Seria advertencia del presidente de Castilla-La Mancha, el siempre díscolo Emiliano García-Page, al Gobierno de Pedro Sánchez por la Ley de Universidades, un nuevo frente abierto por el barón autonómico del PSOE en el último día de agosto, al filo de empezar el nuevo curso político que desembocará en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023.
Castilla-La Mancha, tal como ha anunciado García-Page este miércoles, planteará un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional en caso de que el anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), aprobado el pasado mes de junio por el Consejo de Ministros, siga adelante en los términos planteados por el Gobierno de España.
Así lo ha dejado entrever este miércoles el presidente castellano-manchego, que durante un acto público en Guadalajara ha asegurado, tal como informa EP, que no tiene "ningún problema" en plantear un conflicto de competencias si ese proyecto avanza "tal y como lo están planteando".
El dirigente socialista ha añadido que el Gobierno de Castilla-La Mancha no va a "tolerar" que se apruebe una Ley de Universidades que va "en contra del sistema universitario" y que se haga, además, "cargando deudas sobre las comunidades autónomas".
Un "avisito" al ministro
García-Page, incluso, ha dicho sobre el ministro de Universidades, Joan Subirats, que "le vendría bien un avisito". "No se puede hacer demagogia. Menos aún con el presupuesto, menos aún con el presupuesto de otros. Espero que escuchen a los rectores", ha indicado el líder del Ejecutivo autonómico.
El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Julián Garde, se ha expresado en la misma línea recientemente, defendiendo que el coste adicional que supondrá la entrada en vigor del nuevo texto debe proporcionarlo el Estado y advirtiendo de que si la ley se aprueba en el 2023, aunque esté prevista su aplicación en el 2030, a partir de ese día comenzará a costar dinero a las universidades.
El presidente socialista de Castilla-La Mancha arranca el nuevo curso político con una nueva andanada contra el Ejecutivo central de su propio partido y en un momento en el que las encuestas, una y otra vez desde la llegada al PP de Alberto Núñez Feijóo, anuncian una contundente derrota para el PSOE en unas hipotéticas elecciones generales.