En 1780, de forma fortuita mientras retiraban la maleza de un terreno en el pequeño municipio de Rielves (Toledo), varios jornaleros encontraron unos restos arqueológicos que captaron la atención del ilustrado cardenal Lorenzana y del rey Carlos III, que financió la primera campaña de excavación de lo que resultó ser una villa romana del siglo IV con 19 mosaicos.

A partir de ese momento, la zona pasó a ser conocida como 'El Solado', aunque los restos hallados se volvieron a enterrar al poco tiempo y la finca siguió teniendo un uso agrícola. Eso sí, diferentes publicaciones dejaron constancia histórica de su existencia. 

Casi 250 años después y con el objetivo de desenterrar este patrimonio abandonado de gran relevancia, el Ayuntamiento de la localidad decidió comprar la parcela a su propietario, que accedió a venderla en septiembre de 2021 tras mucho insistirle.

Un año después, en 2022, varios voluntarios de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha comenzaron a excavar para descubrir todos los mosaicos, logrando encontrar uno de formas geométricas. El objetivo es que poco a poco puedan hallarse todos y exponerse al público. 

Sobre la villa

En el año 1780, Pedro Arnal, director de arquitectura de la Real Academia de San Fernando, documentó por primera vez esta villa romana, situada a 3 kilómetros de Rielves. 

Según contaba Arnal, esta se distribuía en torno a un patio de 21 metros de largo, cerrándose en un hemiciclo, y destacaban por su tamaño dos habitaciones, ambas colocadas en el eje transversal.

Todas las estancias de la villa se encontraban en distinto nivel, las paredes estaban hechas de mampostería y las aberturas de las puertas, de ladrillo. Todo ello trabajado con una mezcla de cal y arena para ofrecer solidez. 

Lo que más sorprende de esta villa son los 16 dibujos que el arquitecto copió de los mosaicos 'in situ' en la excavación del siglo XVIII.