En cada campaña de Navidad las grandes marcas, tanto nacionales como internacionales, se dejan el resto por sorprender a los consumidores, a los cada vez es más complicado llegar al corazón con propuestas novedosas. Sin embargo, este año el whisky escocés J&B lo ha conseguido con un rompedor e inclusivo spot que ha sido rodado en varias localizaciones de Castilla-La Mancha, concretamente de la provincia de Cuenca.
El anuncio, creado por la agencia 'El Ruso de Rocky' bajo la dirección de Gabe Ibáñez, comienza mostrando un rebaño de ovejas con el monasterio de Uclés al fondo. La pieza, de poco más de tres minutos de duración, narra con una gran sensibilidad el apoyo que brinda un abuelo a su nieta para transicionar de sexo y normalizar el cambio ante toda la familia, aprovechando que se han reunido en la casa del pueblo para celebrar una cena navideña.
Que el abuelo tenga una edad avanzada y viva en un entorno rural no le impide, cargado de valentía, comprar maquillaje en la tienda del pueblo, que no es otra que 'Comestibles Ramón', de Tarancón. Quiere aprender a maquillarse para que, cuando llegue el momento indicado, pueda hacer lo propio con su nieto Álvaro, que a partir de entonces completará su proceso de transición y pasará a ser Ana -personaje interpretado por la artista multidisciplinar Ella Di Amore-.
En otra de las secuencias del anuncio, el protagonista se encuentra en la parada de autobús del pequeño pueblo conquense de Almendros, donde se encuentra esa esencia rural que quiere trasladar la pieza audiovisual.
El spot, ambientado musicalmente con el tema "She" de Charles Aznavourha, ha sido muy bien recibido por la crítica y por el público ya que derriba multitud de prejuicios generacionales, sobre la ruralidad y apoya de manera decidida al colectivo transexual.
"Es un cuento de Navidad que narra la bonita historia entre un abuelo y su nieta, y cómo el amor que les une es tan grande que puede con cualquier prejuicio o barrera que les pueda separar", explica la marca sobre el anuncio, recordando que para casi un 80 % de las personas trans o no binarias la familia fue el entorno más difícil o problemático en su proceso de transición o evolución de género, según un estudio del Ministerio de Igualdad.