Enrique Cerezo quiere tirar el edificio histórico que posee en Talavera de la Reina: "Es un atentado contra el patrimonio"

Hispania Nostra, asociación que trabaja en la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural, ha incluido en su Lista Roja del Patrimonio el Cine Calderón de Talavera de la Reina (Toledo), un edificio que lleva décadas cerrado al público y abandonado.

Este listado recoge aquellos elementos patrimoniales sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. En este caso, la entidad considera que el inmueble, "en el que han sucedido relevantes hitos históricos" y que "cuenta con un importante valor patrimonial cultural, religioso y arquitectónico", sufre peligro de derribo.

"El edificio está en pie y se ha conservado. Sin embargo, al carecer de protección de Bién de Interés Cultural (BIC) oficial, su propietario ha promovido un PERIM de la plaza para destruirlo, lo que para algunos es un atentado contra el patrimonio arquitectónico, cultural, histórico y cultural", explica Hispania Nostra, que destaca que "actualmente se encuentra en trámite para que se declare BIC".

Su propietario es el conocido empresario Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid.

Un antiguo convento

El Cine Calderón tiene vestigios del convento de Santa Ana de los Franciscanos Descalzos del siglo XVII. Estos compraron un solar en el barrio de Santiago y, con las limosnas reunidas, construyeron este espacio, obras que se prolongaron desde 1674 hasta 1676.

Aunque a partir de 1677 o 1678 los frailes debieron de ocupar el convento, lo cierto es que no fue hasta el 14 de mayo de 1679 cuando se realizó el traslado del Santísimo Sacramento a la nueva iglesia conventual de Santa Ana, junto a la parroquia de Santiago el Nuevo. Tras el proceso de exclaustración y desamortización, el edificio sufrió un paulatino deterioro.

Convertido en cine en 1925

En la década 1840 se encontraba en un estado bastante ruinoso y fue habitado por Baltasar López. Las antiguas estancias servían de almacenes, tiendas, viviendas de vecindad y posiblemente alfar de cacharrería. 

Posteriormente, a finales del siglo XIX, el Calderón era uno de los tres teatros que existían en la ciudad; y en 1925, el nuevo arrendador del local, Segundo Lor Notario, lo convirtió en cine.

Con la llegada del cine sonoro, dotado del equipamiento necesario, reabrió y cambió de nombre por el de Teatro-cine Royalti en 1932, siendo el primero en proyectar una película sonora en Talavera.

Según informaba EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM el pasado mes de octubre, el Ayuntamiento de Talavera de la Reina se encontraba negociando con Enrique Cerezo varias fórmulas para dar viabilidad a un proyecto de rehabilitación de estos cines.