La cueva de la Camareta, en la provincia de Albacete, es un testimonio vivo de un lugar de paso a lo largo del tiempo en el que numerosos grupos de gente han dejado su huella con testimonios escritos y dibujos.
Ubicada en Agramón, una pequeña pedanía de Hellín, ha sido ermitorio y un alto en el camino durante más de 2.000 años. Y prueba de ello es que hay inscripciones en todas sus salas, muchas de ellas acompañadas de dibujos y otras marcas, de la cuales las más modernas -desde el siglo XV hasta la actualidad- presentan con frecuencia la fecha en la que se realizaron.
La Camareta se localiza en el margen derecho del río Mundo, junto al embalse llamado "Las Camarillas", y ha sido un punto bastante transitado en la antigüedad. Cerca de ella se hallan algunos yacimientos ibéricos de gran importancia, como el Tolmo de Minateda.
La cueva está compuesta por cuatro salas, tres talladas en la roca, lo que demuestra la intervención de la mano del hombre, aunque es probable que en su origen fuera un pequeño abrigo natural que se fue excavando en diferentes periodos.
Un museo de la escritura
Declarada Bien de Interés Cultural por la multitud de inscripciones y grafittis en sus paredes, el lugar se puede considerar como un museo de la escritura, con ejemplos que van desde el alfabeto ibérico hasta tipos gráficos contemporáneos en distintos idiomas.
En este variado muestrario, las inscripciones latinas aparecen repartidas por las paredes y, en ocasiones, mezcladas unas con otras, habiéndose reutilizado el espacio. Los epígrafes latinos son numerosos, de diversas manos de visitantes que en bastantes ocasiones han dejado su propio nombre.