José Ignacio Gutiérrez Lloréns, "Nacho" para los amigos y conocidos, se jubiló como docente el pasado 31 de diciembre, coincidiendo con el último día del año. Nacho (Bilbao, 1946) es un reputado pintor, toledano de adopción, que quizá se le haya valorado menos de lo que vale en la capital de Castilla-La Mancha.

Hijo de un inspector de Aduanas, es el menor de seis hermanos, nacido en el País Vasco debido a la profesión de su padre. De los seis hijos, tres han sido pintores, si bien hay que decir que el padre también lo fue. Ya saben, de casta le viene al galgo. En Barcelona estudió Bellas Artes, no llegando a terminar, haciéndolo después en la Escuela de Artes de Toledo.

A los tres años su familia se fue a Barcelona y él llegó a Toledo en 1964, un baby todavía como quien dice. Al poco tiempo conoció a Maribel de Diego Alonso, conocida maestra que desarrolló gran parte de su vida como docente en Polán. Desde entones podemos decir que ha sido la musa de Nacho acompañándole en muchos desplazamientos, sobre todo cuando expuso en países de Hispanoamérica.

Nacho y Maribel tienen tres hijos. Ahinara, que trabaja en Pincelea de Barcelona, además de Daniel y Álvaro, administrador y director gerente, respectivamente, del grupo Trébedes en Toledo.

Con 77 años ha considerado que parte de su vida la debía dedicar al descanso y a su familia y ha dejado de dar clase en el estudio que posee en el barrio de Buenavista, donde cientos de personas de todas las edades han acudido durante muchos años a aprender a pintar en grupos de seis u ocho personas.

Más de mil cuadros

En el estudio donde ha pasado muchísimas horas de su vida relata: "Habré pintado seguro que bastante más de mil cuadros en mi vida. Algunas veces llegando a pintar dos en un día y viviendo anécdotas curiosas como querer comprarme un cuadro cuando aún lo estaba pintando y era un primer premio de un certamen".

Con Nacho no solo se ve una obra expuesta, sino el dominio del color sobre la perspectiva. Es una forma de caminar por la luz vestida de colores. La perfecta armonía de color hace reflejar su buen gusto. Contemplar sus obras es disfrutar de un mundo entero de luz, color, armonía y vida.

El periodista Luis Moreno Nieto llegó a preguntarse si estábamos ante el Sorolla toledano y el académico Félix del Valle lo piropea hablando de cómo plasma el color irradiando la luz y sus bellos paisajes en múltiples rincones toledanos. También el físico y artista Fernando Aranda añade que domina el color, el contraste y el paisaje, además de ser un extraordinario dibujante.

Exposiciones

En su trayectoria artística se puede decir que en 1970 expuso por vez primera en Toledo, así hasta casi medio centenar de lugares y certámenes como Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Venezuela, Portugal y numerosas ciudades de nuestra geografía nacional. La última el pasado verano en San Marcos en Toledo, constituyendo un enorme éxito de visitas y lienzos vendidos, así como encargos realizados.

Fundó la Asociación de Amigos de la Pintura y el Arte, que ahora ha dejado al abandonar la docencia. Entre sus logros puede añadirse también que en 1976 ganó el Concurso de Carteles del Corpus en Toledo, siendo la única vez que se presentó.

Nacho nos cuenta con resignación y melancolía que le "gustaría" y que "echa de menos" que se organicen en Toledo "certámenes de carácter nacional, concursos, exposiciones". En definitiva, que la ciudad, "tan aprovechada en algunas facetas, no lo esté en esta".

El Transparente de la Catedral de Toledo pintado por 'Nacho'.

Considera el pintor como sus obras más sobresalientes el Transparente de la Catedral, el retrato especial de la mirada de Ariadna y algunos cuadros de la etapa costumbrista. Cabe añadir que el segundo tuvo varios "novios" entre los compradores en su última exposición en San Marcos.

José Ignacio Gutiérrez Lloréns, Nacho, no deja los pinceles, pues el artista se jubila cuando sus facultades le impiden desarrollar íntegramente sus habilidades creativas, pero si abandona una importante parte de su vida. Su esposa, hijos y nietos le esperan.