La nueva vida que un mecenas mexicano ha dado a una joya arquitectónica de Castilla-La Mancha

El empresario y político Mauricio Fernández Garza, exalcalde de San Pedro Garza García (México), ha presentado los trabajos de restauración que ha llevado a cabo durante los últimos cuatro años en el Palacio de los Marqueses de Torremejía, de Almagro (Ciudad Real), una joya arquitectónica construida a principios del siglo XVI.

Este palacio forma parte del conjunto de edificaciones surgidas en la época de más esplendor de Almagro, que la llevó a ser considerada en la actualidad conjunto histórico artístico y una de las ciudades más monumentales de España.

Remodelado y modificado en el siglo XVIII por sus propietarios originarios, en el siglo XX lo donaron a la orden religiosa de los Dominicos, que lo convirtieron en convento y en sede de una escuela-hogar para niñas, administrada por monjas.

[Un empresario y político mexicano compra un gran palacio en Castilla-La Mancha]

La orden de los dominicos lo puso a la venta en varios portales inmobiliarios y el empresario mexicano acabó adquiriendo por un precio que habría rondado los 800.000 euros.

Mauricio Fernández Garza ha estado acompañado en la presentación de las obras de restauración por el embajador de México en España, Quirino Ordaz, quien ha puesto en valor la generosidad y el altruismo de Fernández Garza, por "volcar su pasión, su amor y sus recursos en un lugar tan importante como es Almagro".

El embajador de México, que ha visitado las dependencias del inmueble, ha asegurado a preguntas de los periodistas que esta compra "ratifica la hermandad entre México y España" y el especial vínculo que el empresario mexicano tiene con Almagro.

En este municipio adquirió, en la década de los años 70 del pasado siglo, en una subasta pública el artesonado del siglo XVI de la antigua Universidad Renacentista de la localidad, que hoy forma parte de su casa en México conocida como 'La Milarca'.

Patrio renacentista con columnas isabelinas

La restauración del edificio del siglo XV ha permitido recuperar un patio renacentista con once columnas de piedra de estilo isabelino, elaboradas entre 1480 y 1500, además un conjunto de salas con pinturas murales del siglo XIX, entre las que hay unas sobre papel de arroz con escenas cotidianas de la dinastía china Qing, semejantes a las que existen en el Palacio Real de Madrid, que ha sido restauradas con un especial cuidado durante los últimos cuatro años.

En declaraciones a los medios, el mecenas ha reconocido el importante trabajo de restauración que se ha realizado en este palacio para convertirlo en un lugar de visitas para todo el mundo que lo desee, al tiempo que ha asegurado: "No es un proyecto para mis hijos, sino para España y para que lo aprovechen los almagreños".

Con esta iniciativa, ha querido saldar la "deuda histórica" que tenía pendiente con Almagro, después de que descubrió que el artesonado mudéjar del siglo XVI que decoraba ahora el techo de su casa en México.

El empresario se ha mostrado muy satisfecho de poder contar con este palacio en Almagro, que en su opinión "es el paraíso del mundo, un municipio que tiene un millón de cualidades, que respetó su arquitectura y donde no hay ruido".

Para ejecutar los trabajos de restauración ha sido necesario realizar una gran inversión y contar con un equipo multidisciplinar en el que han participado el arquitecto Federico Pérez Parada y el restaurador Ignacio Fernández, que trabajo para el Museo del Prado, todos ellos, coordinados por Santos Romero, mano derecha del empresario mexicano en España.

Pinturas muy valiosas

Ignacio Fernández ha explicado que el palacio cuenta con distintas salas que están decoradas con pinturas muy valiosas, y ha considerado que la sala china, la sala de los indianos o la sala costumbrista inspirada en campos del entorno de Almagro "son impresionantes".

Junto a este importante valor patrimonial, también se encuentra la portada de la entrada principal del palacio o el artesonado del patio.

El mecenas ha explicado que el estado de conservación de las pinturas "era deprimente" porque el papel estaba "desprendido, tenían grafitis, clavos y tornillos, caramelos y chicles pegados", a pesar de lo cual la restauración ha hecho el "milagro" de devolverles todo su esplendor.

Para restituir los dibujos de la sala china, una de las estancias más bellas, han tenido que utilizar papel coreano.

La intención de Fernández Garza es que el palacio se incorpore a la red de monumentos visitables de Almagro, si bien, no esconde que existen otras posibilidades como que alguna de sus dependencias pueda ocupar un negocio de restauración en el futuro, o que incluso, un chef mexicano abra un restaurante de alta cocina en las antiguas caballerizas.

Por su parte, el alcalde de Almagro, Daniel Reina, ha valorado que a partir de ahora el Palacio de Torremejía es "un aliciente más" para visitar el municipio, al tiempo que HA agradecido al empresario mexicano su interés altruista para recuperar este patrimonio para la ciudad.