido a la calidad de vida que ofertan nuestros pueblos. El Ejecutivo Autonómico ha estado a la altura del momento y de las circunstancias para ayudar a que quienes voluntariamente quieran vivir en las zonas despobladas tengan la oportunidad, las garantías de servicios, las posibilidades tecnológicas y los incentivos fiscales necesarios.
En paralelo, el Gobierno de España cuenta con un Ministerio para el Reto Demográfico y tiene sobre la mesa, y lo tiene como asunto prioritario, confiando en los Fondos Europeos para la Recuperación de nuestro país, que incluyen más de 130 medidas y cuantiosas aportaciones económicas dirigidas de manera directa a municipios rurales.
Hoy, podemos decir sin equivocarnos que se abren nuevas oportunidades para las zonas despobladas. El esfuerzo de las Administraciones, de lasempresasprivadas, de quienes hoy viven en estas zonas, y de aquellos que buscan el retornar, junto conel esfuerzo del conjunto de la sociedad, hará posible que la despoblación sea un camino cuyo retorno ya ha comenzado.
María Jesús Merino Poyo
Diputada Socialista por Guadalajara en las Cortes de CLM