Una final para quitarse el sombrero. La atleta toledana Irene Sánchez-Escribano ha demostrado este martes en París que su gran resultado en la ronda clasificatoria no fue una casualidad y que está en el mejor momento de su carrera. 

La deportista castellano-manchega ha acabado undécima en una rapidísima final olímpica de los 3.000 obstáculos y lo ha hecho con un tiempazo de 9 minutos, 10 segundos y 43 centésimas, pulverizando por segunda vez consecutiva su marca personal -establecida anteriormente en 9:23.94- y quedándose a poco más de un segundo del récord de España.

Irene Sánchez-Escribano, en estos Juegos de París inolvidables para ella pese a no haber podido conseguir medalla ni diploma, ha igualado el mejor puesto olímpico de una atleta española en la prueba de 3.000 obstáculos. 

En una emocionante carrera dominada por las atletas africanas, la bareiní Winfed Yavi se ha colgado el oro en un repleto Estadio de San Denis, después de lograr superar en la recta de meta a la ugandesa Peruth Chemutai, que fue segunda, y a la keniana Faith Cherotich, que se hizo con el bronce.

Un grupo de toledanos ha seguido la carrera de Irene en el patio del Ayuntamiento de la capital, donde se han instalado varias televisiones para poder ver en directo la prueba y animar a la deportista.

A través de las redes sociales, el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha dado la enhorabuena a Irene Sánchez-Escribano por haber conseguido poner a la ciudad "en el mapa olímpico" gracias a su "esfuerzo, disciplina e ilusión", además de ser "un ejemplo para todos, especialmente los más jóvenes".

Por su parte, la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha y exalcaldesa toledana, Milagros Tolón, ha felicitado a la atleta por "una carrera que escribe una página en la historia del deporte femenino español".