Posee una vitalidad enorme a pesar de su avanzada edad, es muy conocido y querido en Toledo. Imparte conferencias e inserta dibujos en programas como el del Corpus Christi. Franciscano seglar, artista de la plumilla y de la pintura, fue jefe del Observatorio Meteorológico de Toledo durante 45 años. Fernando Aranda Alonso (Toledo 1935), fue homenajeado en 2018 y nombrado Hijo Predilecto de la ciudad de Toledo. Es miembro de la Cofradía de Investigadores. Podíamos continuar unas cuantas líneas más con su currículum, pero les voy a contar el proyecto que tiene en su mente desde hace unos años relacionado con nuestro querido y maltratado río Tajo. Sin duda estamos ante una de las personas que más y mejor conocen el río Tajo.
No podemos obviar que hace unos años publicó dos volúmenes. El primero titulado “Rincones del Toledo desaparecido”; en cada doble página venía el dibujo a plumilla de una calle, plaza u otro lugar y al lado la historia del motivo. El segundo bajo el título “Otros rincones del Toledo desaparecido” es más general y trataba de los barrios, judería, río Tajo, puentes y puertas de Toledo. Igual, cada cuadro con su historia correspondiente. Se considera un pintor realista de la historia del río Tajo basándose fundamental en la ciudad.
Pasando a su proyecto actual cabe decir, que en algo menos de tres años y aprovechando el tiempo que nos deparó la pandemia ha pintado 55 cuadros de distinto tamaño, todos relacionados con el río Tajo y expresando en los lienzos lugares distintos como queda dicho anteriormente de la ciudad: azudes, presas, batanes, puentes y otros elementos similares.
Muchos lugares y restos de ellos son desconocidos para gran parte de los toledanos y otros están en mal estado o desaparecidos. Por lo cual, Aranda se ha tenido que bucear en libros y patear bibliotecas. Todo ello, realizado en su estudio en el casco histórico de nuestra ciudad y rodeado de edificios nobles y emblemáticos y donde casi diariamente pasa gran parte del día. Repartidos en dos plantas allí se encuentra la producción de estos casi tres años esperando que se exhiban a la ciudad y visitantes.
Asegura que la mayoría de la gente no conoce el léxico del río. Quien esto escribe ha reconocido en más de una ocasión, a pesar de su edad, que hasta hace menos de una década no sabía ni relacionaba el nombre de Safont con un personaje catalán que tuvo un protagonismo especial con el Tajo. Tal es así, que como sabemos, uno de los parajes más conocido y frecuentado por los toledanos de décadas anteriores y donde mucha gente aprendió a nadar es en Safont, en el barrio de las Covachuelas.
Nos narra en un recorrido virtual discurriendo por el Tajo a su paso por la ciudad comenzando por el Palacio de Galiana, arroyo del Aserradero, antiguos molinos de Barranchuelo, comprados por Felipe II, artificio de Juanelo, Casa del Diamantista, donde se encuentra el embarcadero de Picazuelo- hoy conocido como el barco de pasaje -, las tenerías donde se trataban las pieles que luego se curtían con taninos, orines e incluso excrementos y el cerro de la Cabeza. Aunque no existe tradición ni datos parece que fue El Greco quien lo pintó en su cuadro El plano de Toledo. La presa de Santa Ana hasta llegar al puente de San Martín. Aquí se pintó el pilar sobre el que se establecieron las antiguas aduanas cobrando tres florines por cada mil cabezas de ganado que cruzaba el puente. Continúa por la Fábrica de Armas, llegando al cigarral del Ángel sobrepasando la barca de Romanones y terminando el recorrido en el Egido, en el lugar que hoy conocemos como presa de Buenavista.
Casa del diamantista
Como se puede apreciar es un recorrido a través del Tajo transitando por el mismo y ofreciendo un testimonio personal de Aranda, de lo que fue y es la historia de Toledo. Su idea y deseo, ya expuesto a la anterior alcaldesa Milagros Tolón y al alcalde actual Carlos Velázquez, es donar los 55 cuadros a la ciudad de Toledo para que los toledanos conozcamos su historia a través del río. Asegura que el mejor lugar donde podrían exponerse los cuadros sería en la Casa del Diamantista e incluso sería deseable que se hiciera un centro de interpretación.
Serviría también como un homenaje a profesiones actualmente desaparecidas como barqueros, bataneros, tintoreros, pescadores y gancheros. En suma, se trata de conocer las personas que vivieron junto a las orillas del Tajo. Fernando Aranda espera que dé la palabra y aquiescencia de los políticos se pase a los hechos con celeridad y que no dejen dormir este sueño que podría y debería ser una pronta realidad para los toledanos y para los que no lo son.