Ábside plateresco de la iglesia de Santa María del Salvador, obra de Jerónimo Quijano en 1541.
Esta es la iglesia más antigua de Albacete: una de las pocas construidas íntegramente al final de la Edad Media
Fue declarada monumento en 1922 y destaca por su amalgama de diferentes estilos.
14 agosto, 2024 20:53Dentro de la provincia de Albacete, la iglesia de Santa María del Salvador es posiblemente la más antigua y destaca por ser uno de los pocos templos construidos en su integridad durante los años finales de la Edad Media.
El origen de este emblemático monumento que se encuentra en Chinchilla de Montearagón se remonta a los primeros años del siglo XIV, cuando se erigió una estructura mudéjar que se caracterizaba por su artesonado de par y nudillo, decorado con polígonos octogonales.
Esta construcción inicial, aunque oculta en la actualidad por las bóvedas barrocas, dejó una huella profunda en la configuración arquitectónica de la actual iglesia, compuesta por templo, torre y claustro. Sin embargo, a lo largo de los siglos fue objeto de diversas reformas que enriquecieron su estructura y su interior.
Exterior de la iglesia de Santa María del Salvador.
En 1446, bajo el patrocinio de Juan Pacheco, Marqués de Villena, se completó el artesonado de las naves laterales, siguiendo un estilo similar al de la nave central, pero con la adición de motivos heráldicos que reflejaban el poder y la influencia de las principales figuras de la época.
A finales del siglo XV y principios del XVI, la iglesia de Santa María del Salvador experimentó una de sus transformaciones más significativas: en 1536 se tomó la decisión de derribar la estructura gótica original para construir un nuevo templo de estilo renacentista.
La reja de la capilla mayor es de estilo gótico y fue firmada en 1503 por Antón de Viveros.
Bajo la dirección del arquitecto Jerónimo Quijano se levantó una cabecera de planta rectangular, culminada con una gran concha y una cúpula ovalada, obra del maestro francés Esteban Jamete. Este ábside es considerado por expertos como Chueca-Goitia como la obra más representativa del plateresco en Albacete.
Sin embargo, la construcción de la cúpula enfrentó desafíos técnicos que requirieron la adición de cuatro arbotantes exteriores para asegurar su estabilidad. Estos elementos, aunque cumplen una función estructural, añaden tambiénun carácter distintivo al edificio.
La influencia del barroco
Durante el siglo XVIII, la iglesia sufrió una nueva transformación, esta vez para adaptarse a los gustos barrocos de la época. En 1717, tras la visita apostólica del cardenal Belluga, se ordenó recubrir todo el edificio con yeserías, lo que dio lugar a la apariencia actual.
Estas obras, llevadas a cabo entre 1729 y 1730, ocultaron la estructura original gótica y mudéjar, aunque algunos elementos del artesonado fueron preservados y expuestos en el interior del templo.
La última gran intervención en la iglesia tuvo lugar en los últimos años del siglo XVIII, cuando se proyectó una fachada neoclásica que, afortunadamente, nunca se llevó a cabo puesto que habría destruido la portada gótica original, uno de los elementos más valiosos del edificio.
Sin embargo, en 1793, se demolió parte del claustro para construir la vivienda del sacristán, y los restos fueron habilitados como sacristía.
Un patrimonio vivo
Pese a toda la historia que atesora, la iglesia de Santa María del Salvador no solo es un testimonio del pasado, sino que también sigue siendo un lugar de culto y un punto central de la vida religiosa en Chinchilla de Montearagón.
Su rica historia y su mezcla única de estilos arquitectónicos la convierten en un destino muy recomendable para aquellos interesados en el patrimonio histórico y cultural de Albacete y Castilla-La Mancha.
