La Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero ha concedido su XVII Premio 'Francisco Javier Ayala Carcedo' al estudio multidisciplinar sobre la estela funeraria prehistórica, encontrada en la cueva funeraria de Castillejo del Bonete de Terrinches (Ciudad Real). Esta revela relaciones y movimientos personales y de objetos entre las provincias de Albacete y Ciudad Real durante el Calcolítico y la Edad del Bronce.
El premio, que se ha entregado en el Congreso Anual que acaba de celebrar esta Sociedad española de geólogos y paleontólogos reconoce los resultados de la aplicación de un método de trabajo multidisciplinar, mediante el cual la Arqueología, Geología y Paleontología han permitido determinar la procedencia de una estela funeraria. Además, ahonda en el significado que podían tener estos fósiles para las culturas que poblaron el sur de la Meseta desde el Calcolítico hasta la Edad del Bronce.
El jurado ha considerado que el trabajo premiado "es de impecable factura, desde el punto de vista técnico, científico y metodológico", según ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.
Trabajo “muy original”
El doctor Luis Benítez de Lugo, uno de los autores del estudio y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, ha explicado que el artículo recoge una loable colaboración entre arqueólogos, geólogos y paleontólogos que ha permitido determinar la procedencia de una estela funeraria y que, además, ahonda en el significado que podían tener estos fósiles para las culturas que poblaron el sur de la Meseta desde el Calcolítico hasta la Edad del Bronce.
"Constituye un trabajo muy original, en cuanto a planteamiento, y con unos resultados muy atractivos. Se trata de un artículo bien redactado, que se acompaña de una infografía y unas fotografías de gran calidad, en el que se ha aplicado una metodología científica impecable y con unas conclusiones muy interesantes.
A juicio del jurado, merece ser ensalzada la estrecha colaboración de científicos de distintas especialidades con el fin de estudiar y contextualizar un objeto que es, a la vez, patrimonio mueble geológico y arqueológico", ha dicho.
Benítez de Lugo ha asegurado que el equipo está muy agradecido a la Sociedad: "Para el proyecto de investigación en Castillejo del Bonete es muy importante el reconocimiento que hemos recibido de nuestros colegas expertos en Patrimonio Geológico, muy rigurosos y exigentes siempre con la aplicación del método científico a los trabajos".
Los estudios en Castillejo del Bonete están financiados por la Viceconsejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, por el Ayuntamiento de Terrinches y por la empresa privada E2 IN2.
Fósiles y conchas
La estela funeraria de Castillejo del Bonete es un objeto arqueológico tan singular que reúne fósiles y conchas a la vez, lo que le confiere un carácter único. Se trata de un bloque de biocalcarenita del Mioceno medio, con briozoos, bivalvos pectínidos y microfósiles marinos, procedente de la provincia de Albacete y que se talló como estela funeraria para ser depositada el lugar sagrado de la Cultura de las Motillas, en la provincia de Ciudad Real.
Los fósiles asociados a enterramientos, sepulcros o túmulos, ya sea como parte de ajuares (collares, hachas, por ejemplo) o como objetos en sí mismos, aparecen habitualmente relacionados con rituales ceremoniales o amuletos en la Prehistoria. Las conchas siempre han producido un gran interés en el ser humano y se cree que portaban buena fortuna, fertilidad, fecundidad y auguraban una vida para después de la muerte.
La edificación de este templo solar se relacionó con el ciclo muerte-resurrección del Sol, con orientaciones arquitectónicas muy precisas a los ortos y ocasos en los solsticios de invierno y de verano. Los autores de este estudio arqueo-paleontológico son Graciela Delvene, Eleuterio Baeza, Juan Usera, José Luis Fuentes y Luis Benítez de Lugo.
Bien de Interés Turístico Cultural
Castillejo del Bonete, en la comarca del Campo de Montiel, fue declarado Bien de Interés Cultural en 2014 y cuenta con financiación a través de la línea de ayudas a proyectos de investigación competitivos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Es un santuario solar compuesto por varios túmulos conectados entre sí mediante corredores. Todo el complejo monumental fue edificado sobre una cueva natural utilizada como sepulcro, que consta de varias galerías.
La cueva, que ha permanecido sellada desde la Prehistoria hasta su descubrimiento en 2003, está acondicionada mediante construcciones funerarias diversas. También cuenta con arte rupestre esquemático, ídolos y estelas sepulcrales procedentes de lugares lejanos depositados en su interior.
Tanto su interior como los túmulos exteriores fueron empleados recurrentemente durante más de cinco siglos para enterrar personas, depositar objetos y realizar ritos de comensalidad.
Su origen data de la época del Bronce de La Mancha, la denominación historiográfica genérica de la subdivisión espacial y temporal de la Prehistoria en la península ibérica también conocida como Cultura de las Motillas.