Publicada
Actualizada

Julián Garde mira el horizonte de los próximos seis años como un gran desafío y un tiempo que llega cargado de transformaciones, casi revolucionario. Una nueva época, social, tecnológica, educativa, que va a exigir mucho de todos: es el periodo que Garde tiene por delante, como reelegido rector, para culminar su tarea de encumbrar en el primer nivel de la excelencia a la Universidad de Castilla-La Mancha, que es el primero y más grande de sus sueños.

Llegado ese momento, final del año 2030, el rector Garde habrá cubierto un periodo de 10 años al frente de la Universidad de Castilla-La Mancha, pero de momento se centra en dar la batalla de cada día para alcanzar ese horizonte con todos sus objetivos cumplidos, o al menos la inmensa mayoría. Y todos se resumen en uno: hacer más grande y universal a la Universidad, en todos los sentidos, la tarea en la que lleva inmerso, a pleno pulmón, desde diciembre de 2020.

Aunque siempre se muestra tranquilo y ponderado, y explica a la Universidad con profundidad y meditación, Julián Garde lleva por dentro un torrente interior de iniciativas, de proyectos, de inquietudes y objetivos y tiene muy claras las ideas de hacia donde conducir este nuevo mandato, que ya será el último: la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) así lo exige a los rectores y eso sitúa aún más a Garde ante el enorme reto de dirigir con éxito a la institución en este tiempo decisivo.

La pulsión de su mandato será, por tanto, académica, enérgicamente anclada en el conocimiento y la investigación, pero será también fundamentalmente social: "Todo lo que hacemos tiene una única misión, que es mejorar la vida de la gente", afirma de forma contundente, dejando clara la perspectiva esencial de este nuevo tiempo que empezó con su investidura el pasado 30 de enero.

Julián Garde, rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, entrevistado por Eusebio Cedena.

Julián Garde, rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, entrevistado por Eusebio Cedena.

- Pregunta: ¿Cómo se imagina la Universidad de Castilla-La Mancha en 2030? ¿cuál quiere que sea su gran aportación?

- Respuesta: En primer lugar, hay un objetivo común para estos seis próximos años, que ya hemos tenido muy presente en los cuatro años pasados, y es que debemos seguir tomando medidas, algunas de manera unilateral y otras con el Gobierno de Castilla-La Mancha, para cumplir algo fundamental, y es que nadie se quede sin estudiar en nuestra comunidad por problemas económicos. Este es un objetivo prioritario e incontestable que, además, será una aportación importante para resolver el problema global del reto demográfico. Es decir, es fundamental el acceso universal a la Universidad y lo es por lo que supone para las personas y para la sociedad, y en este sentido hay que resolver de forma paralela el problema de la vivienda y los precios de los alquileres.

Por supuesto, otro gran objetivo es mantener e impulsar la calidad de la docencia, adecuándola al futuro y cada vez más cerca del mundo empresarial, con nuevas titulaciones duales vinculadas a las necesidades de la sociedad. También vamos a intentar dejar una Universidad que sea relevante en investigación, con un mayor grado de excelencia y donde lideremos grandes proyectos, no solo regionales o nacionales, sino también europeos. Y por último, y sobre todo, un último elemento que me gustaría dejar a la Universidad es la idea de que nuestra misión principal es contribuir, desde el conocimiento, a mejorar la vida de la gente. Todo lo que hacemos tiene esta única misión, mejorar la vida de la gente.

- P. Son objetivos ambiciosos. ¿Queda mucho por hacer en esta dirección?

- R. Hemos avanzado muchísimo en este camino en los últimos años, pero probablamente lo más complejo, por cómo está evolucionando el mundo y no sólo la Universidad, va a ser empezar a construir en estos próximos seis años soluciones para las indecisiones actuales. No sabemos qué profesionales va a demandar el mundo de aquí a 20 años, pero no nos podemos quedar atrás. Los chicos y chicas que están naciendo ahora nacen ya como hijos de la inteligencia artificial generativa y en los próximos 10 años el 16 por ciento de la población habrá nacido en ese contexto, lo que significa que tenemos que prepararnos para un cambio en la sociedad vinculado a la tecnología que va a ser radical, un cambio que no hemos vivido nunca.

- P. Ese parece realmente complejo...

- R. Yo creo que más que pensar en lo que queda por hacer tenemos que seleccionar muy bien lo que tenemos que hacer para afrontar un mundo un tanto incierto. 

- P. ¿Y qué planes tiene la Universidad de Castilla-La Mancha ante un contexto tan difícil como este?

- R. Nosotros, como cualquier otra universidad, ya hemos asumido que las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, son una oportunidad y no debemos verlas nunca como un riesgo. La inteligencia artificial es una oportunidad, no es una amenaza, y lo que debemos hacer es adaptarnos a la oportunidad. Además, tenemos que incorporar la inteligencia artificial en la docencia, en la investigación, pero también en la gestión de la propia universidad, en el día a día de los procedimientos administrativos y mucho más allá.

"Vamos a diseñar un plan estratégico que debe regular la vida de la Universidad de Castilla-La Mancha hasta 2030"

- P. No todo el mundo tiene estas ideas tan claras. Eso ya es un punto de partida muy positivo para la Universidad, ¿no?

- R. Yo creo que esto es evidente y lo tenemos muy claro. Pero para que de verdad esto sea una realidad en los próximos seis años lo tenemos que incluir en algo fundamental que vamos a hacer muy pronto, que es el plan estratégico de la Universidad que debe regular el periodo hasta 2030. No vale con que yo lo cuente, sino que tiene que estar, si así lo decide la comunidad educativa, reflejado de una manera importante e incluido en ese plan estratégico.

- P. ¿Y qué líneas maestras marcarán este plan estratégico y cuándo estará elaborado?

- R. Las líneas maestras están claras. Es el programa electoral, que se transforma en programa de gobierno. Pero a diferencia de lo que sucedió en los otros cuatro años, en esta ocasión queremos, sobre ese esqueleto, hacer un proceso participativo donde la comunidad universitaria, no digo que lo cambie, pero sí que lo module y que sea un plan estratégico de toda la comunidad. Queremos empezar, probablemente en mayo de este año, a elaborarlo.

- P. ¿Con qué ejes fundamentales?

- R. Hay un eje clave que es la docencia y luego hay herramientas. Y ahí nos jugamos mucho. Cuando hablo de docencia me refiero a las titulaciones, ya sean de grado, máster o doctorado. Y dentro del plan estratégico tenemos que elegir qué titulaciones nuevas vamos a implantar y si hay que reevaluar alguna. La formación será, por tanto, el eje fundamental del plan estratégico, y no hablo solo de la formación oficial, sino también de la formación continua a lo largo de toda la vida, algo que ya hemos empezado a desarrollar también pensando en la recualificación de las personas que trabajan.

Otro eje será la investigación y, en este sentido, hay que avanzar hacia el desarrollo de proyectos de excelencia. Y un tercer eje serán las personas que forman parte de la institución, todo el personal que trabaja en la Universidad. Por otro lado, vinculado al plan estratégico tenemos que hacer una modificación de los estatutos que viene impulsada por la LOSU con una fecha límite para realizarla que, si no recuerdo mal, es junio de 2026.

- P. ¿Qué supondrá para la Universidad este cambio en los estatutos?

- R. Nosotros empezaremos de manera paralela con los estatutos y el plan estratégico. Yo creo que la importancia de esta modificación de estatutos es que establecerá un marco para implementar el plan estratégico. Y esto es algo importante, sobre todo para acomodar el plan con la norma y que su aplicación sea más sencilla.

Julián Garde, en otro momento de la entrevista.

Julián Garde, en otro momento de la entrevista.

- P. Vuelvo a uno de sus grandes objetivos: el acceso universal a la Universidad de Castilla-La Mancha. ¿Qué pasos quedan por dar para alcanzar plenamente esta meta? 

- R. En esto hemos avanzado muchísimo. Muchísimo. Y me gusta decirlo porque es cierto. La Universidad tiene un programa amplio de becas y ayudas, y ahí incluimos muchas partidas muy distintas, desde ayudas complementarias para el programa Erasmus, becas de movilidad nacional, becas de colaboración en nuestros propios servicios, que eso lo que permite es compaginar el estudiar con el formarse en un servicio de la universidad. En este caso, y lo hicimos mucho antes de que lo decidiera el Gobierno de España, cotizamos por ello a la Seguridad Social.

Y hemos multiplicado por más de dos el dinero que destinamos a personas en situaciones especiales de vulnerabilidad, pasando solo en este tipo de becas de 119.000 euros al año a 250.000 euros. Esto es de gran utilidad porque se ven casos de verdad dramáticos y ello ha permitido a más del doble de personas poder estudiar en la Universidad. Pero tu pregunta está enfocada al futuro, a lo que podemos seguir haciendo, y lo primero es mantener todo este sistema de becas y ayudas, que no es fácil, y luego, sin pretender ser dramático, tenemos que abordar el siguiente problema para poder estudiar en la Universidad, que es la vivienda, los pisos y las residencias universitarias.

- P. Ese es un gran problema. ¿Cómo lo afrontan? 

- R. Sí, es un problema importante. Hay comunidades autónomas donde un piso de alquiler para estudiantes cuesta 1.700 euros al mes. Aquí no estamos en esos niveles, pero un piso de alquiler de media en Toledo cuesta ya la mitad que en Madrid. O sea, tenemos que poner el foco en lo que es y va a ser el problema para que la gente pueda estudiar, que son los pisos, las viviendas, las residencias. No es una competencia directa de una universidad, pero sí tenemos que incidir ante las instituciones y también en las empresas privadas para que hagan pisos o residencias y, claramente, a un precio social... de lo contrario es imposible. Pensemos una cosa que creo que es importante. Aquí las tasas, las matrículas para entrar en la universidad, si no recuerdo mal, llevan congeladas desde 2015.

O sea que aquí en principio, para que la gente pueda estudiar, quitando las situaciones especiales, el problema no es tanto el precio de la matrícula, como la vivienda. El 62 por ciento de los alumnos que estudian en esta universidad podrían ser susceptibles de necesitar piso o residencia. Entonces, nos parece fundamental mantener todas nuestras ayudas y, además, incidir ante los que tengan las competencias de hacer pisos o residencias para los alumnos. Y otra cuestión importante, que no depende de nosotros, pero que yo valoro muy positivamente y nos va a venir dada, es la matrícula gratuita para el próximo curso académico anunciada por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

- P. Ha sido un anuncio muy llamativo...

- R. Sí, es una medida que está muy bien, que valoramos de manera muy positiva y que, además, cierra el círculo en cuanto a las tasas.

- P. Usted dijo en su discurso de investidura que quiere situar a la Universidad de Castilla-La Mancha a la vanguardia del sistema universitario español. ¿No es un objetivo demasiado ambicioso, lo ve viable?

- R. Yo lo veo posible y, de hecho, estamos ya en una situación de privilegio, muy predominante en algunos rankings y esto se debe fundamentalmente al esfuerzo que entre todos hemos realizado. O sea, que no lo veo tan complicado. Lo que pasa es que hay que seguir trabajando en los tres elementos que te comenté al principio, es decir, docencia de calidad, investigación de excelencia y luego transferencia. Yo no lo veo difícil, es simplemente estimular a la comunidad universitaria para dar un saltito más. Hay rankings que nos sitúan ya entre las 15 mejores universidades del país, cuando somos ahora más de 100 universidades entre públicas y privadas.

Julián Garde. Fotos: Javier Longobardo.

Julián Garde. Fotos: Javier Longobardo.

- P. Otro anuncio importante de Page ha sido la nueva Ley de Universidades de Castilla-La Mancha. A su juicio, ¿cómo debe ser esta ley y que aspectos fundamentales debe recoger?

- R. Nosotros vamos a trabajar para proponer al Gobierno de Castilla-La Mancha lo que consideramos que debe tener esta ley. Es un asunto que me parece muy importante. La ley tiene que incorporar tres o cuatro elementos fundamentales. Un primer elemento de la ley será recoger las salvaguardas que hagan falta para que nadie se quede fuera de los estudios por motivos económicos en Castilla-La Mancha, como dije anteriormente. Eso tiene que estar recogido en la ley.

Un segundo elemento que, en mi opinión, la ley también debería recoger, al igual que hace la LOSU, es un compromiso de financiación, un porcentaje del PIB de financiación para las universidades de la comunidad autónoma. Un tercer elemento es el desarrollo profesional, o sea, la carrera de algunas figuras del profesorado y del personal técnico de gestión y de administración y servicios. Y luego un cuarto elemento, y sólo voy a dar una frase por no entrar más ahora en este debate, es que la ley debe definir claramente qué es una universidad y qué no en una comunidad como Castilla-La Mancha.

- P. ¿Se refiere a las universidades privadas? ¿a que la ley fije los requisitos que definen lo que es una universidad y lo que es otra cosa distinta?

- R. Sí, que quede recogido. O sea, ¿qué requisitos tenemos que cumplir para ser considerados una universidad? Esto es muy importante.

"Vamos a poner en marcha los grados duales para acercarnos aún más al mercado laboral y esto es importante"

- P. Hablemos ahora de financiación. El actual contrato-programa de la Junta de Comunidades con la Universidad de Castilla-La Mancha, por importe de más de 1.000 millones en un periodo de cinco años, finaliza en 2026 y el propio Page ya ha empezado a hablar del nuevo contrato que hay que diseñar. ¿Será necesario un aumento significativo de la inversión?

- R. Para hablar del nuevo contrato-programa y trabajar sobre él tenemos todavía por delante este año y todo el año que viene. Hay tiempo. Lo que debemos hacer, como se hizo en el contrato anterior, es trabajar con lealtad institucional, valorar lo que la Universidad necesitará para los cinco años siguientes e incluirlo en el contrato. El contrato-programa actual es por cinco años, y es muy importante porque nos da tranquilidad y sobre todo supone un compromiso de financiación plurianual, que muchas universidades no tienen. Inicialmente eran 1.000 millones de euros, pero con el pasar de estos años al final va a ser mucho más porque el contrato tenía algunos artículos garantistas para la universidad y el principal es que todo lo que incrementase el salario de los empleados públicos por normativa estatal sería asumido por el Gobierno regional.

El nuevo contrato de programa yo pienso que debería incluir, a lo mejor como novedad, una financiación basal por la investigación. Esto no es usual, ni aquí ni en ninguna comunidad autónoma, pero creo que la investigación, que es una actividad de las universidades y de los universitarios, nunca se tiene en cuenta a la hora de financiar a la universidad. Igual que se financia la docencia, el número de estudiantes y las nuevas titulaciones, creo que debería haber una financiación basal, basal quiere decir que los grupos en convocatorias competitivas consigan el dinero que se merezcan, pero una financiación basal para que los grupos puedan hacer investigación. Eso no está en el actual contrato y a mí me gustaría incluirlo en el siguiente. Y por supuesto que siga siendo por cinco años, creo que eso da mucha tranquilidad.

- P. Es decir, para el periodo 2027-2031. ¿Se atreve a dar una cifra de la financiación que debería llevar aparejado ese nuevo contrato-programa?

- R. Imposible. Estaríamos siempre por encima de los 1.000 millones actuales, claro. Eso por supuesto. Pero no me atrevo a dar una cifra. Primero, hay una parte de la cifra que casi podríamos calcular, que es el tema vinculado al capítulo 1, a la plantilla. Pero luego hay cuestiones también importantes que van vinculadas al contrato-programa igual que ha ido a este, que son las nuevas titulaciones. Dependiendo de cuáles sean y cuántas queramos implantar, pues eso tiene un coste, un coste y una inversión nueva que hay que cuantificar. De hecho, en el contrato-programa actual, para las cinco nuevas titulaciones que conveníamos, hay financiación especial, que son los cuatro grados y el máster de Talavera.

Los grandes datos de la UCLM

Motor social, educativo y económico de Castilla-La Mancha, la UCLM es una de las instituciones clave de la región. Un eje fundamental de desarrollo. Con más de 28.000 alumnos en todos sus campus, la Universidad de Castilla-La Mancha se encuentra en un momento significativo de expansión. Su presupuesto superó los 316 millones de euros en 2024 y actualmente tiene en vigor el llamado "contrato-programa" con la Junta de Comunidades para un periodo de cinco años que culmina a finales de 2026, y que está financiado con unos 1.000 millones de euros ampliables. Cuenta la UCLM en la actualidad con una plantilla de personal docente e investigador compuesta por 3.252 personas y otras 1.976 de personal técnico de gestión y administración, lo que suma una plantilla global de más de 5.200 empleados. Un total de 1.420 estudiantes se benefician de un importe cercano a los dos millones de euros en todas las modalidades de becas. Situada en el puesto 745 del ranking de Shangai, que evalúa 20.000 universidades de todo el mundo, la UCLM tiene una tasa de empleabilidad del 82,5 por ciento y una tasa de cobertura de las plazas de los grados del 99,52 por ciento, datos de los que el rector Garde se siente especialmente orgulloso.

Un momento de la entrevista.

Un momento de la entrevista.

- P. Usted reivindica que España llegue al menos al 1 por ciento del PIB en inversión para las universidades públicas. ¿Es posible este objetivo?

- R. Sí, de hecho ese objetivo está marcado en la LOSU. Nuestro país debería llegar al menos al 1 por ciento del PIB en inversión pública en universidad pública. Y eso, claro, ese incremento tiene que ser una corresponsabilidad del Gobierno de España y de cada comunidad autónoma.

- P. ¿Y estamos lejos de eso ahora?

- R. No lo sé, de verdad, no lo sé. De lo que sí estamos lejos es de compensar el hecho de que, cuando se transfiere la educación superior a Castilla-La Mancha, ahí la transferencia que se hace desde el Gobierno de España por estudiante es bastante inferior a la que se hizo en alguna otra comunidad autónoma. Y eso todavía no se ha compensado. Quiero decir que, en este hipotético modelo ideal, donde el Gobierno de España y el Gobierno de Castilla-La Mancha tienen que aportar para llegar al 1 por ciento del PIB, yo creo que lo justo y razonable sería que esa falta de equidad que hubo en la transferencia, quede compensada. Creo que el Gobierno debería compensar esto.

- P. ¿Le sigue gustando tan poco la LOSU como usted mismo ha manifestado en varias ocasiones?

- R. Esto ya es pasado. Quiero decir que la ley está aprobada y en vigor. Ahora lo que hay que hacer es ponerse a trabajar. Mi mayor crítica a la LOSU, desde el principio, y además me alegro de haberlo hecho, era que la ley iba a necesitar mucha más financiación. Las universidades necesitan más financiación para cumplir la ley. Y eso no estaba en ningún sitio. Podemos estar de acuerdo en algunas cosas de la ley y en otras no, pero mi mayor crítica era esa. Porque ahora, en el contrato-programa que se firma con la Junta, en este caso para los cinco años en vigor, es un contrato en el que el Estado no pone dinero. Esto se financia exclusivamente con dinero de la comunidad autónoma.

- P. Entonces, ¿el Estado no pone ningún dinero para la Universidad de Castilla-La Mancha?

- R. El Estado financia a la Universidad de Castilla-La Mancha de manera indirecta con las transferencias que hiciese en su momento a la Junta de Comunidades. Pero nosotros nos financiamos de la Junta. Lo que pasa es que sí es verdad que hay una parte que no nos llega a nosotros, llega directamente a las familias, que son las becas generales. O sea, las becas generales que da el Ministerio de Educación. Pero aquí las universidades públicas nos financiamos de dos vías, la subvención o contrato con la comunidad autónoma y las matrículas. Y luego tenemos más financiación, pero eso son fondos afectados, destinados para hacer cosas específicas. Es lo que llamamos fondos finalistas.

Otro momento de la entrevista.

Otro momento de la entrevista.

- P. ¿Le queda mucho a la Universidad de Castilla-La Mancha para su plena adaptación a las necesidades del mercado laboral?

- R. No, no nos queda mucho, porque además hay un dato clave y es que nuestra tasa de afiliación a la Seguridad Social es del 82,5%. Esa es nuestra tasa de empleabilidad. Es un dato además de la Seguridad Social y eso está muy bien. Somos la tercera universidad en este sentido. Lo que hacemos aquí, y en lo que vamos a seguir avanzando, son los másteres duales, que claramente acercan mucho los estudios a lo que necesitan las empresas y en este nuevo periodo vamos a poner en marcha grados duales, en la carrera, en los que una parte muy importante de la formación sea en las empresas, buscando exactamente eso, que los estudiantes se formen ya en el entorno laboral donde van a tener que trabajar. Además, en el periodo de formación dual que hacen en las empresas, ya lo hacen con contrato y esto también es importante. Esta es una de las medidas en marcha para acercarnos aún más al mercado laboral y la otra es potenciar las prácticas aún a sabiendas de que la cuota patronal de la Seguridad Social la estamos pagando nosotros.

- P. Esta implantación de los grados duales es una novedad importante. ¿Cuándo se quiere poner en marcha?

- R. Sí es una novedad, nosotros no tenemos ninguno actualmente. No nos va a dar tiempo a ponerlos en marcha para el próximo curso, pero estamos intentando que sea en el siguiente, empezar con dos o tres grados duales. De hecho, ya tenemos algunas ideas avanzadas.

- P. ¿Y qué tipo de grados serían, en qué ámbitos o sectores?

- R. Esto es un poco delicado. Todavía no lo hemos comunicado a la comunidad universitaria, pero estamos trabajando inicialmente en algo que tiene mucha importancia en la comunidad autónoma, aunque luego hay que encontrar las empresas que tengan a los alumnos contratados dentro del grado durante dos semestres. Yo creo que lo primero que pongamos en marcha va a apostar por un sector, no es lo único, pero va a ir vinculado probablemente a lo que es la industria agroalimentaria, que es un sector muy de Castilla-La Mancha, con empresas que podrían asumir no sólo la contratación sino también la formación, siempre acorde con el plan de estudios. Empezaremos probablemente con algún grado vinculado a la industria agroalimentaria.

"Debemos mirar la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías como una oportunidad, nunca como un riesgo ni una amenaza"

- P. Uno de sus objetivos es alcanzar un alto nivel de excelencia en la investigación y participar en grandes proyectos. ¿Qué pasos está dando la Universidad de Castilla-La Mancha en este sentido?

- R. Hay un paso importante que ya iniciamos, y que hay que mantener, que es intentar ser atractivos para investigadores que estén fuera y que se quieran venir. Ahí tenemos una serie de medidas en nuestras convocatorias o en las convocatorias de los ministerios donde nosotros las mejoramos. O sea, mejoramos las condiciones para intentar ser más atractivos y que la gente se quiera venir aquí. Eso en el pasado nos ha dado buen resultado. Tuvimos programas propios, donde la gente se vino y ahora ya son profesores y es gente que ha conseguido proyectos de mucho nivel. En eso tenemos que seguir. Y luego, hay dos acciones concretas.

La primera es que vamos a poner en marcha un programa, con fondos propios, de acompañamiento a nuestros grupos de investigación, para intentar que sean reconocidos por un marchamo de calidad que existe a nivel estatal, que son las unidades de excelencia en investigación. Tenemos grupos muy brillantes, con financiación internacional, con proyectos europeos, con muy buenas publicaciones, pero desde la institución lo que vamos a hacer es ayudarles, acompañarles, para ver si en un periodo corto consiguen esta certificación de unidades de excelencia. Eso tiene una financiación basal muy importante también, con lo cual permitiría a los investigadores cada vez ser mejores.

Y luego una segunda medida que creo que también es importante para una universidad como la nuestra. Nosotros somos una universidad generalista con grupos de investigación, no somos una politécnica, pero tenemos grupos muy buenos, muy muy buenos, en disciplinas muy diversas y lo que queremos es intentar que se pongan a trabajar juntos desde abordajes muy transversales. Imaginemos que hablamos de cambio climático, por decir un tema. Ahí tenemos grupos que trabajan fenomenal desde la física del clima, o el medioambiente, pero también tenemos grupos que trabajan muy bien desde el punto de vista del Derecho. Entonces, para intentar que se agrupen y que sean capaces de abordar proyectos mucho más ambiciosos, vamos a poner en marcha una convocatoria interna de redes de creación de grupos, donde solo se puede agrupar gente de la universidad. Esa agrupación creo que les va a permitir conocerse mejor y, de cara al futuro, abordar proyectos mucho más ambiciosos.

- P. ¿Incluso en grandes proyectos internacionales?

- R. En internacional hemos avanzado muchísimo, muchísimo en estos años. Y yo creo que además esta es una visión global. Nosotros queremos en estos seis años ser una universidad internacional, pero no como si lo internacional fuese un apartado más, sino ser una universidad global desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

- P. ¿Qué significa eso en la práctica?

- R. Bueno, significa impregnar este concepto de internacional a todo lo que hacemos. Docencia, investigación, transferencia. Hasta ahora era como una cuarta pata, pero queremos ser claramente una universidad internacional. Y ahí en 2023 dimos un gran paso, que es formar parte de un consorcio de universidades europeas. Esto marca un poco ya nuestra hoja de ruta. Y también es importante. Solamente el 5 por ciento de todas las universidades europeas estamos en alianzas. Esto demuestra lo que hablábamos al principio de la vanguardia, solo el 5 por ciento. En ese proyecto estamos y yo estoy convencido de que va a apalancar otros proyectos, pero aunque estemos hablando de cuestión de internacionalización, no vamos a renunciar a la defensa de lo local.

- P. ¿Seguir pegados a la tierra?

- R. Sí, es más, creo que podemos aprender mucho de lo internacional para contribuir a esa mejora que decía al principio de nuestra sociedad. El proyecto estrella en lo internacional es la alianza, pero esto nos está generando muchas sinergias y la petición de proyectos europeos también en colaboración.

Julián Garde, rector de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Julián Garde, rector de la Universidad de Castilla-La Mancha.

- P. Una frase emblemática suya es que la Universidad de Castilla-La Mancha es el agente más importante de cambio y transformación de la región. ¿Cómo se mantiene este nivel tan alto de exigencia?

- R. Mantener este nivel exige estar muy pegado al mundo, al avance, a la realidad y al desarrollo tan rápido que está llevando la tecnología. No tengo ninguna duda de que acabaremos el mandato cumpliendo este objetivo, pero yo creo que el mejor ejercicio que podríamos hacer es imaginarnos a Castilla-La Mancha sin esta universidad. No es posible.

- P. ¿En qué se basa para hacer esa afirmación?

- R. Hay datos objetivos. Lo que supone la Universidad para el PIB regional, lo que supone para el empleo, para el desarrollo tecnológico... ¿Qué pasaría si no existiera esta Universidad? Este año saldrá seguro el egresado número 150.000 de esta Universidad. En los 40 años que cumple esta Universidad. Pensemos qué hubiera pasado si estos 150.000 hubiesen hecho la carrera en otro sitio. Pues, que la mayoría no habría venido nunca más a trabajar aquí. Nunca. Y entonces, ¿cómo estaríamos? Porque además, en general, el empleo que se genera es un empleo de calidad. De hecho, cuando viene una empresa, cuando una empresa, una multinacional, se quiere instalar en Castilla-La Mancha, una de las primeras cosas que le pregunta al Gobierno es si aquí hay universidad y dónde están los universitarios que a ellos les interesan. Yo creo que esto es incuestionable.

Y de cara al futuro, creo que va a ser todavía más importante porque estamos en un momento de incertidumbre y de cambio, y hay que estar a la altura. Y en eso las universidades nos adaptamos mejor que nadie. Pero tenemos que estar ahí y debemos hacer ese plan estratégico, pensar tranquilos para saber adelantarnos a qué es lo que va a necesitar la región en empleo y en titulaciones. Es un momento apasionante.

- P. ¿Por qué razones piensa que Castilla-La Mancha debería sentirse orgullosa de su universidad?

R. Yo creo que Castilla-La Mancha se siente orgullosa de su universidad. Además, yo creo que esto es lo que más ha cambiado en estos cuatro años, te lo digo como lo siento. La universidad está en todos los sitios. ¿Y por qué? Pues porque hay muchos motivos, pero el principal motivo yo lo vincularía, hay muchos, pero el principal lo vincularía a la formación, a la formación de la gente de aquí que se forma en una universidad de excelencia con unos buenos resultados, una buena tasa de empleabilidad y además que luego son profesionales muy reconocidos en las instituciones públicas y en las instituciones sanitarias. Yo creo que eso es motivo ya para sentirse satisfecho y orgulloso. La gente que aquí se forma es motivo para mí de orgullo. Y luego hay otras muchas cosas. Hacemos investigación de excelencia, tenemos un compromiso con la transferencia social, o sea, no solo la transferencia tecnológica sino mejorar la vida de la gente desde la gente mayor, gente con problemas, y yo creo que es para sentirse orgulloso. Para mí esto ha sido el mayor avance.

Yo me muevo bastante por las ciudades y los pueblos y veo que la gente se siente orgullosa de la universidad, desde en una churrería hasta cualquier otro sitio. Es una institución que tiene mucho prestigio en la comunidad y que la gente respeta mucho y yo creo que las instituciones son conscientes claramente de esto. Otra de las cuestiones importantes y que demuestra este sentimiento de orgullo, de arraigo de la universidad, es cómo ha incrementado en estos años el porcentaje de aulas y de cátedras que tenemos, que es una vinculación con el tejido empresarial.

Nuevas titulaciones

Las nuevas titulaciones implantadas en la Universidad de Castilla-La Mancha en el curso 2024-2025 son tres: Máster en Investigación Musical, Máster en Dirección Estratégica en Tecnología de la Información y Máster en Trabajo y Gestión de Personas en la Era Digital. Por otro lado, las titulaciones que se implantarán en el curso 2025-2026 son las siguientes: Doble Grado en Ingeniería Agrícola y Agroalimentaria y Biotecnología, Doble Grado en Ingeniería Informática-ADE, Doble Grado en Ingeniería Química-ADE y Doctorado en Criminología, además Máster en Arquitectura, Máster en Investigación Básica y Aplicada en Fauna Silvestre y Máster en Terapia Ocupacional en Salud Mental. 

- P. ¿Cómo se plantea usted, como rector, abordar la bajada de alumnos por el descenso de la natalidad? Usted ha hablado de la formación permanente, ¿está dispuesto a abrir este nuevo campo educativo?

- R. Este también es un asunto que me apasiona. El año de máxima natalidad en España fue el 2008. A partir de ahí ha bajado, con lo cual los que nacieron en 2008 ya están llegando a las universidades. No podemos decir que nos pilla de sorpresa. Entonces tenemos que hacer algo. Hay dos opciones. O tres. Una, no hacer nada. Cuando no tengas estudiantes, no tienes estudiantes. Alguien dirá entonces lo que hay que hacer. Y otra es asumir ese papel que creo que es importantísimo, es decir, asumir un papel que no asumimos las universidades y que consiste en contribuir a la formación permanente de la gente que trabaja. También de los desempleados pero la gente que trabaja tiene que recualificarse y más en un mundo como este en el que va a ser una exigencia. ¿Te imaginas un ingeniero electrónico que acabase la ingeniería hace 30 años y no haya hecho nada? Eso lo tenemos que asumir.

Hay datos muy interesantes de la Unión Europea, de la OCDE, que indican que cuando alguien recualifica, incrementa su eficiencia en el trabajo y además vive más... más alegre, más tranquilo, porque no se frustra y en España solo recualifican 3 de cada 10 personas. Esto lo tenemos que asumir, aunque no sé si está bien visto en las universidades. Ya he dicho alguna vez que a lo mejor en 2050 esta universidad tendría que tener la mitad de estudiantes menores de 25 y la otra mitad mayores de 25. Esto es un gran cambio, pero creo que tenemos que hacerlo y ya hemos empezado intentando adecuar esa formación esa recualificación, a la gente que trabaja, y hacerlo de forma flexible.

- P. ¿Mediante cursos de formación superior o cómo cree que debería hacerse?

- R. No, ahí tenemos ya un abanico importante de formación que va desde cursos de solo 20 horas, porque a veces no necesitas más, hasta lo que sería el equivalente a un máster, que son 600 horas. Imagínate si hay posibilidades. Y luego, en muchos casos, esta formación permanente la hacemos a la carta para las empresas. La empresa que necesita formar a sus empleados o a sus directivos en un tema, pues contrata a la universidad y entonces se da esa formación. Y luego hay una cuestión importante, y es que en Castilla-La Mancha sólo el 21 por ciento de la población de entre 25 y 64 años tiene título universitario y eso significa que hay un campo de formación importantísimo.

"La universidad debe contribuir a la formación permanente de la gente que trabaja. Es fundamental y lo tenemos que asumir"

- P. Es un enfoque novedoso y muy interesante...

R. Hay un objetivo como país que es llegar, según la agenda España 2050, al 38% de población adulta con estudios universitarios en 2050, y aquí estamos según el INE, solo en el 21%. Y eso tiene connotaciones muy importantes. ¿Por qué digo esto? Porque la lucha contra el reto demográfico, contra el descenso de la natalidad que afecta a la universidad, puede compensarse fomentando que esa población adulta curse estudios universitarios. Yo, en una universidad como la nuestra, enfoco este problema desde esta doble perspectiva: formación permanente para personas que trabajan e incremento de población adulta con estudios universitarios. Aunque, de momento aquí no hemos tenido problemas, al revés, estamos creciendo en número estudiantes, cosa que otras universidades no, va a llegar el momento en el que, por una cuestión de natalidad, no sé qué va a pasar.

- P. ¿Este problema viene ya de lejos, no?

- R. Sí, claro, esto yo lo veo desde hace años. Yo he recibido ya alguna crítica interna en el sentido de que nosotros, los universitarios, no nos tenemos que dedicar a ese tipo de estudiantes. ¿Y quién lo va a hacer? ¿Las escuelas de negocio? Yo lo tengo clarísimo y va a haber muchos sectores que van a tener que recualificarse y ahí deberíamos estar nosotros.

La conversación con Julián Garde avanza por estos derroteros y hay una idea clara en su mensaje. Después de cuatro años de mandato como rector y otros seis por delante, el máximo responsable de la Universidad de Castilla-La Mancha mantiene "intactos" su compromiso y su ilusión de mantener la luz universitaria de la región como un faro para toda la comunidad. La Universidad de Castilla-La Mancha, a su juicio, es y debe seguir siendo el "motor de esta tierra". En ello está su empeño.